
El misionero zamorano Bernardo Blanco
Fallece el misionero zamorano Bernardo Blanco, secuestrado por islamistas en Filipinas hace 32 años
Estuvo cautivo durante 49 días a manos de un grupo extremista musulmán vinculado a Abu Sayyaf.
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El padre Bernardo Blanco ha fallecido hoy a los 97 años en el Hospital de Doctores de Diliman, en Ciudad Quezón, tras varias semanas de hospitalización. Así lo ha informado la Congregación de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, popularmente conocidos como Claretianos, a la cual este zamorano dedicó toda una vida de servicio religioso. Pasó buena parte de su vida en Filipinas, donde sirvió durante casi cinco décadas.
Nacido el 20 de noviembre de 1927 en Ceadea de Aliste, el padre Bernardo Blanco comenzó a sentir su vocación sacerdotal desde muy joven, según apuntan los Claretianos en un comunicado. A los doce años, ingresó en el Seminario Claretiano de Segovia, donde inició su formación académica y espiritual. Posteriormente, estudió Filosofía en Beire, Navarra, y Teología en el Colegio Mayor de Santo Domingo de la Calzada, en Logroño.
El 16 de julio de 1946 realizó su primera profesión en Salvatierra, Álava, y tres años después, el 16 de julio de 1949, hizo su profesión perpetua en Beire. El 3 de mayo de 1953 fue ordenado sacerdote en Santo Domingo de la Calzada.
Poco después de su ordenación, en 1954, fue enviado a su primera misión en Guinea Ecuatorial, junto con el también sacerdote claretiano José María Viñas. Durante 22 años, el padre Blanco desempeñó un papel crucial en la formación de seminaristas y en el ministerio pastoral en Banapá.
No obstante, los cambios políticos en Guinea Ecuatorial en 1968, que derivaron en una dictadura, alteraron profundamente la vida en el país. Las restricciones impuestas a la práctica religiosa afectaron gravemente a la Iglesia católica y, en 1976, el padre Blanco fue uno de los 52 sacerdotes y 200 religiosas extranjeros que fueron expulsados de Guinea Ecuatorial.
Tras su expulsión, regresó a España y, tras esperar siete meses, fue enviado a Filipinas en 1977, donde continuaría su labor misionera por el resto de su vida.
Secuestro en Filipinas
El 25 de febrero de 1977, el padre Blanco llegó a Filipinas y fue asignado a la comunidad de Bolong, en Ciudad de Zamboanga, donde trabajó junto al padre Eugenio Pérez. En esta etapa, se dedicó con especial devoción al ministerio juvenil y a promover la devoción a la virgen María.
Posteriormente, fue enviado a la isla de Basilan, a las Misiones Claretianas en Maluso, donde sirvió como párroco de la Parroquia del Inmaculado Corazón de María. En este lugar, atendió no solo a las comunidades cristianas, sino también a las musulmanas, promoviendo el diálogo y la convivencia.
Fue en marzo de 1993 cuando el padre Blanco fue secuestrado por un grupo extremista musulmán vinculado a Abu Sayyaf. Permaneció cautivo durante 49 días, enfrentando duras condiciones y peligros constantes. Gracias a su valor y a una inesperada oportunidad, el zamorano logró escapar y recuperar su libertad. Un hecho que atrajo la atención internacional, convirtiéndolo en un ejemplo de "resiliencia" y "fe inquebrantable", apunta la orden misionera.
Tras su liberación, el padre Blanco regresó a España y realizó una breve visita a Roma, pero poco después volvió a Filipinas, donde fue nombrado director espiritual del Seminario Claretiano en Ciudad Quezón. En esta etapa, tuvo una gran influencia en la formación de numerosas generaciones de misioneros claretianos, muchos de los cuales lo consideran "un mentor y una referencia espiritual".
Durante los últimos años de su vida, continuó sirviendo como director espiritual en diferentes comunidades religiosas femeninas, y su legado de servicio, humildad y devoción a la virgen María quedó profundamente arraigado en las instituciones claretianas de la región.
La Congregación de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María ha expresado su "más profundo" agradecimiento por la vida y el servicio del padre Bernardo Blanco. "Su legado vivirá en los corazones de aquellos a quienes tocó con su labor misionera y en las comunidades que ayudó a fortalecer en Filipinas y Guinea Ecuatorial", finalizan.