Mañueco, sin el yugo de Vox, allana el camino en busca de aliados para un tranquilo final de legislatura
El giro del Gobierno en materias como el Diálogo Social y la elección de un perfil moderado como Ricardo Gavilanes para la Portavocía en las Cortes anticipan un cambio en la línea política del presidente de la Junta, que está obligado a llegar a acuerdos
4 septiembre, 2024 07:00Noticias relacionadas
Comienza el nuevo curso político en Castilla y León y el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, lo encara en una situación muy distinta a como finalizó el anterior, el pasado mes de junio. La abrupta ruptura del pacto de Gobierno entre PP y Vox el pasado 11 de julio, tras la salida de los de Abascal del Ejecutivo por la aceptación por parte de los populares del reparto de menas propuesto por el Gobierno de Pedro Sánchez, supuso el inicio de un giro de 180 grados en la línea política de la Junta de Castilla y León, condicionado, a su vez, por un cambio en la postura de la dirección nacional del PP, tras liberarse del yugo de Vox en todas aquellas comunidades donde compartían gobiernos.
El presidente de los populares, Alberto Núñez Feijóo, una vez liberado de las ataduras a las que le obligó la aritmética parlamentaria, culminó el ansiado giro al centro que llevaba pretendiendo desde que asumió la Presidencia del partido, en abril de 2022, e inició un acercamiento al PSOE que culminó en la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) el pasado mes de junio, la aceptación del reparto de menas o el apoyo a la propuesta de acabar con el anonimato en Internet. Todo ello coincidiendo con la renovación de las instituciones europeas en base a la 'Gran Coalición' de populares, liberales y socialistas en Bruselas.
Mañueco, obligado a acordar con todos
En esa coyuntura, Mañueco inicia una nueva etapa en solitario y en minoría en la que estará obligado a acordar y hablar con todos los grupos parlamentarios para sacar adelante sus iniciativas y, lo que es más importante, para aprobar los presupuestos autonómicos para 2025. La aprobación o no de las cuentas podría determinar el futuro de la legislatura y abocar al presidente de la Junta a adelantar elecciones el verano que viene.
Consciente de que Vox no se lo va a poner fácil, tras la amenaza del líder del partido, Santiago Abascal, de que no apoyará los presupuestos si el PP no cambia su política migratoria, advertencia suscrita por el exvicepresidente y portavoz en la Comunidad, Juan García-Gallardo, el jefe del Ejecutivo autonómico ha optado por encarar el nuevo curso con una línea dialogante y de consenso, buscando atraerse a los grupos de la oposición, especialmente al PSOE, encabezado por un Luis Tudanca que se encuentra en la cuerda floja y que podría ser relevado de su cargo en el Congreso Autonómico que tendrá lugar a finales de año.
Un giro de 180 grados en las políticas del Gobierno
El giro en las políticas del nuevo Gobierno del PP se pudo vislumbrar desde el mismo momento de la ruptura. La elección de la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco, como nueva vicepresidenta fue toda una declaración de intenciones habida cuenta que la zamorana había personificado la aceptación de menas que había conducido a la ruptura, su apoyo inequívoco a la lucha contra la violencia de género y su perfil moderado.
Además, la sustitución del beligerante Mariano Veganzones, de Vox, por la moderada Leticia García al frente de la Consejería de Industria, Comercio y Empleo, solo hizo que incidir aún más en ese cambio, y los resultados no tardarían en verse. La nueva consejera apostó desde el primer momento por relanzar el Diálogo Social, impulsar el Serla y apaciguar las relaciones con los sindicatos y la patronal, después de dos años de tensiones con Veganzones. García, además, facilitó los pagos de las oficinas del Serla, frenando así su desahucio, ante las críticas de Vox al PP de haberse "plegado" a UGT y Comisiones Obreras.
Gavilanes, un perfil dialogante para las Cortes
Mañueco, que ha apostado fuerte por ese retorno al viejo PP centrista de Juan Vicente Herrera, siguiendo la línea marcada por Feijóo, ha impulsado también un cambio en el Grupo Popular en las Cortes de Castilla y León, que acompañará durante los meses que quedan de legislatura al giro dado en el Gobierno. Este mismo martes, el presidente de la Junta anunciaba que el leonés Ricardo Gavilanes será el sustituto de Raúl de la Hoz como portavoz del Grupo Popular en la Cámara autonómica, después de su salida a Bruselas tras ser elegido eurodiputado en las elecciones europeas del pasado 9 de junio.
Gavilanes tiene un perfil más tranquilo y dialogante, frente al estilo agresivo y contundente de De la Hoz, y será una figura clave en esta nueva etapa en la que el PP se verá obligado a acordar y negociar cada iniciativa en las Cortes con el resto de grupos, una vez desaparecido el rodillo parlamentario que los populares utilizaron con Vox durante la primera mitad de la legislatura.
Además, el nuevo portavoz del Grupo Popular en las Cortes podría utilizar su nuevo puesto como trampolín para aspirar, a medio plazo, a la Presidencia del PP de León, que en la actualidad ostenta Ester Muñoz. La dirigente popular, que además es vicesecretaria de Educación y Sanidad del partido a nivel nacional, tiene un perfil más agresivo y es más dada al juego duro y al enfrentamiento con los oponentes, algo que va en contra de la nueva línea moderada con la que Feijóo quiere que se rija el partido a partir de ahora.
Mañueco encara el final de la legislatura buscando moderación y tranquilidad, viéndose abocado a hablar con todos y a consensuar y con la vista puesta en unos presupuestos cuya aprobación no parece sencilla. A las advertencias de Vox, que ha convertido la inmigración en su principal caballo de batalla –según fuentes populares consultadas por EL ESPAÑOL de Castilla y León, Mañueco es consciente de que la formación de Abascal hará, durante los próximos meses, de esta cuestión su principal arma para enfrentarse a él y ponerle en el disparadero– y que no querrá participar de la nueva aventura moderada de los populares, se suma un PSOE con un liderazgo débil, que querrá marcar perfil propio y distancias con el presidente de la Junta hasta el final.
Una situación que hace vislumbrar cada vez más como posible un adelanto electoral en la Comunidad para la primavera del año 2025 y en el que Mañueco intentaría hacer valer su giro político para tratar de emular las grandes mayorías de Juan Vicente Herrera, su espejo en esta nueva etapa.