El nacimiento milagroso que ayudó a cumplir un sueño en un pueblo de Ávila: “Jara es una bebé increíble”
La pequeña es la última niña raseña que nacía en el año 2023 y ayudaba a Candeleda y El Raso a mantenerse por encima de los 5.000 habitantes tras una enorme campaña del consistorio abulense
22 enero, 2024 07:00Noticias relacionadas
A finales del mes de agosto del año 2023, el municipio abulense de Candeleda detectaba la bajada de su censo de los 5.000 habitantes. Desde el Ayuntamiento, en el mes de octubre, se decidía convocar una Comisión Informativa de Desarrollo Rural, Reto Demográfico, y Nuevas Tecnologías para que, ese mismo 20 de octubre, se buscaran soluciones con el fin de frenar esta sangría poblacional.
Por aquel entonces, el número de habitantes en Candeleda y El Raso, que es su pedanía asociada, bajaba hasta los 4.980 habitantes, 20 menos que esos 5.000, que resulta de suma importancia mantener. Se decidía crear una campaña que llevaba por nombre: ‘Si te empadronas ganamos todos’.
Una iniciativa que, finalmente, resultó ser todo un éxito y que caló entre la sociedad y los habitantes de Candeleda y El Raso. “No podemos dar una cifra concreta, pero sí que puedo asegurar que hemos comenzado este año 2024 por encima de los 5.000 habitantes”, asegura, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Carlos Montesino, alcalde de Candeleda y El Raso.
A superar ese número, y a no perder esa cifra que atormentaba al consistorio del municipio abulense, por la importancia que tiene a la hora de captar ayudas, contribuyó también Rebeca Fraile Moreno, que nació en Talavera de la Reina hace 38 años pero que reside, en la actualidad, en El Raso junto a su marido Santi y sus dos hijas, Noa y Jara.
Precisamente Jara nació el 29 de diciembre de 2023, lo que favoreció a aumentar el censo de Candeleda y El Raso. “Fue la última niña raseña que nació el pasado año”, asegura orgullosa la madre en declaraciones a este periódico.
El nacimiento de Jara
“Nuestra hija, que nació a final de año y que ayudó a que no perdiéramos los 5.000 habitantes, como buscaba el Ayuntamiento, se llama Jara. Un nombre que significa dulce en árabe. Representa a personas con gran fortaleza, liderazgo y determinación. Su hermana, Noa, fue la encargada de elegir este nombre”, asegura Rebeca.
A la madre aún se le cae la baba con su pequeña que no ha cumplido aún el mes de vida. Explica que, cuando vio a Jara por primera vez, sintió “calma y mucha tranquilidad” después de un embarazo que “fue duro”. Lo importante era que la pequeña raseña llegara bien al mundo, como así ha sido.
Los primeros días han sido de mucha alegría, pero, también, caóticos. Rebeca, junto a su pareja y con la pequeña en brazos, salía del hospital el 31 de diciembre de 2023 y llegaba a casa a pocas horas de que sonaran las 12 campanadas. Pese a todo, la madre asegura que “su familia le ha ayudado” para hacer estos días “más llevaderos”.
“Es una niña muy buena pero no deja de ser una bebé increíble que demanda mi atención constantemente. La lactancia materna es lo que tiene. De momento, Jara tiene el honor de ser la vecina más pequeña censada en 2023 en Candeleda y El Raso”, asegura nuestra entrevistada.
La alegría de contribuir a que Candeleda y El Raso no bajaran de los 5.000 habitantes
Rebeca se muestra sumamente satisfecha de haber podido contribuir a que su localidad cumpliera con el importante objetivo de no bajar de los 5.000 habitantes. Cualquier iniciativa que ayude a fijar población en el medio rural y a mejorar la calidad de vida de raseños y candeledanos “es siempre bienvenida”, añade.
“Es importante visibilizar los contratiempos a los que nos enfrentamos cada día en la España vaciada. Creo que esta campaña ha sido un buen empujón para no bajar de 5.000 habitantes. Algo vital en los tiempos que corren”, añade Rebeca.
Nuestra entrevistada ha vivido en diferentes ciudades, pero siempre tuvo claro que El Raso era el mejor lugar para formar una familia, verla crecer, y compartir cerca de sus seres queridos. Para ella, despertarse cada mañana mirando a Gredos, a los pies del Tiétar, la amabilidad de la gente, o la tranquilidad de vivir en un pueblo “lo es todo”.
“Desde que tengo uso de razón, mis padres nos han transmitido el cariño, respeto y compromiso hacia nuestro entorno, costumbres y vecinos. Soy enfermera de profesión y, por lo tanto, mi vocación de ayuda, cuidado y atención hacia los demás está a flor de piel. Aportar mi granito de arena con un acto tan bonito y maravilloso como ha sido el nacimiento de Jara es, sin duda, un motivo de satisfacción”, finaliza la madre orgullosa.
La importancia de no bajar de los 5.000
El hecho de que Candeleda y El Raso se mantengan por encima de los 5.000 habitantes les da un mayor estatus y, también, evita que disminuyan los ingresos anuales, con la importancia que tiene esto para los pueblos de cada una de las nueve provincias de Castilla y León.
“De haber bajado de los 5.000 habitantes, habríamos perdido cerca de 100.000 euros procedentes de las participaciones en los tributos del Estado. En lo referente a las subvenciones, se dejarían de percibir unos 150.000 euros de la Junta de Castilla y León. También se verían reducidos los Fondos de Cohesión Local, los de Cooperación Local y el Plan Extraordinario de Inversiones, a lo que hay que añadir las financiadas por la Unión Europea. Las perdidas anuales podrían ascender a los 400.000 euros”, asegura el alcalde, Carlos Montesino.
Además, el pleno municipal pasaría de tener 13 concejales a 11. Los vecinos dan la enhorabuena al regidor por la iniciativa y por haber conseguido el objetivo marcado. Alguno de estos vecinos ha pedido días para empadronarse en Candeleda y El Raso.
Una victoria de la España vaciada con un nacimiento milagroso que ayudó a cumplir el sueño de Candeleda y El Raso.