Argüello critica la "expansión" de políticas abortistas en un mundo donde la gente "se muere de hambre"

El arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, ha presentado este martes la campaña anual de Manos Unidas contra el Hambre que se llevará a cabo con eventos en Valladolid hasta el próximo domingo 12 de febrero. En el próximo año, desde el Arzobispado centrarán su trabajo en "denunciar el genocidio del hambre", que cada año "mata" a 3,5 millones de personas y a "trabajar contra la desigualdad". 

En este sentido, Argüello lamentó que "en medio de este mundo que muere de hambre, es intolerable no apostar a favor de la vida, no tratar de solucionar los conflictos de una manera distinta a la vía militar". Y puntualizaba que, en el momento en el que hay "200 millones más de hambrientos en el mundo", ha habido una "expansión" de las políticas abortistas. Y matizaba que: "Ante la impotencia de dar de comer, se decide que haya menos comensales en la mesa".

Esta campaña es una "oportunidad para seguir trabajando por los empobrecidos" porque "una de cada diez personas vive con menos de dos euros al día y una de cada tres mujeres entre los 15 y 50 años sufre anemia", según informaba José María Gil. Por ello, desde Manos Unidas apuestan por eliminar las "iniquidades que atentan contra la vida digna", promoviendo sociedades más justas, pacíficas e inclusivas: "Frente a la pobreza no valen las palabras retóricas y discursos bonitos". 

Luis Argüello ha manifestado que para muchas personas, frenar el hambre es un reto "imposible" pero desde la comunidad cristiana "se tiene que ayudar a la sociedad a tomar conciencia y frenar la desigualdad" para estar al lado de la "fraternidad y esperanza y combatir esta injusticia que es el hambre".

Manos Unidas Valladolid logró recaudar el año pasado 1.169.000 euros que permitieron financiar once proyectos. Todo ello con el objetivo de "poner en el centro la vida social y política" y combatir esa "radical desigualdad que es morirse de hambre". En la presentación de la misma han contado con el testimonio de María José López que ha pasado más de la mitad de su vida en la misión y que durante estos días va recorriendo colegios y parroquias. Según afirmaron desde la ONG ella es testigo de que "las pequeñas cosas que hacemos sí dan resultado". Un hecho que provoca que haya "esperanza, solidaridad y ganas de superación".