"Tengo una especial responsabilidad, que es cuidar ese ejercicio de colegialidad de los obispos de España, su vinculación con el de Roma, alentar a que todo el pueblo de Dios camine unido en la denominada sinodalidad de Iglesia y el deseo de llevar la buena noticia del Evangelio a todas las personas que la quieran acoger". Estas han sido las primeras palabras del arzobispo de Valladolid, Luis Argüello tras ser elegido presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) en la mañana de este mismo martes 5 de marzo.
Apenas unos minutos después de su nombramiento, el monseñor ha protagonizado una primera aparición pública junto al nuevo vicepresidente de la institución, el cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo, para anunciar cómo afronta esta nueva etapa profesional, un camino en el que pretende desarrollar su tarea desde "la fidelidad". Asimismo ha admitido que, aunque por el momento no tiene "ningún programa de Gobierno", considera que lo que puede aportar a la CEE es el "fanatismo de un apasionado por el Evangelio y la iluminación de alguien al que le gusta leer novelas y ensayos".
El arzobispo también ha dejado claro que "el deseo de estar presente en la vida pública forma parte de la Iglesia". "Nosotros estamos deseando que los laicos tiren de nosotros y que su deseo de estar presentes nos haga también a nosotros espolear nuestra vocación al ministerio pastoral", ha admitido. De hecho, según ha revelado, la Conferencia Episcopal está preparando un gran encuentro para febrero de 2025, con el que pretenden "impulsar todas las vocaciones y singularmente, la vocación laical", que, en opinión del arzobispo de Valladolid, "tiene una espiritualidad llamada caridad política".
En este sentido, Luis Argüello ha hablado sobre la necesaria comunión que debe haber en la Iglesia y que fue manifestada por el cardenal Omella durante la apertura de la Asamblea Plenaria. Así, ha aclarado que en la Iglesia existe un único bando, el del "evangelio y el reino de Dios". "No tenemos otros bando". A partir de ahí, ha admitido que los arzobispos mantienen diferentes tipos de relaciones con los gobiernos, pero dejando claro que la línea de la Conferencia siempre ha sido "colaborar por el bien común" desde una postura "respetuosa y crítica".
El arzobispo de Valladolid también ha aprovechado la ocasión para mostrar su preocupación por determinadas situaciones en la que, muy probablemente, trabajará, tales como "la pobreza del corazón, la pobreza afectiva y pobrezas materiales que en este momento tiene la sociedad", fundamentalmente, los jóvenes y los inmigrantes.
Sin embargo, él encuentra "una gran esperanza" en algunos acontecimientos de la Iglesia católica, poniendo como ejemplo "el encuentro de primer anuncio celebrado hace escasas semanas, el congreso de educación de la iglesia en la escuela o las tantas y tantas iniciativas desarrolladas en por las iglesias".
"Pensamos que la sociedad tiene un anhelo oculto de encontrar fuentes para regeneración ética y espacios para propiciar reconciliaciones", ha añadido el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal, antes de hacer un llamamiento "al trabajo común": "Creemos que desde la escucha podemos descubrir latidos del corazón hacia los cuales el Evangelio de Jesús tiene una luz y un suelo firme que aportar para construir juntos un camino de bien común", ha apostillado.
El monseñor ha sido seleccionado como nuevo presidente de la CEE con 48 votos en la primera votación celebrada en el marco de la 124ª Asamblea Plenaria que se está desarrollando en Madrid desde ayer hasta el próximo 8 de marzo.
Así, Luis Argüello asumirá este cargo durante un mandato de cuatro años, que comprenderá desde este 2024 al 2028, en sustitución del arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, quien ocupaba el puesto desde 2020. En esta nueva andadura, el arzobispo de Valladolid estará acompañado por el cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo, en calidad de vicepresidente. Además, tal y como ha podido saber este periódico, el monseñor compaginará su trabajo en la CEE con sus funciones en el arzobispado de la ciudad del Pisuerga.
Y es que, cabe destacar que Argüello ya ha desempeñado funciones previas en la institución. Tanto es así, que entre 2018 y 2022 ejerció de secretario general y portavoz de obispos, mientras que actualmente es miembro de la Comisión Permanente, así como de la Comisión Episcopal para el Clero y Seminarios, además del responsable del Servicio de Pastoral Vocacional.
Ahora, el monseñor continúa su andadura institución, aunque, esta vez, como su máximo representante. Una gran noticia que, tal y como ha mostrado en la mañana de este martes, ha recibido con muchas ganas e ilusión.
"Un esfuerzo personal"
Horas después de su primera comparecencia pública en calidad de presidente de la CEE, el monseñor Luis Argüello ha utilizado las redes sociales de la Archidiócesis de Valladolid para enviar un cariñoso saludo "a los amigos y hermanos de la Diócesis de Valladolid y de toda la sociedad vallisoletana" y sincerarse con ellos a cerca de cómo se enfrenta a esta nueva etapa.
"Se que esto va a suponer un esfuerzo personal para mi, pero también para la Diócesis y especialmente para algunos de mis más estrechos colaboradores. Espero en todo caso que este nuevo servicio a la comunión de la Iglesia también sea algo que repercuta en el bien de la comunión y la misión vividas en nuestra Diócesis", ha expresado.
Asimismo, el monseñor ha aprovechado la ocasión para pedir tanto para él como para la sociedad vallisoletana "que el Espíritu Santo luz de los corazones nos impulse a anunciar el Evangelio", al tiempo que ha hecho un llamamiento para que "ofrezcamos el amor que brota del corazón de Cristo a todos aquellos que se acerquen a nuestra vida".
Finalmente, el arzobispo de Valladolid ha agradecido "los buenos deseos" dirigidos hacia su persona y se ha disculpado por las molestias que esta nueva responsabilidad pueda provocar en los vallisoletanos. "Sagrado Corazón de Jesús, en tí confío", ha concluido.
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