Son ya miles los jóvenes estudiantes en Valladolid que, tras completar con éxito el bachillerato, están ya hincando codos para preparar, de la mejor de las maneras, unas pruebas de la EBAU que van a servir de baremo para poder estudiar lo que ellos desean y que acabará derivando, en unos años, en su profesión dentro del complicado mundo laboral.

En esta ocasión estas pruebas se van a celebrar, en su convocatoria ordinaria, los días 5, 6 y 7 de junio y para los que las precisen, la convocatoria extraordinaria será los días 8, 9 y 10 de julio. Serán momentos de nervios, de exámenes y pruebas que pueden marcar su futuro para el resto de sus vidas.

Eso lo sabe Irene Roldán Sánchez, de 18 años, y amante del baile, de la lectura, de la música y a la que le encanta dibujar. Una joven que ya se encuentra preparando estos exámenes con el fin de que la nota le llegue para estudiar criminalística, como primera opción y en Alcalá de Henares, o Químicas en Valladolid.

De Etiopía a Valladolid

“Soy una chica con mucho carácter. También divertida y sociable. Me encanta sacar una sonrisa a las personas que me rodean. Disfruto mucho bailando y pasando tiempo con las personas que más quiero. Eso es lo más importante para mí”, asegura, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Irene.

Nuestra protagonista nació en Etiopía. Fue adoptada muy pequeña y ha crecido en Valladolid desde pequeñita y toma a la ciudad del Pisuerga como su casa. Recuerda su infancia con cariño. Jugando en los parques, aprendiendo en el colegio y con su familia y divirtiéndose con sus amigos.

Comenzó estudiando en el Colegio Compañía de María La Enseñanza, desde la guardería y hasta el bachillerato. Precisamente, sobre esta última etapa, asegura que “han sido dos años intensos” y en los que “se cierra una etapa en muy poco tiempo”. Tras esto, a nuestra protagonista le tocará despedirse de los compañeros de toda la vida, así como del colegio en el que ha crecido.

“En el bachillerato, prácticamente todo el tiempo se centra en estudiar. A veces ha sido agobiante y estresante, pero también han sido años felices, de aprendizaje y de crecimiento personal. Ahora nos adentramos en otra etapa que no sabemos muy bien donde nos va a llevar, pero lo hacemos con la alegría de lo vivido”, afirma la joven.

Estudiando para sacar la mejor nota en la EBAU

Irene ha cursado el Bachillerato de Ciencias Biológicas, con Biología y Química. De momento, la nota del segundo curso no la conoce, pero la del primero se saldó con un brillante notable. Afirma que, desde principio de curso se viene preparando para las pruebas de la EBAU que afrontará los días 5, 6 y 7 de junio en fase ordinaria, pero ahora lo está haciendo con mayor intensidad.

“Estudio todos los días un poco de cada temario. El objetivo es comprenderlo y, además, practicarlo. También es importante descansar de estudiar y hacer actividades que te distraigan y diviertan. Yo disfruto mucho bailando, leyendo o saliendo a pasear”, nos explica la aplicada estudiante.

Su fórmula del éxito y con la que quiere triunfar en la EBAU pasa por ser la estudiar “cuatro horas al día” dependiendo de cada jornada e intensificar el esfuerzo cuando “se acercan las fechas claves”.

Estudiar entendiendo. Y descansar disfrutando. Ese es el método infalible de nuestra entrevistada.

Quiere estudiar criminalística

“Espero que en los exámenes que voy a afrontar de la EBAU me vaya muy bien. Sobre todo, que los nervios no me jueguen una mala pasada. Me estoy preparando de forma excelente para que la prueba me salga muy bien”, añade Irene convencida de que el esfuerzo siempre tiene su debida recompensa.

Necesita un 12 en las pruebas para estudiar la carrera que contempla como primera opción que es la de criminalística. Quiere completarla en la localidad madrileña de Alcalá de Henares, en lo que sería un cambio de vida radical para ella, lejos de su tierra. Lejos de Valladolid.

“En caso de que no pudiese entrar, mi segunda opción es Químicas y hacerla aquí, en Valladolid. Pero quiero ir paso a paso y ver donde consigo acabar definitivamente”, finaliza nuestra entrevistada.

A sus 18 años seguro que a Irene le va muy bien. Su mirada destila optimismo y sus palabras son de una persona madura. Seguro que el éxito llega.