Segunda jornada en los juzgados de León donde han testificado los mineros que resultaron heridos al acudir en ayuda de los seis compañeros que fallecieron en el Pozo Emilio del Valle de la Hullera Vasco Leonesa el 28 de octubre de 2013. En esta ocasión, el primero testimonio ha sido el de José Manuel Díez Coque, ayudante minero, quien ha relatado en primera persona cómo vivió ese momento “algo que nunca se olvida”, ha afirmado.
“Oímos un petardeo y salimos corriendo, por el telefonillo pedían que fuéramos gente”. Se colocó el autorrescatador y entró a la rampla. "Allí encontré a los fallecidos en línea, habían sacado ya a uno”, ha evocado. “Aquello era un caos de gente y carreras", ha descrito. Luego, según ha relatado cogió otro autorrescatador, con aire limpio, y entró de nuevo a la zona. "Intentamos reanimarle durante bastantes minutos, vomitando, pero metiéndole aire". Al final consiguió respirar. “Acudimos para allí por instinto, sabíamos que había gas”, ha afirmado.
Díez Coque ha relatado que al intentar reanimar a los dos compañeros le afectó y se desmayó. “Me temblaban las piernas. Me sacaron a la lampistería, y luego me ayudaron a ducharme, no me sostenía".
Por su parte el abogado de Antonio, Arturo y Aurelio del Valle ha centrado sus preguntas en relación a la seguridad de la Hullera Vasco Leonesa en por qué no se reclamaron si la situación era peligrosa. “Las cosas no estaba bien y eso es algo que la gente lo sabía. Yo estaba en el macizo 9 y si yo conocía este malestar supongo que lo sabrían todos, yo no lo dije porque no estaba ahí”.
El momento más tenso es cuando se ha recriminado al minero que ante la jueza de instrucción negó que hubiera oído que en el taller siniestrado había bóveda, y ahora ha defendido que sí se comentaba en los aseos entre los trabajadores. "En ese momento andaba con depresión entonces, igual se lo dije a la jueza”, ha afirmado.
Para terminar, La jueza ha realizado dos preguntas sobre la seguridad. Según el testigo, al 1,5% se sale del taller, al 2,5% se sale para un lugar más seguro o para la calle, “al 5% no hay que estar allí”. También le ha preguntado cómo se coloca el autorrescatador si no hay aire limpio, y ha afirmado que “lo que te dé tiempo”.
"Abuso de poder"
Miguel Ángel González Rodríguez, otro sutilador en el macizo 7º en la planta 6ª implicado, entre lágrimas también ha declarado de una manera dura lo vivido aquel día. "Encontré a Cabello (otro minero) echando espuma por la boca, pensé que tenía más posibilidades y le saqué para afuera y lo reanimé, mi intención era entrar a por Tella (otro compañero), me pongo el autorrescatador, vomité, pero un compañero no me dejó entrar". Ha reconocido que sigue en tratamiento psiquiátrico por lo vivido y actualmente tiene incapacidad laboral total. "Se daba una mayor importancia a la producción que a la seguridad", ha manifestado en relación a la forma de trabajar en los últimos años en la Hullera Vasco Leonesa. Aquí ha desmentido a la declaración de Antonio del Valle que afirmó que en 2013 no interesaba producir mucho porque no se vendía debido a la crisis.
Asimismo, como aseguraron sus compañeros en el día de ayer, ha reconocido que había bóveda y que no terminaba de hundir. El "abuso de poder en esta empresa es bastante", ha afirmado al ser preguntado por las razones que los mineros no protestaban por la situación en la que se trabajaba y ha asegurado que si se negaban a hacer algún trabajo había represalias que repercutían en las nóminas. "Yo en ese momento no tenía ningún vigilante, estábamos solos y nos decían que éramos mayores y que nos sabíamos cuidar solos".
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