Primera fase del estudio del sepulcro y las reliquias de Santa Teresa de Jesús, en Alba de Tormes

Primera fase del estudio del sepulcro y las reliquias de Santa Teresa de Jesús, en Alba de Tormes ICAL

Salamanca

Santa Teresa, al descubierto: la ciencia desvela su rostro, su dolor y su cuerpo intacto

Su piel, su rostro y hasta su mirada siguen presentes en el mayor estudio realizado sobre sus restos revelando una figura tan humana como extraordinaria.

Más información: El cuerpo de Santa Teresa de Jesús será expuesto para su veneración pública del 11 al 25 de mayo en Alba de Tormes

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A más de cuatro siglos de su muerte, Santa Teresa de Jesús sigue desafiando los límites entre lo humano y lo extraordinario.

Esta vez no desde sus escritos, sino desde su propio cuerpo. Un equipo internacional de científicos ha completado el mayor estudio forense realizado hasta ahora sobre sus restos, y los resultados sorprenden, conmueven, humanizan y dejan a la comunidad científica sin palabras.

Coordinados por el prestigioso antropólogo médico Luigi Capasso, los trabajos comenzaron el pasado mes de agosto de 2024 en la Villa Ducal de Alba de Tormes (Salamanca), donde se conserva el cuerpo principal de la santa, y se extendieron a otras ciudades donde se encuentran reliquias como el pie derecho, la mano izquierda o el corazón.

El equipo ha trabajado con tecnología puntera: análisis químicos, radiografías, microscopios electrónicos y pruebas de ADN. El resultado es una radiografía física -y profundamente humana- de una de las figuras más icónicas de la historia de España.

Enferma, pero nunca vencida

El cuerpo de Teresa estaba castigado por múltiples dolencias. Sufría una cifosis severa que le obligaba a caminar encorvada, artrosis en ambas rodillas -más grave en la izquierda-, espolones óseos en los talones que dificultaban el apoyo de los pies y hasta una infección crónica en el dedo gordo, lo que hoy llamamos una “uña encarnada”.

Respiraba con dificultad y dormía con incomodidad. Todo indica que sus movimientos eran limitados y dolorosos.

A nivel dental, el panorama era aún más desolador: apenas le quedaban tres dientes, todos muy desgastados, con caries y sarro acumulado. Las radiografías del cráneo revelan que había perdido casi toda la dentadura antes de morir.

Y sin embargo, el estado de conservación de sus restos es simplemente asombroso. La momificación es natural, no hay rastro de productos químicos y el rostro se mantiene en un grado excepcional.

Se conserva el cuero cabelludo, parte del iris del ojo derecho, los párpados, la nariz, el pabellón auricular y la estructura muscular facial. Según los investigadores, su expresión serena aún transmite la paz con la que afrontó la muerte.

Reconstrucción facial y análisis genético

La investigación ha incluido, además, la reconstrucción de su rostro en vida en el Victorian Institute of Forensic Medicine (Australia), mediante técnicas forenses aplicadas a las radiografías y medidas antropométricas obtenidas durante el estudio con unos resultados que se darán a conocer próximamente.

Paralelamente, los análisis genéticos que se realizan en Italia podrían arrojar luz sobre posibles enfermedades hereditarias, especialmente cardíacas.

El corazón, del que se conserva una parte, no muestra signos de patologías en vida, aunque sí marcas de cortes posteriores a su muerte.

El informe, firmado por Capasso, ha sido entregado a la Orden del Carmelo Descalzo y se encuentra depositado en Roma y Alba de Tormes. El equipo ha completado también tareas de conservación y desinfección del cuerpo para garantizar su estabilidad futura. 

El estudio forense de sus restos además de aportar datos médicos o antropológicos, reconstruye una vida marcada por el sufrimiento físico y sostenida por una fortaleza interior difícil de explicar. Ahora, la historia y la ciencia se dan la mano para completar el retrato más real de Santa Teresa.

Una santa que hoy, gracias a la ciencia, sigue hablándonos con su cuerpo, su historia y su rostro.