Ana y su equipo trabajando en la Pastelería Ribón

Ana y su equipo trabajando en la Pastelería Ribón Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Valladolid

La pastelería centenaria que brilla con sus magdalenas en un pueblo vallisoletano: "Hacemos 600 diarias"

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Medina del Campo es una villa de origen prerromano que goza de una situación geográfica que podríamos calificar de privilegiada, en la zona suroreste de la provincia de Valladolid. La capital se ubica a unos 45 kilómetros, a unos 40 minutos si utilizamos el coche.

Se extiende sobre una superficie de más de 104 kilómetros cuadrados y a una altitud de 720 metros sobre el nivel del mar. Cuenta, en la actualidad, con una población que, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) llega hasta los 20.090 habitantes.

En la Villa de las Ferias nos podemos perder contemplando la belleza de su majestuosa Plaza Mayor, el encanto de sus calles, visitando el Castillo de la Mota y también empapándonos de todos los eventos culturales que se programan a lo largo de todo el año.

También podemos disfrutar de su gastronomía y aprovechar para visitar establecimientos hosteleros o panaderías y pastelerías que llevan en el lugar toda la vida, que son históricos y que ofrecen al cliente lo mejor de su repertorio, eminentemente artesano.

La Panadería-Pastelería Ribón es un claro ejemplo de ello. Con 129 años de historia, EL ESPAÑOL de Castilla y León se cita con Ana Ribón Martín, la pequeña de 10 hermano, 5 de ellos se encargan de llevar sacar adelante el negocio con sus tres locales. Conocemos los secretos del éxito de la marca.

Los productos de su pastelería

Los productos de su pastelería Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Los inicios

“Me considero una persona abierta. Me gusta relacionarme con la gente. Descubrir e inventar. Soy innovadora sin perder de vista lo tradicional. Me gusta actualizarme y estar siempre muy pendiente de las nuevas tendencias”, asegura, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Ana.

Natural de Medina del Campo, nuestra entrevistada tiene 54 años y siempre ha vivido en la Villa de las Ferias. Desde los 15 años ha estado implicada en el negocio familiar. En esa Panadería-Pastelería que suma, poco a poco, años desde que abrió sus puertas allá por 1895, ni más ni menos.

“Soy la menor de 10 hermanos. Recuerdo mi infancia con mucho cariño. Siempre he estado muy protegida y adoro a mi familia. Fue mi bisabuelo el que puso en marcha la Panadería-Pastelería Ribón de la que estamos muy orgullosos”, nos cuenta.

Un negocio que arrancó como panadería pero que, poco a poco, se ha ido transformando en pastelería. Ahora cuentan con dos locales y el obrador que dan el mejor servicio a todos los que buscan endulzar su vida.

Ana en su pastelería de Medina del Campo

Ana en su pastelería de Medina del Campo Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

El encanto de sus magdalenas

Tras pasar su bisabuelo y sus abuelos por el lugar, tomaron las riendas los padres de nuestra entrevistada. Fausto, que falleció hace 12 años, y Pilar que tiene 87 años y que sigue ayudando a sus hijos en todo lo que puede.

Y es que son, en la actualidad, cinco de los 10 hermanos los que llevan el negocio de una de las pastelerías más antiguas de la provincia de Valladolid con sus tres locales.

“Vendemos de todo. Pastelillos, petisús, raquetas, milhojas, productos de temporada como buñuelos y, ahora, para Navidad, también haremos turrones, casi todos trufados, pero también de mazapán o nata y yema, sin olvidarnos de los Roscones de Reyes”, explica nuestra entrevistada.

Sin embargo, en su obrador, también hacen rosquillas, bollos de aceite, cocadas y el que es su producto estrella, uno muy tradicional y que gusta a todo el mundo como es la magdalena.

Lo que más vendemos es la magdalena. En cada uno de nuestros establecimientos damos una con el café y luego son muchos los que compran más, a granel. Vendemos unas 600 diarias”, confiesa Ana orgullosa, como no puede ser de otra manera.

Los sabrosos productos de la pastelería de Medina del Campo

Los sabrosos productos de la pastelería de Medina del Campo Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

El futuro

De momento, el negocio va viento en popa y a toda vela. Además de los hermanos otros 10 empleados sacan, cada día, el negocio adelante con la mayor profesionalidad posible. Son un total de 15 los trabajadores del lugar.

“El objetivo pasa por seguir adelante tal y como estamos ahora. Vendiendo lo que vendemos y, si podemos, un poco más. Siempre quieres más. Hay trabajo y esperamos seguir teniéndolo durante muchos años más.

Ana asegura, mirando al futuro, que “es incierto” y apunta que “no tiene hijos” pero “sí sobrinos que están trabajando” con ella.

“Hay luz y esperanza. Ojalá que cuando nosotros nos jubilemos ellos cojan el testigo. Son negocios antiguos, con un gran peso familiar, que merece la pena conservar”, finaliza nuestra entrevistada.

Larga vida a la Pastelería Ribón en Medina del Campo.