Fachadolid, así surgió el sambenito que la ciudad del Pisuerga intenta quitarse de encima
El término con el que mucha gente hace referencia a Valladolid de manera peyorativa tiene un curioso origen
25 enero, 2024 07:00Noticias relacionadas
Hay ciudades y lugares a los que las cuesta quitarse las etiquetas o los denominados sambenitos. Ocurre con la tacañería de los catalanes, la vaguería de los sevillanos o la indecisión de los gallegos. Y a Valladolid le tocó eso de Fachadolid. Un termino que es relativamente moderno, pero que ha creado arraigo para algunos que lo usan siempre de forma despectiva para hablar de la ciudad del Pisuerga.
Y es que como curiosidad, este término nació un 25 de enero de 1981, pero todavía sigue coleando, pese a que desde entonces en la ciudad haya gobernando durante 24 años los socialistas y 20 años la derecha. Aunque cada vez la diferencia sea menor entre un lado y otro. Pero vamos al meollo y a saber de dónde viene eso de Fachadolid, que sigue siendo usado por cómicos para buscar el chiste fácil, por aficiones deportivas o también, y eso ya tiene más delito, por los propios políticos.
Podría parecer que el término podría proceder de 1934 cuando en el teatro Calderón la Falange española y las JONS (las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista) se fusionaron en el ya famoso 4 de marzo. Pues no. O de que el escudo de Valladolid tenga una laureada que simboliza el reconocimiento de Franco a la ciudad. Tampoco. Hay que irse como decimos al 81, un año antes del Mundial de fútbol celebrado en España, para buscar en un artículo de la mítica revista Interviú, esa que era tan buena por sus reportajes. Lo curioso es que estaba firmado por un seudónimo (Nicolás Sánchez) y realmente por el periodista de El Norte de Castilla Fernando Valiño, tal y como refleja Roberto Delgado en su libro Tal día como hoy. Calendario Histórico de Valladolid. Aunque el autor original dejaba claro que no era un nido de fascistas, “sino una banda de pistoleros hijos de papá”.
“Valladolid es Fachadolid. Toda una ciudad vive desde hace dos años atemorizada por una banda de pistoleros, niño de papá y macarras, que todos conocen menos la policía, y que han dado pie a Blas Piñar para decir en el último congreso de Fuerza Nueva: ‘La calle es nuestra’", así arrancaba el artículo de Interviú. Nadie pensaba que la sombra de este nombre se iba a hacer tan alargada. El artículo generó mucha polémica y llegaron las primeras demandas.
El original palabro quería resumir un movimiento que se había despertado en la ciudad contra militantes y partidos políticos de izquierda por parte de la extrema derecha con palizas y actos vandálicos. Hubo lanzamientos de piedras contra el Ayuntamiento, atentado en ‘El largo adiós’, bombas contras sedes de los sindicatos e incluso dos fallecidos. De esa violencia que ahora está en entredicho con el nuevo pacto entre PSOE y Junts para mantener la formación de Gobierno. Quizás en otros lugares hubo más atentados y violencia de extrema derecha, pero Valladolid se quedó con la cruz. Pocos se acuerdan que en esta ciudad nació un poderoso movimiento obrero con la llegada de FASA Renault o de la resistencia que se realizó desde la Universidad. Quizás sonaba mejor eso de Fasadolid.
Pues bien, la palabra ya se empezó a popularizar y es ahora la pena que hay que pagar. Aunque es cierto que cuando las palabras se usan tanto y sin sentido, acaban ya por perder su significado. Al igual que se usa 'facha', también se usa un Fachadolid, para una tierra que no lo merece ni lo siente, aunque es cierto que se emplea más fuera que dentro. Ahora ya se prefiere eso de Pucela, aunque no se sepa su procedencia. Valladolid hoy ya no es Fachadolid.