Castilla y León gana peso en la política nacional: Sánchez premia al 'clan de Valladolid' y Feijóo recupera al PPCyL para su núcleo duro
El presidente del Gobierno ha recompensado la fidelidad de los socialistas de la Comunidad y el dirigente popular ha vuelto a integrar a los de Mañueco tras la normalización de los pactos con Vox y ante la previsión de una legislatura dura
2 diciembre, 2023 07:00Noticias relacionadas
Castilla y León gana cada vez más fuerza en la política nacional. Los procesos electorales vividos en España en el último año −los comicios municipales y autonómicos de mayo y los generales de julio− han reforzado la posición de los políticos de la Comunidad, que han sabido jugar sus cartas para adquirir un papel preponderante en las principales formaciones políticas. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha premiado la fidelidad del PSOE de Castilla y León y ha nombrado a tres ministros de la Comunidad en su nuevo equipo de Gobierno, dos de ellos vallisoletanos.
El exalcalde de Valladolid, Óscar Puente, que formó parte del equipo negociador para la investidura y ganó protagonismo con su dura intervención en la investidura fallida de Alberto Núñez Feijóo, gestionará durante esta legislatura el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, mientras que su antigua mano derecha, la exconcejala de Cultura vallisoletana Ana Redondo, ostentará la cartera de Igualdad. Además, la incombustible leonesa Margarita Robles seguirá llevando la batuta del Ministerio de Defensa, que gestiona desde que Pedro Sánchez accedió a la Presidencia tras la moción de censura de junio de 2018.
No son estos los únicos políticos de Castilla y León que contarán con influencia en el nuevo Ejecutivo ya que, por encima de todos ellos, sobrevuela la omnipresente sombra del todopoderoso jefe de Gabinete de la Presidencia, el segoviano Óscar López, que continuará en el cargo que ocupa desde que sustituyera a Iván Redondo en julio de 2021. Además, dos socialistas de la Comunidad mantienen un gran poder en la cúpula del PSOE a nivel nacional: la leonesa Andrea Fernández como secretaria de Igualdad y el vallisoletano Javier Izquierdo como secretario de Estrategia y Acción Electoral.
En el caso del PP, la situación ha cambiado de manera radical en el último medio año. El presidente de la formación, Alberto Núñez Feijóo, ha pasado de relegar a un segundo plano a los populares de la Comunidad en el intento de giro al centro que emprendió tras llegar a la Presidencia del partido, en marzo de 2022, a integrar a destacadas caras visibles del PP de Castilla y León en su círculo más estrecho, una vez se han normalizado a nivel nacional los acuerdos con Vox.
El presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, se ha anotado un importante tanto con el nombramiento de la abulense Alicia García como portavoz popular en el Senado y de la leonesa Ester Muñoz como vicesecretaria de Sanidad y Educación, de cara a una legislatura que se prevé especialmente dura ante la situación de máxima tensión entre el Gobierno y la oposición a cuenta de los acuerdos de Sánchez con los independentistas y la polémica Ley de Aminstía.
El premio a la fidelidad del PSOE de Castilla y León
El PSOE de Castilla y León se ha caracterizado por una férrea fidelidad a Sánchez desde que el burgalés Luis Tudanca accedió a la Secretaría General de la formación en octubre de 2014. El PSCyL mantuvo su apoyo al actual presidente del Gobierno en los duros momentos que desembocaron en su dimisión como dirigente del partido, en octubre de 2016, mostrando su oposición a la abstención para permitir gobernar a Mariano Rajoy que impuso la gestora dirigida por Javier Fernández.
Al año siguiente, los socialistas de Castilla y León también estuvieron con Sánchez en las primarias que le encumbraron como 'salvador' de la socialdemocracia española, y en las que el entonces alcalde de Valladolid Óscar Puente jugó un importante papel como uno de los apoyos más cercanos al presidente, y que fueron el punto de partida de la moción de censura que le llevaría a la Presidencia del Gobierno el 2 de junio de 2018. Una fidelidad que ha sido premiada de forma generosa.
Ya tras la victoria en aquella moción de censura, el presidente del Gobierno ofreció a Puente la posibilidad de integrarse en su equipo de Gobierno con un ministerio, aunque el exregidor prefirió seguir centrado en su ciudad. Pero este año la situación cambió. El exregidor perdió la Alcaldía en los comicios municipales del 28 de mayo frente al popular Jesús Julio Carnero y dio el salto a la política nacional en las elecciones generales del 23 de julio, como cabeza de lista del PSOE por Valladolid.
Tras ello, llegó un fulgurante ascenso que le llevó a actuar como portavoz con un contundente discurso en la investidura fallida del popular Alberto Núñez Feijóo, ganando gran proyección mediática a nivel nacional, y a integrarse en el equipo negociador de Sánchez de cara a la investidura. Finalmente, llegaría el premio gordo y Puente, convertido ya en uno de los hombres más cercanos al presidente, fue nombrado ministro de Transportes y Movilidad Sostenible.
El poder del exalcalde en el Gobierno, además, no tiene precedentes, ya que cuenta en el Consejo de Ministros con su antigua mano derecha en el Ayuntamiento de Valladolid ostentando otra cartera. La vallisoletana Ana Redondo, exconcejala de Cultura, fue nombrada ministra de Igualdad, arrebatando el PSOE esa cartera a Podemos tras cuatro años de turbulencias con Irene Montero, otorgando a una ciudad con poco más del 1% de la población española el 9% de los ministerios. Además, la leonesa Margarita Robles seguirá al frente del Ministerio de Defensa esta legislatura, después de cinco años en el cargo.
El inicio de la nueva legislatura ha traído consigo también la ratificación del todopoderoso Óscar López como jefe de Gabinete de Presidencia y consigliere de Sánchez. El segoviano, además, mantiene una estrecha relación de amistad con Ana Redondo, que fue su mano derecha en su etapa como secretario general del PSCyL (2008-2012) y que servirá de conexión entre el lugarteniente del presidente y el Ejecutivo. Pero la presencia de Castilla y León en el PSOE va más allá del Ejecutivo.
La leonesa Andrea Fernández, que sonó en las quinielas para ocupar la cartera de Igualdad, continuará como secretaria del ramo en la Ejecutiva nacional del PSOE mientras que el vallisoletano Javier Izquierdo seguirá ostentando el importante cargo de secretario de Estrategia y Acción Electoral. También seguirá en su puesto el palentino Ion Antolín, director de Comunicación de la formación, y cuenta con especial relevancia la vallisoletana Iratxe García, presidenta del Grupo Socialista en el Parlamento Europeo.
El dirigente socialista en la Comunidad, Luis Tudanca, también ha sonado en varias quinielas aunque por ahora esos pronósticos no se han cumplido. La última de ellas, como posible candidato para las elecciones europeas previstas para junio de 2024. Los socialistas de Castilla y León gozarán, con todo, de un gran poder durante esta legislatura tanto en el Gobierno como en el partido.
Feijóo recupera al PPCyL tras la normalización de los pactos con Vox
El PP de Castilla y León también ha recuperado protagonismo e influencia en la política nacional tras los últimos procesos electorales. Los populares de la Comunidad han vivido una larga travesía en el desierto de más de un año desde que Alberto Núñez Feijóo llegó a la Presidencia de la formación en marzo de 2022, tras la guerra interna que desembocó en la destitución de Pablo Casado, con el claro objetivo de dar un giro al centro en la formación, en la línea de la gestión que había llevado a cabo en la Xunta de Galicia durante los 13 años previos.
Ese intento de dar una imagen de moderación y seriedad, tras los continuos vaivenes de la etapa de Casado, coincidió en el tiempo con la rúbrica del pacto entre PP y Vox en Castilla y León, un acuerdo incómodo para el nuevo dirigente popular y del que trató de desmarcarse desde un inicio. Feijóo no acudió a la toma de posesión de Mañueco en el mes de abril −en la que estuvo presente la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, principal valedora de los acuerdos con Vox en el partido− y cuando configuró su nueva cúpula, el dirigente gallego relegó a un segundo plano tanto al PP de Castilla y León como al madrileño. En cambio, reforzó la presencia del PP andaluz −ejemplo de centrismo con la mayoría absoluta de Juan Manuel Moreno− y del gallego, sinónimo de transversalidad durante su mandato en la Xunta.
Comenzó en ese momento una travesía en el desierto de más de un año en el que Mañueco se convirtió en un elemento incómodo para la dirección popular, un malestar que se incrementaba con las continuas polémicas que se generaban en el seno del Gobierno de la Junta, con ejemplos como el protocolo antiaborto o el intento de eliminación del Servicio de Relaciones Laborales (Serla), que llevaron a la intervención del Gobierno y obligaron al partido a nivel nacional a desmarcarse. Pero tras las elecciones municipales de mayo, y especialmente tras las generales, todo cambió.
Los resultados de los comicios municipales y autonómicos forzaron a los populares a pactar con Vox en decenas de ayuntamientos y en cuatro comunidades que se sumaron a Castilla y León: Aragón, Murcia, Extremadura y Baleares. A pesar de las tensiones iniciales en Extremadura y de las dificultades para alcanzar un acuerdo en Murcia, finalmente, el PP terminó asumiendo estos acuerdos como naturales y, sobre todo, necesarios para mantener el poder o acceder a él en gran parte de España.
Una conjunción con Vox que se completó cuando Feijóo decidió presentarse a la investidura y los de Abascal le ofrecieron sus 33 votos a cambio de nada para frenar a Sánchez y, una vez fracasó esa intentona y fue investido el presidente del Gobierno con el apoyo de los independentistas, las dos formaciones conservadoras han configurado un bloque más o menos unido para protestar contra los acuerdos del jefe del Ejecutivo. Ambas formaciones han convocado manifestaciones de protesta durante el último mes, con algunas diferencias, pero con el objetivo claro de poner al Gobierno frente al espejo.
En ese contexto de normalización del gran acuerdo de oposición con Vox y de normalización de los acuerdos con el partido de Abascal, el PP de Castilla y León ha dejado de ser el 'patito feo' dentro del partido y ha recuperado el papel relevante que otrora tuvo en la formación. Esta misma semana, Feijóo anunciaba cambios en su Comité de Dirección con la incorporación de dos piezas clave de la Comunidad: la abulense Alicia García como portavoz del partido en el Senado y la leonesa Ester Muñoz como vicesecretaria de Sanidad y Educación.
Mañueco se ha apuntado de este modo un importante tanto dentro del partido y ha pasado ser un elemento incómodo a verse como el pionero de unos acuerdos a los que el PP se ha terminado viendo abocado en toda España. Una reconfiguración de la cúpula en la que el presidente del PP ha abierto las puertas también a los populares madrileños, con la incorporación de Paloma Martín como vicesecretaria de Desarrollo Sostenible y de Noelia Núñez en Movilización y Reto Digital. Importante ha sido también la entrada de la aragonesa Ana Alós como vicesecretaria de Igualdad y Conciliación, dando Feijóo de este modo carta de normalidad al acuerdo entre PP y Vox en Aragón.
García y Muñoz jugarán un papel importante en el PP en una legislatura que se prevé de oposición muy dura ante los acuerdos sin precedentes de Sánchez con los independentistas y la polémica Ley de Amnistía. Ambas dirigentes populares se suman, además, al leonés Antonio Silván, que ha sido nombrado portavoz adjunto en el Senado, y a la vallisoletana Pilar del Olmo, vocal de la Junta Directiva Nacional de la formación y persona de la máxima confianza de Feijóo. Castilla y León gana peso en la política nacional y sus representantes tendrán mucho que decir en la hostil legislatura que se avecina.