Sede del Obispado de Zamora

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Así funciona el sistema de detección y control de abusos a menores en la Iglesia de Zamora

La oficina del menor de la Diócesis tiene a cinco profesionales (psicóloga, especialista en derecho canónico, trabajador social, acompañante espiritual y responsable de comunicación) que investigarían cualquier caso de este tipo y acompañarían a la víctima en todo el proceso

23 diciembre, 2021 07:00

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El pasado mayo de 2019, el papa Francisco ordenaba la creación de "uno o más sistemas estables y fácilmente accesibles al público para presentar los informes, incluyendo eventualmente a través de la creación de un oficio eclesiástico específico" para poder denunciar y prevenir los abusos infantiles en el seno de la Iglesia Católica. Así nacían las oficinas del menor, que encargarán de ofrecer a las víctimas de abusos la posibilidad de ser escuchadas y acompañadas a través de un equipo especializado.

Unas entidades que esta semana vuelven a cobrar importancia porque el papa Francisco recibía un informe de 385 páginas que recoge 251 nuevos casos de abusos a menores, elaborado por El País, y tras el cual Bergoglio daba orden para que investigue los centenares de abusos a niños y adultos vulnerables a lo largo de su historia en la Iglesia española. Y tras la petición, el obispo de Zamora, Fernando Varela, saltaba a la actualidad por ser el único de España que se comprometía públicamente a encargar una investigación sistemática de todos los archivos que tenga relación con posibles abusos a menores o adultos vulnerables en el seno de la Iglesia zamorana. 

Y es que en Zamora, esta oficina fue puesta en funcionamiento el pasado 30 de mayo 2020 y, con la llegada de Fernando Varela, su equipo ha ido en aumento para tratar de ser "un recurso accesible y donde la víctima que acuda pueda sentirse escuchada, acompañada, asesorada y encontrar justicia reparadora por el daño sufrido". Así lo relata la delegada episcopal para la Protección al Menor, María Jesús Sánchez Sanz. Psicóloga de profesión y madre de tres hijos, que forma parte del equipo de cinco personas que dan servicio a esta oficina del menor en Zamora. Este lugar ofrece asesoramiento completo a la víctima (psicológico, legal, social y espiritual) con un trabajador social, un especialista en derecho canónico, jurídico y documentalista; esta psicóloga, un responsable de comunicación y un párroco especialista en acompañamiento espiritual. Para que en el momento que tengan conocimiento de algún caso de abusos poder investigar, acompañar a la o las víctimas y poder hacer "justicia restaurativa", que a parte de asesorar legal y psicológicamente a los afectados, también puedan encontrar consuelo en la fe, si así lo desean.

¿Cómo es el protocolo de actuación en Zamora?

Si bien la oficina del menor de Zamora aún no ha tenido que intervenir en ningún caso, la oficina del menor "está definiendo" un protocolo de actuación en el caso de que una víctima se pusiera en contacto con ellos. El responsable de comunicación, Juan Carlos López explica que aún tienen cuestiones por definir y organizar, pero que, de darse algún caso, estaría preparado para iniciar "inmediatamente" el proceso canónico, con "un protocolo jurídico escrupuloso" para asegurar la protección de la víctima, depurar responsabilidades y ayudar en el proceso de recuperación del afectado.

Todo comenzaría con un primer contacto al teléfono 623183104, el correo electrónico proteccionmenores@diocesisdezamora.es o en la sede del Obispado de Zamora en la calle Ramos Carrión, 18. En ese momento, el equipo crearía un acompañamiento a la víctima, que pasa por el recibimiento y acogida del trabajador social y la psicóloga, que puede asesorarle en todas aquellas cuestiones que necesite a nivel emocional y de posibles servicios sociales. En base a los datos que pudieran ofrecerse, el especialista en derecho canónico y documentación iniciaría las investigaciones pertinentes al caso y se pondría en contacto con las autoridades civiles (juzgados y Fuerzas de Seguridad del Estado), "ya que estamos hablando de un delito". También se podría en marcha la maquinaria de la estructura jurídica propia de la Iglesia Católica para depurar responsabilidades. Y, por último, se ofrece el acompañamiento espiritual de un sacerdote especializado en esta problemática, "por si la víctima no hubiera perdido la fe y pueda encontrar consuelo y apoyo en la religión ante las conductas tan terribles que haya tenido que sufrir". 

La delegada del centro insiste en que quieren que este servicio sea "un recurso accesible donde la víctima se sienta escuchada y acompañada". Mientras que el responsable de comunicación indica que "queremos que sirva para que se siga el protocolo jurídico de manera muy escrupulosa y, como ya ha indicado el obispo, no tendremos paños calientes con el delincuente, nuestra política es de tolerancia cero". 

Un supuesto caso en Toro 

Tal es el compromiso de esta oficina del menor de Zamora con el resarcimiento de estos abusos que, cuando tuvieron conocimiento que en ese informe de El País se incluía un supuesto caso en la provincia, "ese mismo domingo", se pusieron en contacto con el periódico para conocer más datos del suceso. En él, la publicación solo indica que se trata de un supuesto abuso en una parroquia de Toro en el año 1956 cuyo responsable no ha sido identificado. 

Según indica Juan Carlos López, a día de hoy, no han recibido respuesta por parte del periódico, que les imposibilita activar este protocolo de la oficina del menor e investigar el caso, "ya que por aquella época había muchas parroquias en Toro". Un interés que deja ver el nivel de compromiso de la Diócesis de Zamora con este asunto. 

Centrados en la prevención y la concienciación

Mientras, la oficina del menor está inmersa en una tarea de concienciación y la creación de buenas prácticas en el seno de la Iglesia zamorana. Ahora mismo, este grupo trabaja en la creación de una guía para todos los agentes (laicos y religiosos) que trabajan de manera directa o indirecta con menores o adultos vulnerables en la Diócesis de Zamora. Trabajadores de Cáritas, párrocos, monitores de campamentos y convivencias, docentes de los colegios religiosos o catequistas, que recibirán información y formación específica en esta materia, "para que estos abusos no sucedan y seamos ángeles custodios de estos niños y adultos vulnerables", relata María Jesús Sánchez Sanz. 

Por su parte, el responsable de comunicación indica que, "como es muy complicado eliminar el delito del todo porque siempre pueden existir indeseables, al menos, queremos crear estrategias que acorralen a los agresores y no les den lugar a estas prácticas". De hecho, Juan Carlos López señala que, en los últimos 20 años, la Iglesia española "apenas ha tenido casos de este tipo", por lo que cree que la institución religiosa "ha ido mejorando y se están haciendo las cosas bien".