Las peripecias de dos jóvenes universitarios para encontrar un piso en Valladolid

La oferta de pisos compartidos en Valladolid crece en los últimos tiempos. La capital vallisoletana refleja el menor incremento, en cuanto al precio medio del alquiler en pisos en Castilla y León, con un 4%, hasta los 250 euros mensuales. En Ávila, que lidera el ránking de crecimiento a nivel nacional, esta subida se ha incrementado hasta en un 19%.

Sin embargo, estos datos parece que se ajustan con la realidad que viven, fundamentalmente, los estudiantes que llegan hasta Valladolid en busca de un piso en alquiler para poder estudiar en la ciudad del Pisuerga la carrera de sus sueños. Cada vez el precio es mayor y, ahora, se alquila por habitaciones. Un chollo para los arrendadores que sacan más cuartos a estos jóvenes que lo único que quieren es un sitio para poder dormir y estudiar.

EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León charla con Ángel Abellán Gallego, de 20 años, nacido en Madrid y que ha encontrado cobijo para estudiar el 4º año del Grado en Historia y Ciencias de la música en la Facultad de Filosofía y Letras, lo ha hecho en la zona de San Juan/ Batallas. Y también con Marcos Encinar Sánchez, un abulense de 22 años que cursa un grado en Ingeniería en Telecomunicaciones que se ha instalado en la zona del Hospital Clínico.

Ángel, a la búsqueda de un piso en Valladolid desde el mes de abril

“He comenzado el 4º año del Grado en Historia y Ciencias de la Música, en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Valladolid. Se trata de una carrera bastante limitada en todo el país, que consiste en el estudio y la comprensión de cómo ha funcionado la música desde el siglo XIV hasta nuestros días”, asegura en declaraciones a este periódico, Ángel Abellán Gallego.

Un universitario de 20 años que nació en Madrid pero que marchó de Extremadura, la que considera su tierra, para comenzar sus estudios en la Universidad de Valladolid. Se considera una persona melómana. Además, trata de hacer amigos allá por donde pasa e intenta también estar en forma practicando deporte.

“Tuvimos que realizar una búsqueda del piso bastante larga que comenzamos en la segunda quincena del mes de abril. Encontramos, en las múltiples páginas existentes y que van dirigidas a la venta o el alquiler de pisos una lista extensa. Sin embargo, comprobamos que muchos de ellos estaban sin amueblar o no podían alquilarse”, cuenta nuestro entrevistado.

Sobre el precio de los mismos, afirma que “encontraron cinco o seis ofertas” que “se adecuaban a sus necesidades” pero, los precios, rondaban los “800 a 950 euros” a los que había que suma el precio del agua, del gas, los gastos de comunidad y demás por lo que acababan pagando más de 300 euros al mes cada uno de los tres amigos que finalmente han encontrado un alquiler más barato.

Un alquiler para tres por 750 euros

“Al final, tuvimos la suerte de visitar un piso en la zona de San Juan / Batallas que nos convenció desde el primer momento. Más en concreto, en el Paseo del Cauce. Se trata de un piso pensado para tres estudiantes. Y recalco lo de pensado para estudiantes porque a diferencia del resto de pisos que fuimos a visitar, este cuenta con el mobiliario necesario para cualquier universitario”, añade el estudiante del grado de Historia y Ciencias de la Música.

Un bajo en el que nada más entrar nos encontramos con un salón en el que sobra espacio, una Smart TV, una cocina separada por un arco que “es bastante amplia con un horno y un pequeño rincón para la lavadora, nevera, fregadero y placa para cocinar”. Además de un baño con plato de ducha y tres habitaciones.

“Tras ver este piso nos pareció que no estaba mal de precio. Nos sale, cada mes, por 750 euros, sin sumar los gastos de luz y agua que son insignificantes”, apunta nuestro protagonista. El precio, a dividir entre los tres.

Ángel hace un llamamiento para que “aumente el número de vendedores que alquilen a estudiantes con precios pensados para ellos”. “Creo que un piso acogedor y que cubra la necesidades de los estudiantes, a un precio razonable, se va a alquilar mejo que uno en condiciones pésimas cuyo alquiler ascienda a los 900 euros”, finaliza.

Marcos, el “teleco” que deja el Colegio Mayor para buscar un piso en Valladolid desde julio con su hermano

Marcos Encinar es un joven de 22 años nacido en Ávila. Se define como una persona “con muchas ganas de aprender en todos los ámbitos” y de “lograr los objetivos que tiene en mente”. Está estudiando Ingeniería de Telecomunicaciones en Valladolid y entró a la carrera allá por el año 2020.

“Este año se plantea como un gran reto para mí. No es una carrera fácil, pero creo que podré obtener buenos resultados con esfuerzo y constancia. Elegí Valladolid para estudiar porque lo más cercano que tenía era Madrid y allí era todo mucho más caro. Yo quería, también, la tranquilidad que me aporta Valladolid para vivir”, afirma nuestro segundo entrevistado.

Empezó a buscar piso junto a su hermano el 14 de julio. Quería dejar ya el Colegio Mayor en el que había pasado los años anterior. “Creo que empezamos a buscar un poco tarde. Pienso que, si comienzas antes, no vas a tener problema para encontrar. Luego, otra cosa es el precio”, añade el “teleco”.

“Pienso que, a veces, sí que se pasan un poco con el precio. También entiendo que los alquileres puedan aumentar un poco por la inflación que provoca que todo hoy nos cueste un poco más que hace un tiempo”, asegura.

El alquiler para Marcos y su hermano: entre 750 y 800 euros

Marcos y su hermano vieron un total de cinco pisos. Finalmente, ambos se han instalado en uno que se encuentra cerca del Hospital Clínico Universitario. Una vivienda que cuenta con dos habitaciones, salón, cocina, mini terraza y baño. Un piso pequeño pero que se adapta a sus necesidades.

“El alquiler son 580 euros, sin añadir luz, agua, gas e Internet. Todo sumado llegaría  a los 750-800 euros, aunque depende del mes”, justifica nuestro segundo protagonista que apuesta, como Ángel, por “poner a disposición más pisos dirigidos a estudiantes en Valladolid”.

Precios abusivos y escasez de los mismos en la ciudad del Pisuerga. Pese a todo, tanto Marcos, como Ángel, han podido encontrar uno para afrontar el nuevo curso universitario.