El clan del jefe de Blanqueo de la Policía que escondía 20 millones en su casa tenía asesores fiscales a sueldo
- La red criminal también la componían testaferros. Uno de los socios del inspector jefe, investigado por tráfico de drogas, ya estuvo en prisión.
- Más información: Sociedades relacionadas con el jefe de Blanqueo de la Policía en Madrid, en el punto de mira: tenía activos en criptomonedas
La trama encabezada por el mando policial que tenía emparedados en su chalé 20 millones de euros no sólo incluía a su mujer, testaferros y blanqueadores de dinero. La red también tenía asesores fiscales a sueldo.
EL ESPAÑOL ha podido saber que una asesora fiscal está también entre los investigados en la Audiencia Nacional. Quienes lideraban la trama eran Óscar Sánchez Gil, el inspector jefe que dirigía la Sección de Delitos Económicos en la Jefatura Superior de Policía de Madrid, y su esposa, también agente de la Policía Nacional.
Los investigadores de Asuntos Internos de la Policía, que detuvieron a ambos la pasada semana, sospechan que este dinero responde a comisiones que Sánchez Gil cobraba por facilitar la entrada de grandes cantidades de droga en España. Para encontrar los fardos de billetes tuvieron que picar los tabiques de la vivienda varias horas.
Según detallan a este periódico fuentes de la investigación, el mando policial entabló relación con personas con conocimientos en asesoría fiscal y en la configuración de entramados mercantiles. Así, se asoció con un supuesto empresario que tendría, además, vínculos con el narcotráfico, I. T. D.
Él está siendo investigado por la Audiencia Nacional e ingresó el pasado viernes en prisión provisional, junto al resto de los 15 detenidos; entre ellos, el inspector jefe, su mujer y una hermana de ésta.
Mientras el mando policial y sus familiares permanecen encerrados en la cárcel de Estremera (donde hay un módulo específico para funcionarios públicos), I.T.D. se encuentra interno en el módulo 3 de la prisión de Soto del Real, desde donde ya ha llamado a sus familiares más próximos en la semana que lleva encerrado.
El empresario, según confirman las mismas fuentes, era socio del inspector jefe en esta trama y ya había pisado la cárcel. En su historial penitenciario consta su entrada en 1999 en una prisión por delitos "contra la salud pública". En esta categoría se incluyen los relacionados con el tráfico de drogas.
En esta operación, los investigadores de la UDYCO Central de la Policía Nacional le investigan por los delitos de cultivo, elaboración o tráfico de drogas, blanqueo de capitales y organización criminal.
Según los datos que figuran en el Registro Mercantil, este empresario tenía a su nombre una compañía llamada Asesoría de Reputación Corporativa SL, dedicada oficialmente a la contabilidad y la asesoría fiscal.
Esta causa, dirigida por el Juzgado Central de Instrucción número 1, sigue aún bajo secreto de sumario y no se descartan nuevas detenciones. Por el momento, ya son 15 los arrestados. Todos ellos fueron enviados a prisión provisional por el juez Francisco de Jorge.
Entrada en Blanqueo
Tal y como ha relatado este periódico, Sánchez Gil pidió entrar en la unidad Antiblanqueo tras empezar a colaborar, presuntamente, con clanes de narcos a los que conoció en su etapa en la Brigada Central de Estupefacientes.
Eso ocurrió en el año 2020, cuando ascendió y abandonó la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO Central). Supuestamente, en aquel entonces, ya había comenzado a facilitar información a clanes que introducían grandes contenedores de droga en España por los puertos más importantes del país.
En la UDYCO lideró el grupo dedicado a luchar contra el tráfico de estupefacientes en internet. Durante esa etapa, según los investigadores, habría sido captado por las organizaciones criminales que introducen cocaína en territorio nacional.
Después, al entrar en Blanqueo, pudo tener ya controladas las dos patas fundamentales que sostienen las investigaciones contra el narcotráfico. Tenía acceso a las pesquisas de sus compañeros a través de las bases de datos policiales, y conocía al mismo tiempo el modo de lavar dinero de forma discreta, y sin caer en los mismos errores que otros delincuentes.
De acuerdo con fuentes próximas a las pesquisas, cobraba al menos un millón por cada trabajo para las organizaciones criminales que presuntamente requerían sus servicios. El papel de la mujer y la cuñada del policía al que hallaron 20 millones de euros en su casa resultan también fundamentales en la trama.
Por eso, el juez De Jorge decidió enviarlas también a prisión. El matrimonio tiene dos hijos adolescentes. Y, pese a este arraigo, el magistrado no ha tenido reparos en mandar a Sánchez y a su mujer a la cárcel, lo que apuntaría a la contundencia de los indicios en su contra o la posibilidad de riesgo de fuga.
Matrimonio de policías
La mujer del inspector jefe era también agente de la Policía Nacional. Estaba destinada, concretamente, en la unidad de Policía Judicial de Alcalá de Henares. Ambos tenían, por tanto, acceso a las bases de datos en las que figuran las investigaciones más sensibles que se llevan a cabo en el Cuerpo.
Este acceso a información tan relevante, destacan las fuentes consultadas, resultaría un importante valor del que sacarían provecho las organizaciones criminales que les tenían a sueldo.
La cuñada del inspector, por otra parte, ejercería como presunta testaferro. Tenía a su nombre al menos 70 licencias de VTC, que eran las que servían para dar cobertura al inspector jefe, experto en blanquear capitales y quien, sobre el papel, se tenía que dedicar a perseguir este y otros delitos.
El discreto inspector jefe logró despistar a muchos durante años, con su vida "anodina", según la definen sus compañeros. Conducía el mismo Range Rover desde hace una década.
Su casa, un chalet en Villalbilla, cerca de Alcalá de Henares, le proporcionaba la tranquilidad, la austeridad y la reserva necesaria para no llamar la atención. La tenía, eso sí, plagada de cámaras de seguridad. Su único vicio conocido era el palco del que disfrutaba en el Bernabéu. Nadie le invitaba. Asistía porque lo pagaba de su bolsillo.
Los investigadores de Asuntos Internos, como señaló EL ESPAÑOL, continúan examinando las sociedades asociadas al policía, como la empresa de su socio I.T.D. También se están analizando los activos forma de criptomonedas que pudieran estar vinculados a la red.
Esta operación se deriva de otra, en la que se requisaron, procedentes de Ecuador, 13 toneladas de cocaína, el mayor alijo de esta droga decomisado en la historia de España. La organización para la que trabajaba Sánchez Gil contaba con la suficiente tranquilidad como para arriesgarse a meter en un solo envío en España material por valor de 780 millones de euros.
Ese dato, para las fuentes consultadas, da la medida del grado de control que ejercía el narco sobre esta red, que habría cobrado comisiones millonarias por facilitar envíos como éste.