El convento de San Juan de la Cruz de Alba de Tormes acoge la exposición 'Azaga de tu huella', de Antonio Oteiza
En Alba de Tormes, en el claustro del convento de San Juan de la Cruz, de los Padres Carmelitas Descalzos, desde el día 12 de diciembre de 2020 hasta el 31 de enero de 2021, puede visitarse la exposición “Azaga de tu huella”, que el prestigioso escultor Antonio Oteiza (San Sebastián 1926), realizó en el año del IV centenario de la muerte del santo de Fontiveros(1991). Se trata deveintiuna escenas de la vida de San Juan de la Cruz, esculpidas en bronce.Por medio de estas piezas artísticas nos acercamos a la figura del místico castellano en el entorno de las celebraciones de los 450 años de la fundación teresiana de Alba de Tormes que contó con la presencia del doctor místicoen 1571.
El visitante de esta exposición gratuita contará con una guía en la que se compendio la historia del primer convento dedicado a este Santo y que se encuentra en la villa ducal, además contiene un acercamiento al escultor Antonio Oteiza y las fotografías de las piezas con sus textos explicativos.
Las obras sugieren al visitante un diálogo personal con las escenas que se contemplan y un conocimiento del personaje que describen desde el interior de sí mismo.El lugar en el que se realiza la muestra artística invita a acercarse con profundidad a la vida y obra de San Juan de la Cruz,el más sublime lírico de lengua española. Ven y verás en Alba de Tormes esta exposición única.
450 años de la fundación de Santa Teresa en Alba de Tormes
Santa Teresa de Jesús funda el monasterio de las Carmelitas Descalzas de Alba de Tormes el 25 de enero de 1571, en presencia de San Juan de la Cruz, y muere aquí el 4 de octubre de 1582, permaneciendo en su fundación su sepulcro.
En Alba de Tormes, el encuentro de Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz: El santo escribe como altísimo místico, y en su Cántico Espiritual canción 13, n.7 dice que se abstiene de tratar de otros temas espirituales, porque "la bienaventurada Teresa de Jesús, nuestra Madre, dejó escritas de estas cosas de espíritu admirablemente; las cuales espero en Dios, saldrán presto impresas a luz". Y de hecho la edición de los escritos de la Santa salió en Salamanca en 1588, preparada por Fray Luís de León, el mejor intelectual del momento, al que la Orden de los Carmelitas Descalzos encarga la publicación de las mismas.
San Juan de la Cruz vino a Alba a la fundación teresiana del convento de las Carmelitas Descalzas el 25 de enero de 1571.
Le invitó personalmente la Santa, y los días que pasó aquí anduvo ayudando en el edificio material del monasterio de la Anunciación del Carmen, mezclándose con los albañiles en el trabajo de la construcción de mismo. En Alba permaneció varios meses. Agradecidas las monjas por la ayuda material que les prestó se lo agradecieron más todavía por el alimento espiritual que les dio en aquellos días y por sus enseñanzas doctrinales. El santo vino a Alba de Tormes desde la localidad salmantina de Mancera de Abajo, lugar al que se había trasladado la primera fundación de Descalzos de Duruelo. En estos dos lugares primitivos de la Reforma Carmelitana, perviven en la actualidad sendos conventos de Carmelitas Descalzas fundados por Santa Maravillas de Jesús, quien recupera para la Orden estos lugares de sus inicios históricos.
El Convento de San Juan de la Cruz en Alba de Tormes, se termina de construir en 1692. Es la primera iglesia y el primer convento del mundo dedicados a este santo y toda su estructura y distribución, en convento e iglesia, refleja fielmente la arquitectura carmelitana propia del Barroco Carmelitano.
Durante los años 2017 y 2018 se remodeló toda la planta baja del convento, que comprende el claustro procesional con su patio, la sacristía mayor, el refectorio antiguo, la portería y salas de visita, el jardín conventual y varias salas de exposición permanente, tomando el nombre de Centro Teresiano Sanjaunista “Entremos más adentro…” En los espacios señalados, se pueden contemplar, además de las riquezas arquitectónicas, las piezas artísticas que en ellos se encuentran.
Un acontecimiento importante en la historia de esta casa fue el Año Jubilar Teresiano del 2017 al 2018 y la gran exposición Vítor Teresa celebrada con motivo del mismo.
Este edificio, forma parte del entorno de Bien de Interés Cultural y está declarado monumento; permanecía habitualmente cerrado a los visitantes y ahora está abierto para la visita de peregrinos y turistas, albergando en este momento en el claustro conventual la exposición de escenas de la vida de San Juan de la Cruz “A ZAGA DE TU HUELLA”, con obras del escultor Antonio Oteiza, del 12 de diciembre de 2020 al 31 de enero de 2021. Así conmemoramos los 450 años de la fundación teresiana de Alba de Tormes.
Antonio Oteiza
Antonio Oteiza nace en San Sebastián el 26 de junio de 1926, hijo de Carmen Embil Giner y JoséOteiza Lasa. Misionero, capuchino y artista. Se ha descrito a sí mismo como “capuchino aventurero”. Ha utilizado el arte cómo medio evangelizador. Actualmente está destinado en el convento del “Cristo deEl Pardo”, en Madrid, manteniendo una gran actividad a sus 94 años.
A los diez años, se traslada con su hermano Ignacio a vivir a Orio, donde estudia en el Colegio la Salle de Zarauz, a cinco kilómetros de Orio. En 1945 entra en el noviciado de los Capuchinos, en Bilbao y comienza a estudiar Filosofía (1946-48) y Teología (1949-52), siendo ordenado sacerdote en Madrid por el obispo Eijo Garay en 1953. Destinado como misionero en Báyamo (Cuba), pasa 5 años en Venezuela y recorre el Orinoco; allí conoce la cultura de los indios Guayo y los indios Motilones, en la Sierra de Parijá, entre Colombia y Venezuela.
Antonio inicia su carrera como artista realizando sus primeras obras en la década de los 50.
“Mi afición por el arte nació de una necesidad; andaba a mis 30 años por el oriente venezolano, y era el año del tercer centenario de la llegada de los capuchinos a esas regiones donde habían fundado multitud de pueblos. Quise hacerles algún recordatorio, pensé en un monumento y busqué un escultor, pero no lo encontré. Así que busqué barro y todos lo necesario y lo hice yo mismo.”
De vuelta a Madrid en 1961, plantea a sus superiores dedicarse al arte religioso. Recibe clases durante un mes de manos del escultor Víctor de los Ríos y del pintor de San Fernando Amadeo Roca. Monta un taller en el convento capuchino de Cuatro Caminos (Madrid) y allí crea sus primeras obras, perfectamente figurativas, como corresponde a los criterios de una formación académica. Allí realiza piezas como “San Francisco y el lobo”, “San Francisco y las tórtolas” y dos acerca de Pau Casals. En estas se aprecia la confluencia o síntesis formal entre las formas redondeadas orgánicas y los planos geométricos nítidos.
Antonio va definiendo lentamente su propio estilo. Trabaja madera y piedra. A mediados del mismo año se le da permiso para estudiar arte en La Escuela Internacional de Perusa (Italia). A su vuelta, en 1963, Antonio expone en Vitoria con el jesuita Santiago Montes. Durante estos años participa en el movimiento de renovación del arte religioso que promueve el concilio Vaticano II.
En octubre de 1964 Antonio se ve obligado a desmantelar el taller de Cuatro Caminos, pues es destinado a La Coruña, donde se instala en el convento de Capuchinos de Gijón. Allí reanuda la práctica de la cerámica, en la Fábrica de Loza del barrio del Natahoyo. En Gijón quedan muchos trabajos suyos, que ascienden a casi 20 obras.
En 1969 pasa un año en Aránzazu con su hermano Jorge, donde trabaja en la obra de la Basílica. Su hermano Jorge es elegido para encabezar la obra junto al arquitecto Saénz de Oiza, los escultores Lucio Muñoz y Eduardo Chillida, los pintores Carlos Pascual de Lara y Néstor Basterrrechea y fray Javier M. de Eulate, autor de las vidrieras. Es la única vez que los dos hermanos trabajarán juntos.
“Cuando en tu familia surge una personalidad artística, piensas que lo que merece la pena, ese pensamiento te puede inducir a actuar. Ese ha sido mi caso… Podemos estar influidos por motivaciones similares. Jorge ha razonado todo su arte, esto es muy importante. Yo, por mi parte, intento ser espontáneo y estar cerca de la frescura del arte popular.”
En 1970 Antonio vuelve a partir rumbo a Recife (Brasil). Durante tres meses remonta el curso del Amazonas en barca, desde Belén a la cordillera de los Andes, donde escribe “Aventurero sin equipaje por el Amazonas”. En enero de 1971 es párroco de Angasmarca, en los Andes peruanos, experiencia que le marca y que refleja en su libro “Cartas parroquiales de Angasmarca”. Vuelve a España atravesando el Pacífico, con lo que completa la vuelta al mundo.
“Una de las conciencias que da el viaje, aquel que pasa la vida de peregrino por el mundo, es que en cada lugar se va dejando parte de su vida, lo que le concede ya un derecho de pertenencia a ese lugar, se siente que se va dejando el futuro cadáver en cada lugar, porque en el último lugar en que va a quedarse tampoco le corresponderá el quedarse.”
Desde que dejó América atrás, ideaba volver, pero aún no sabía que se iba a a convertir en un aventurero incansable, por los sitios más recónditos de la geografía americana. El riesgo, el miedo, lo desconocido, la propia muerte son límites que él mismo desafía con tal suerte, que en varios cuadernos recogió datos importantes para luego narrarnos día a día, sus vivencias en el río Amazonas. Indudablemente a partir de ahora empieza la obra de su vida, que perdura hasta el día de hoy.
Los bronces de Oteiza procedentes de Fontiveros (Ávila), cuna de San Juan de la Cruz, fueron realizados por el artista en los años 1990 – 1991 con motivo del IV centenario de la muerte del santo.
GALERÍA DE IMÁGENES DE LA EXPOSICIÓN
Exposición Escenas de la vida de San Juan de la Cruz
“A ZAGA DE TU HUELLA”
Obras del escultor Antonio Oteiza
1990 - 1991
Del 12 de diciembre de 2020 al 31 de enero de 2021
Claustro del convento de San Juan de la Cruz
Centro Teresiano Sanjuanista “Entremos más adentro…”
Visitas: Sábados y Domingos
Mañanas: de 10,00 a 13,30
Tardes: de 16,00 a 19,00