La mejor pasta de té de Castilla y León: tradición y una icónica guinda roja desde el obrador mítico de un pueblo de Valladolid
Desde el año 1965 lleva la marca, reconocida en la provincia pucelana, haciendo unas elaboraciones confiteras y pasteleras únicas
18 abril, 2024 07:00Noticias relacionadas
Era el 11 y 12 de abril cuando, en el Gremio de Pasteleros de Valencia, se celebró el concurso a la Mejor Pasta de Té de España 2024. El jueves se presentaban más de 300 elaboraciones llegadas desde todos los rincones del país y el jurado seleccionaba 30 de ellas como finalistas para el viernes.
En la final se colaron dos pastas vallisoletanas realizadas por la familia Arranz en su obrador. Por un lado: “The Waffle” (el gofre), representando a la Pastelería Julián Arranz de la ciudad del Pisuerga, y por otro “Sonia” que representa, a su vez, a la Pastelería Arranz de Pedrajas de San Esteban.
Cabe resaltar que la segunda, ha sido galardonada con el premio a la Mejor Pasta de Té de Castilla y León 2024 y que la segunda consiguió el segundo puesto, ni más ni menos.
“Nos conseguimos meter con dos pastas en la final, a nivel nacional. Las dos únicas en Castilla y León en algo que nunca nadie ha conseguido. Acabar con el galardón de hacer la Mejor Pasta de nuestra Comunidad es algo muy importante para nosotros. Estamos muy contentos por ello”, cuenta, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Julián Arranz, la tercera generación de pasteleros de una marca con mucha historia.
Desde del año 1965 en el obrador de Pedrajas
Fue en el año 1965 cuando abría sus puertas la Pastelería Arranz en la localidad vallisoletana de Pedrajas de San Esteban. Fue en el año 2013, cuando la familia se expandió para llegar hasta la capital vallisoletana con la Pastelería Julián Arranz, concretamente en la calle Lencería, número 4, a escasos metros de la Plaza Mayor.
“Pertenezco a la tercera generación de una familia pastelera. En el año 2006 me reincorporo al negocio familiar después de formarme en Barcelona y tras pasar por otras confiterías y obradores”, explica nuestro entrevistado.
En total, en ambas pastelerías, cuentan con una plantilla de seis personas. Julián, a sus 40 años, ha hecho las pastas del concurso junto a su padre y también elaboran postres, bombones y cuentan con una marca propia de palmeritas que venden, de forma online, y en tienda.
Dos delicias con premio
La pasta “Sonia”, que ha sido la galardonada con el premio a la Mejor Pasta de Té de Castilla y León 2024, está inspirada en la que es, posiblemente, una de las más icónicas como es la coronada con una guinda roja. Clásica, no solo de las pastelerías, sino de muchos hogares particulares. Está compuesta de una base de crumble de piñón y una guianduja de chocolate blanco y piñón, con una media esfera roja brillante, a modo de trampantojo de guinda rellena de una pasta de frutas de fresa, ganache de frambuesa y la guianduja que hemos mencionado con anterioridad.
La segunda mejor pasta de la Comunidad, también con el sello de Julián Arranz, pasa por ser “The Waffle”, que hace referencia a uno de los formatos dulces más reconocidos internacionalmente como es el gofre con el objetivo de atraer ese formato visual a la pasta de té para crear un concepto visual divertido y que sea reconocible por cualquier persona.
Sobre esta pasta, la línea gustativa del relleno va de la mano de la clásica tarta de queso, compuesta por una pasta de frutas de fresa, un praliné de piñón y queso curado de oveja, un sablé deconstruido de piñón y barquillo para recrear la base crujiente típica de la tarta de queso, a la que hay que sumar un fiorentín de piñón, que pasa por ser todo un clásico en el mundo de las pastas de té.
Dos pastas de té únicas, hechas desde la provincia de Valladolid, que se han ganado el premio de ser las dos mejores de nuestra Comunidad.
Una familia que sigue cosechando éxitos
“Al final, uno se siente muy contento y satisfecho por el hecho de que reconozcan su trabajo, no solo durante el concurso, también toda una trayectoria. Apostamos por las pastas de té y estamos radiantes de felicidad”, finaliza Julián Arranz.
Con estos dos premios, de quilates, la familia sigue cosechando éxitos. Ya consiguió el premio a la Mejor Pasta de Té de España en el año 1999. También el Segundo Mejor Maestro Pastelero Español en el 2011.
Además de los numerosos y merecidos reconocimientos, esta pastelería lleva muchos años mostrando su trabajo por todo el mundo, e impartiendo formación y llevando, a cada lugar, un trocito de la provincia de Valladolid y de Castilla y León.
Dos pastas para chuparse los dedos y una labor encomiable con el gran trabajo como telón de fondo.