La comarca de Tierra de Campos, en Zamora, es una de las más deprimidas del país. A lo largo de su extenso paraje de tonos amarillos y palomares sobrevive una población envejecida, cada vez menos, con una juventud que huye hacia las oportunidades que creen que les ofrecerá la gran ciudad. Pocos son los que se atreven a quedarse en esta tierra donde las provincias de Zamora, León, Palencia y Valladolid parecen desdibujarse y los vecinos, aunque pocos, se hermanan entre ellos.
Es esa tierra que Miguel Delibes describió (del lado vallisoletano) una y otra vez en sus libros, con especial detalle a su gran pasión: la caza. Una afición que en esta Tierra de Campos está tan incrustada en sus entrañas que su gastronomía está totalmente marcada por ella. Jabalí, conejo, perdices, pinchón y hasta paloma llevan generaciones en los platos de las familias de la zona.
De eso sabe mucho Luis Alberto Lera, chef del restaurante Lera, quien en 2021 y tras muchos años de espera lograba su primera estrella Michelin, y que mantiene desde entonces. Luis Alberto creció entre la barra y la cocina del mítico Mesón 'El Labrador', en Castroverde de Campos. "Era muy joven. Venía del instituto y siempre echaba una mano, primero en la sala y luego en la cocina", explicaba en una entrevista para EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León.
Sus padres, Cecilio y Minica, dedicaron su vida a este restaurante, abierto el 19 de abril de 1973, que se convirtió en un referente de la zona por sus platos de caza, menús del mediodía, tapas y, por ser, prácticamente el centro social terracampino.
La historia de Tierra de Campos no se entiende sin el Mesón El Labrador. Este restaurante fue el centro neurálgico de la ahora prácticamente despoblada comarca zamorana. El Labrador significó gastronomía de raza, de cocina tradicional pura, de caza, de historia rural; pero también sirvió casi como museo etnográfico de la esencia terracampina y, como no, de lugar de encuentro de toda una comarca.
En la barra y las mesas de este mesón se han sentado expresidentes del Gobierno, líderes sindicales, cocineros de prestigio, pero también miles de vecinos de Castroverde y los pueblos cercanos. Todos ellos guardan el recuerdo de una tapa, una cena, un vermú o de una partida en El Labrador.
Minica perfeccionó durante años su cocina "pidiendo recetas a las vecinas". Platos tradicionales que ella luego plasmaba en sus menús, donde, seguramente sin saberlo entonces, estaba haciendo esa labor de preservación del patrimonio gastronómico y humanístico de la tierra.
Décadas más tarde, una vez esa cocina con productos de caza se había convertido en una 'especie en extinción', Luis Alberto quiso tomar esas recetas y "buscarles un porqué". Esa es la esencia del Restaurante Lera, abierto en 2008, junto a un hotel de nueve habitaciones. Luis Alberto recogió ese testigo involuntario de su propia madre de mantener la cocina tradicional terracampina "dándoles una nueva vida en el siglo XXI".
El chef lo hace por dos motivos muy claros: "Primero porque yo mismo he bebido de esa tradición, era lo que veía a mi madre hacer; y segundo porque por desgracia vivimos en una comarca que desaparece, y necesitamos que haya un legado cultural. Creo necesario que las generaciones venideras sepan que se comía eso y que existía esa cultura previa". Luis Alberto Lera defiende que conserva la gastronomía es "conservar parte de nuestra cultura y de nuestra historia".
Tocando la excelencia desde un pueblo de 300 habitantes
Como decíamos, en diciembre de 2021, el Restaurante Lera alcanzó su primera estrella Michelin gracias a la experiencia de Minica y las innovaciones de Luis Alberto. Además, recibió una estrella verde por su compromiso con la sostenibilidad en el ámbito gastronómico, un reconocimiento que solo se otorgó aquel año a ocho restaurantes en toda España.
Aunque Luis Alberto había estado cerca de obtener este honor en varias ocasiones, ahora era una realidad. Este restaurante de alta cocina, situado en una de las zonas más desfavorecidas de la provincia de Zamora, con apenas 300 habitantes, había logrado, al fin, el prestigioso galardón que le hacía entrar en el mayor firmamento gastronómico de España.
Aún así, la estrella ha introducido pocos cambios en la manera de operar de este dúo de madre e hijo. "Tenemos más responsabilidad, es un factor que está ahí, la estrella siempre pesa, pero en este caso, como decimos, hemos seguido con el mismo ritmo que teníamos, y la verdad es que no hay nadie que pueda cambiarlo", comenta Luis Alberto.
Sin embargo, la estrella Michelin sí que ha incrementado la popularidad del restaurante y, por ende, del municipio de Castroverde de Campos. Esta situación es la que más enorgullece a Luis Alberto, ya que El Lera ha logrado que "mucha gente de España venga a un restaurante que está en un sitio al que no viene nadie". Esto conlleva una "parte de responsabilidad" para atraer turismo a su tierra.
A pesar de la pandemia de COVID en 2021, el restaurante atrajo a más de 15.000 visitantes a Castroverde sin necesidad de campañas de publicidad, subvenciones ni promociones, recursos que suelen estar disponibles en otras zonas de la provincia. Con solo nueve habitaciones en el hotel, "cuando no hay sitio, siempre les recomendamos casas rurales cercanas" en municipios vecinos como Villamayor de Campos o Villalpando.
¿Qué visitar en Castroverde de Campos?
Uno de los principales puntos de interés del municipio es la ermita de la Cruz, una edificación del siglo XVIII que se mantiene abierta al culto. Este pequeño templo es un ejemplo notable de la arquitectura religiosa del siglo XVIII y sigue siendo un lugar de devoción y encuentro para los habitantes del municipio.
A pocos pasos encontramos el convento Franciscano y Santuario de la Purísima, construido en el siglo XVII. Y más adelante está la iglesia de Santa María del Río, datada en el siglo XIII, con estilo románico tardío.
En contraste, la iglesia de San Nicolás, también del siglo XIII, se presenta como una ruina restaurada que, aunque no está abierta al culto, ofrece una evocadora visión del pasado. El municipio también alberga las ruinas de la iglesia de la Sagrada, que datan del siglo XII.
Otro vestigio de la historia medieval es la iglesia de San Juan, que aunque en ruinas, refleja la importancia de la religión en la vida de los habitantes de la época.
A su vez, el Castillo y la Muralla de Castroverde de Campos, que se remonta al siglo XII, representa la antigua fortaleza defensiva que protegía al municipio. Aunque actualmente sólo quedan restos, estos son un testimonio impresionante de la relevancia militar y estratégica que tuvo la localidad en tiempos medievales.
Remontándonos aún más en el tiempo, los restos del Puente y la Calzada Romanos revelan la importancia de la región durante la época romana. Estas estructuras, aunque en ruinas, son una muestra palpable de la ingeniería romana y de su legado duradero en la infraestructura de la zona.
Castroverde de Campos es también famoso por su arquitectura tradicional terracampina, que incluye construcciones de ladrillo, adobe y tapial. Además, los palomares, bodegas y chozos, que salpican el paisaje son los mejores ejemplos de esta arquitectura, de los que se puede aprender más en Centro de Interpretación de los Palomares. Allí se ofrece información detallada sobre estas construcciones típicas de la región, esenciales para la vida rural y agrícola de la zona.
El pueblo también cuenta con un conjunto ferroviario, que incluye el edificio de viajeros, el almacén de mercancías y la urinario-lampistería de la antigua línea Medina-Palanquinos de Secundarios de Castilla, del siglo XX. Aunque en ruinas, este conjunto es una pieza muy recomendable para su visita.
Más allá de sus monumentos, Castroverde de Campos invita a los visitantes a disfrutar de su entorno natural, típico de la Tierra de Campos, una comarca conocida por sus extensas llanuras y paisajes agrícolas.
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