El presidente valenciano, Carlos Mazón, este viernes a la salida del pleno en las Cortes Valencianas.

El presidente valenciano, Carlos Mazón, este viernes a la salida del pleno en las Cortes Valencianas.

Política LA DANA DEL SIGLO

Mazón logra mantener su mayoría en las Cortes y el apoyo de Feijóo para liderar la reconstrucción de Valencia

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Lo mejor que se puede decir de la comparecencia de Carlos Mazón en el pleno monográfico de las Cortes Valencianas, este viernes, es que desmintió a todos aquellos que lo consideraban un cadáver político, que seguía en el cargo de presidente inconsciente de serlo.

Así opinaban los propios y los extraños, porque el "apoyo total" de la dirección de su partido resulta mucho más dudoso cuando sus dirigentes hablan fuera de micrófono. Y porque la ofensiva social de las izquierdas basada en el lema "Mazón dimisión" pasó a ser política, desde el atril parlamentario.

Pero el presidente no es que se negara, es que anunció lo opuesto: "Lideraré la reconstrucción".

Y salió de la sesión, en ese sentido, reforzado. La dirección nacional del PP llegaba inquieta a la comparecencia, pero ahora se muestra satisfecha con lo que vio: un ejercicio de autocrítica, una muestra de humildad y la asunción de su responsabilidad.

Ahora, Génova se mantendrá pétreamente en su sustento. Y además, el apoyo parlamentario de Vox, sus excompañeros de Gobierno, se reafirmó.

La oposición, por su parte, clamó por su salida inmediata para cobrarse su cabeza como la única culpable. Pero dividida en las formas: Compromís, por ejemplo, exige elecciones ya; y al PSOE le basta con que él dé un paso atrás y otro líder popular sea investido... con sus votos.

La apuesta socialista tiene dos objetivos.

El primero, obviar las informaciones insistentes de este y otros periódicos que desnudan las responsabilidades indudables de la Confederación Hidrográfica del Júcar, dependiente de Teresa Ribera. Es decir, del Gobierno de Pedro Sánchez. Y el segundo, tomar el control de la Generalitat, forzando al PP a renunciar a su único sustento parlamentario, aunque esporádico y errático: Vox.

Así, se puede decir que Alberto Núñez Feijóo da una última oportunidad a su barón valenciano, en la creencia de que si su remodelación del Gobierno y las personas elegidas para la nueva Vicepresidencia para la reconstrucción y la nueva Conselleria de Interior y Emergencias hace un trabajo eficiente, el PP se salvará en la Comunidad Valenciana.

Y con ello, un granero de votos clave para que el político gallego llegue alguna vez a la Moncloa.

"Dar la cara"

Eso es lo que mueve a Génova a sostener a Mazón. Eso y que hacerlo caer ahora convertiría a su Gobierno autonómico en el único culpable a ojos de una sociedad "hastiada, dolida y decepcionada con la clase política", como reconoce Feijóo.

Porque aunque se mantengan las dudas sobre el president, en Madrid se cree que, en justicia, él erró en la gestión del desastre ya ocurrido. Pero que la responsabilidad de que ocurriera es de "las obras nunca acometidas", de las políticas "dogmáticas y naturalistas" de Ribera y de la negligencia de la CHJ en la jornada del 29-O.

Ya llegará el día en que Génova decida apretar el botón nuclear, si es necesario. Y de ahí que las únicas declaraciones que este viernes se pudieron arrancar de fuentes oficiales fueron: "Él ha dado la cara y otros no", por Sánchez y Ribera; y un elogio a la respuesta de Mazón a las exigencias de que deje el cargo: "Si no soy capaz de liderar la recuperación, asumiré mi responsabilidad no presentándome a la reelección".

Pero el Partido Popular ni quiere ni puede aceptar otro desenlace político. Se "apoya" a Mazón porque la catástrofe política que ha seguido al desastre natural "ya arrastra a Feijóo", pero hacerlo caer ahora se lo llevaría por delante como alternativa a Sánchez.

Y se apuesta tan fuerte contra Ribera en Bruselas porque es la ministra responsable "y se ha escondido", porque el día de autos estaba haciendo lobby por su posible cargo en la Comisión Europea, y porque "los datos objetivos dicen que las predicciones de la AEMET se vieron superadas por cuatro" y "hubo un apagón informativo de la CHJ sobre el barranco del Poyo en las dos horas y media clave que desencadenaron la tragedia".

Mazón y sus 'olvidos'

Mazón apretó muy duro a la Confederación, con datos, pruebas, ejemplos y desarrollo cronológico. Y logró demostrar que la alerta a móviles no se activó tarde, sino por la causa equivocada, la presa de Forata... por responsabilidad de la CHJ.

Pero se olvidó de responder a las dos preguntas clave que lo acechan: ¿Por qué mintió sobre dónde estaba a la hora de comer, con quién y cuánto tiempo?

Mantener o no ese almuerzo, en realidad, no habría cambiado nada. Por lo ya demostrado de los datos no entregados por la Confederación, el súbito crecimiento de los cauces y el cambio en las previsiones meteorológicas. Entonces, ¿por qué los cambios de versión?

¿Y por qué no pidió la declaración de Emergencia Nacional desde el primer momento?

Feijóo se lo sugirió. Sus colegas barones autonómicos se lo aconsejaron. Y él no lo hizo.

También supo ponerle presión política al Gobierno mirando hacia este necesariamente inmediato futuro, la "reconstrucción".

Recordó su Plan Valencia enviado al Gobierno a los pocos días de la tragedia. Un documento prolijo, con 136 medidas muy bien estructuradas, que abarcan las tres fases (inmediata, recuperación y normalización) para la ciudadanía y todos los sectores productivos. Y sobre todo, la "primera petición" de más de 31.000 millones de euros.

"No nos dejen solos en esta hora aciaga", clamó mirando hacia Madrid.

Pero, aunque gastó más de cinco minutos en el tramo final de su discurso en asumir "errores", en no rechazar "las responsabilidades" que le toquen y en casi agradecer "las críticas" por legítimas y para que le sirvan de impulso, no fue capaz de concretar en qué fallaron él y su Gobierno.

Efectivamente, anunció una reestructuración de su Gobierno, aunque no desveló ni quién se irá ni quién entrará.

Sorprendente plan del PSOE

Y todo eso le valió el bálsamo de que José María Llanos, el portavoz de Vox, centrara sus ataques principalmente en el Gobierno central, al que acusó de "negligencia criminal" y de haber "omitido el deber de socorro" a los valencianos durante y después del paso de la DANA.

Sin embargo, también calificó de "incompetente" la gestión del Gobierno autonómico, con referencias directas a las conselleras Nuria Montes y Salomé Pradas. Aunque más bien lo hizo para apuntalar la teoría de su partido del "fallo del Estado de las Autonomías", que habría quedado demostrado con la catastrófica descoordinación de este 29 de octubre.

Por parte del PSOE, sorprendió la aparición "institucional" de la ministra de Ciencia, Diana Morant, en la sede del partido en Valencia. Sin competencias en las causas del desastre ni en la gestión de la recuperación, y sin ser siquiera diputada en las Cortes Valencianas, se presentó como la nueva líder de los socialistas regionales.

Aunque sorprendió todavía más que su mensaje fuerza fuera exigirle al PP que "destituya a Carlos Mazón" como presidente de la Generalitat, algo absolutamente imposible. Ni legalmente es factible ni resultaba creíble como ataque político. Ésa fue su vía para reclamar otra persona al frente del Consell y un nuevo gobierno "de carácter técnico", para el que ella ofrecía los votos de su partido "sin contraprestaciones".

En el hemiciclo valenciano, el portavoz del PSPV, José Muñoz, le espetó: "Ya está tardando" en irse, porque si no ha sido capaz de gestionar la crisis, no puede "generar confianza para la reconstrucción".
Aunque también sorprendió que el socialista fechara en 2025 las elecciones, dando por hecho que ya sería posible entonces, tras "la reconstrucción".

Finalmente, el síndic de Compromís, Joan Baldoví, sentenció que Mazón debe dimitir del cargo porque ya había "dimitido de sus responsabilidades" el 29-O cuando, en una situación de emergencia, se fue "de comilona" y se incorporó horas tarde al CECOPI: "Dimitió de su responsabilidad como president al renunciar a proteger a nuestra gente. Ahora sólo le falta dimitir de su cargo", ha añadido Baldoví.