Colas de más de un kilómetro y desesperación por el corte del túnel de la avenida de Salamanca

No está siendo una mañana de lunes tranquila para el tráfico de la ciudad de Valladolid. A los ya habituales problemas de acceso sobre todo al centro, se ha sumado desde hoy uno de mayor arraigo, en la principal artería de tráfico, la avenida de Salamanca. Desde primera hora de la mañana se han producido retenciones que en algunos momentos ha llegado a ser de un kilómetro. Paciencia y otras alternativas es lo que les queda a los conductores vallisoletanos ante las obras para sustituir las rejillas por imbornales en los márgenes de la calzada. La Policía local lo advierte: "En lo posible evita circular por la zona".

Aunque los vallisoletanos estaban avisados, el problema se ha hecho patente. Son los agentes de policía los que están haciendo que el tráfico sea más fluido, regulando los cruces desde Parquesol por el cierre de los carriles hasta el barrio de La Victoria. Lo que ocurre es que este trastorno se suma a otros. Por ejemplo, el corte de la calle Monasterio de San Lorenzo del Escorial, que lleva cortada desde el 16 de enero y que permanecerá así hasta el 16 de abril, y eso impide que Villa del Prado se pueda convertir en un acceso para los conductores que van desde la zona de Parquesol.

Policias organizando el tráfico

El Ayuntamiento de Valladolid prevé que el túnel de la avenida de Salamanca, en la calzada en sentido norte, se abra al tráfico para el próximo fin de semana. En los próximos días permanecerá cortado al tráfico para sustituir las rejillas que recogían el agua de lluvia por imbornales en los márgenes de la vía. Hay que recordar que la semana pasada, entre el lunes y el jueves, se sustituyeron las rejillas existentes en la calzada en sentido sur, lo que hizo que estuviera cortado el paso hacia el sur.

La concejala de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, María Sánchez, ha explicado que se está invirtiendo 25.000 euros en la corrección del sistema de rejillas, que se habían colocado de forma perpendicular al sentido del tráfico, lo que suponía un “peligro” para los usuarios del túnel de la avenida de Salamanca.