Los juguetes son antiguos, tanto como el hombre. Pero no siempre han existido tiendas especializada cuyo negocio de venta fueran los juguetes y las chuches o golosinas para los niños. Esta es la historia de una juguetería emblemática de la ciudad de Salamanca, El Barato, una tienda conocida más allá de los límites geográficos de la capital y la provincia. Porque, ¿quién no ha comprado alguna vez en El Barato de Salamanca?
Este negocio, ya en su tercera generación -regentado ahora por los hermanos Diana y Enrique García- fue fundado al terminar la Guerra Civil y, desde entonces, se mantiene "boyante" después de ochenta años de andadura comercial. Fue fundado por Bernardo y Enrique García Sanjosé y después Juana Lozano siguió la andadura en la segunda generación.
El Barato es la historia viva de un negocio familiar que ha soportado la evolución experimentada por el mundo mágico de los juguetes. Diana y Enrique siguen asesorando, "con cariño y dedicación", tal como hicieron el abuelo Bernardo y los siguientes herederos, explica Diana a EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León.
El Barato, una historia que arranca a inicios de los años cuarenta, cuando una familia de Zamora, Bernardo García Vázquez, con una camisería en la calle Viriato, 'Camisería Moderna', se trasladan a Salamanca. Al principio abre un bar para, en 1942, abrir la primera juguetería El Barato, en el número 9 de la calle San Pablo. En esos inicios, este comercio vende caramelos, almendras, pastillas de leche de burra, regaliz de palo, chochos -cual peladillas de gran tamaño-, pero también baratijas, juguetes normales y mejores.
Y el abuelo Bernardo se centra en los juguetes tradicionales. Son las canicas, los cromos, los anillos, las pulseras, los globos, los cigarrillos de anís, los sobres sorpresas -quién no ha comprado alguno- y, explica Diana, cerámica de Manises como tazones y platos que intercambia con los traperos por trapos viejos y suelas de alpargatas hechas con neumáticos. Además, el folleto número 12 del Museo del Comercio de Salamanca, escrito por Marta Bonilla, es la historia de El Barato en sus ochenta años.
Después, a raíz del crecimiento del turismo en Salamanca, llegan las muñecas andaluzas y, cómo no, las charras, expuestas en los escaparates. Y, así, con buenas perspectivas de negocio abren una segunda tienda en la avenida de Mirat. Dos locales siempre funcionando que van cambiando de ubicación, así de San Pablo a la Rúa, también a la calle Toro y, hasta hoy, en la calle Zamora.
Hoy, El Barato, que se ha sabido adaptar a los nuevos tiempos, tiene sus estanterías llenas de juguetes, asequibles a todos los bolsillos, es una referencia en la venta de juguetes en Salamanca. Es la atención personalizada del comercio de toda la vida y la experiencia en el trato con el cliente.
En estos días, con tanta fiesta importada, también se ha especializado en el disfraz. Ofrecen una amplia variedad, de los más sencillos a los más sofisticados, para niños, jóvenes universitarios, despedidas de solteros, fiestas y cualquier celebración.
Es que Salamanca, que no concibe sin su Plaza Mayor, sin La Celestina o la Universidad, tampoco se concebiría en el imaginario infantil sin su tienda de los sueños, El Barato.