La monja que abandonó el monasterio de Belorado: "Tenía que salir para no pertenecer a esta secta"
Sor María Amparo es la única clarisa que dejó la Comunidad tomada por la Pía Unión: "No me han dejado despedirme de ellas. Igual ni saben que ya no estoy allí"
18 mayo, 2024 14:18Noticias relacionadas
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Una de las 16 clarisas de Belorado, comunidad que rompió con la Iglesia y con el Arzobispado de Burgos para obedecer a un 'obispo' excomulgado, se ha desmarcado de las que han sido sus compañeras para asegurar que han caído en manos de una "secta”. Así lo aseguró sor María Amparo, la única clarisa que dejó la Comunidad tomada por la Pía Unión, en una entrevista publicada este sábado por el ‘Diario de Burgos’, apenada sobre todo por las religiosas mayores que han quedado en el convento que ha sido su casa durante casi dos décadas.
En su opinión, no son de recibo las "burradas contra la Iglesia" del nuevo líder del convento, el excomulgado Pablo de Rojas, que las otras religiosas también pronunciaron en televisión. Su irrupción en el recinto la empujó a abandonarlo: "Nos dicen que vayamos al locutorio a las 16.30 de la tarde y se presenta diciendo que es obispo de no sé qué. Dice: 'desde ahora, yo soy el superior, el que manda en la comunidad, y ustedes están bajo mi jurisdicción'. Y yo me levanté y le rebatí bastante. El Señor me puso las palabras en la boca, lo que tenía que decir: 'Estamos bajo la jurisdicción de don Mario. Él es el sucesor de los apóstoles para la Archidiócesis de Burgos', le respondí. Él me dice que 'eso no vale para nada, no existe' y más burradas contra la Iglesia. Yo por nada del mundo salgo de mi Madre la Iglesia y por nada del mundo dejo mi obediencia al sucesor de San Pedro, que en este momento es el papa Francisco. Estuvo intentando convencerme, pero estuve muy firme".
Sor María Amparo no sabía nada del asunto y las hermanas mayores tampoco. "He estado tres días sin misa y sin nada, y decidí que así no se podía estar. He sufrido una vigilancia total para que no pudiera hablar con las hermanas mayores. No me han dejado despedirme de ellas. Igual ni saben que ya no estoy allí. Fue una decisión firme: tenía que salir. Sobre todo, para no pertenecer a esta secta, por nada del mundo. En ese ambiente ya no se podía estar", publicó el diario.