La Junta intervendrá en la restauración de la villa romana de Cuevas de Soria
La villa tardorromana de La Dehesa (s.s. IV-V d. C), en Cuevas de Soria, fue excavada casi en su totalidad por Blas Taracena a partir de 1928, quien exhumó un extenso conjunto arqueológico, dedicado a la producción agropecuaria, de más de 4.000 metros cuadrados, formado por una zona residencial de más de una treintena de habitaciones, organizadas en torno a un patio central, pavimentadas con ricos mosaicos geométricos.
Comprende también una zona termal, excavada en parte por M. Mariné en los años 80 del siglo pasado, y otra de servicio que permanece casi en su totalidad enterrada. Los terrenos en los que se ubica son propiedad de la Diputación Provincial y el yacimiento cuenta con declaración de Bien de Interés Cultural con categoría de zona arqueológica.
Fruto de la colaboración institucional entre la Junta de Castilla y León y la Diputación Provincial de Soria (Programa 1 por 1 cultural) y con el apoyo de Fondos Europeos, las estructuras fueron cubiertas y se creó un espacio musealizado. Dada la extensión y complejidad de los restos, el proyecto de consolidación sigue en proceso y para esta anualidad se prevén actuaciones conjuntas de las dos instituciones que, con el fin de completar espacios de actuación, se concentrarán en la parte occidental de la villa.
Restauración de dos estructuras de hipocausto
Las actuaciones de la Junta de Castilla y León, que se centrarán en la restauración de dos estructuras de hipocausto (espacios calefactados) de las habitaciones números 26 y 27, han sido adjudicas a la empresa de restauración Yagüe Hoyal, por un presupuesto de 48.339,50 euros.
Los trabajos se realizarán según los criterios recogidos en el Plan Director de Conservación de la Villa, encargado por la Junta de Castilla y León, y precisarán de una labor conjunta de restauradores y arqueólogos.
El hipocausto de la habitación 27 se encuentra en un pésimo estado de conservación, quedando sólo los muros de asiento de las piezas de terracota que conformarían el suelo. Una vez realizada la documentación arqueológica del espacio, se restaurarán las estructuras, eliminando las reintegraciones modernas hechas con cemento.
El hipocausto de la habitación 26 necesita ser desmontado y recolocado, llevando a cabo un proceso de siglado previo de las piezas para garantizar su recolocación original, así como el estudio arqueológico del lecho interno una vez descubierto.
Se llevará a cabo un proceso exhaustivo de documentación gráfica y fotográfica del conjunto, tanto de la interrelación de las diferentes losas cerámicas entre sí, como referida a su ubicación en relación con los muros perimetrales de cerramiento.
En el proceso de desmontaje de las losas cerámicas que conforman la solera se debe llevar a cabo el siglado de cada pieza para respetar su futura reubicación, tanto de emplazamiento como de la orientación de cada uno de sus lados, puesto que al ser cuadradas se pueden confundir con facilidad. Las losas fragmentadas serán desmontadas y almacenadas en cajas fabricadas a tal fin para contextualizar los fragmentos.
Se deben recoger, documentar y siglar los fragmentos cerámicos que colmatan o rematan espacios irregulares entre hiladas de losas, para respetar los descuadres que actualmente presenta el conjunto.
Se establecerá una clasificación de las losas en función del estado de conservación de las mismas. Tendrán una intervención preferente aquellas que estén sufriendo procesos de disgregación del soporte cerámico: en este caso se harán pruebas de concentración de sales. De tratarse de concentraciones elevadas se someterán a procesos de desalación. Se descartan limpiezas químicas con la intención de eliminar capas de concreciones superficiales depositadas sobre las losas cerámicas.
Una vez retiradas las losas que hacen de solera se podrá comprobar cuál es el estado de conservación de los ‘pilae’ interiores, construidos con ladrillos cuadrados. Además, se hará un examen organoléptico de cada uno de los ‘pilae’ para valora su estado de conservación en relación a su resistencia estructural. Aquellos que amenacen desprendimientos serán intervenidos en función de las necesidades de cada caso: sustitución de tortas de mortero entre ladrillos, etc. Se evitará desmontar los ‘pilae’ de ladrillo de forma innecesaria.
En lo referente a la intervención de consolidación de los muros perimetrales de cierre, se eliminarán los añadidos de cemento y se llevará a cabo su consolidación con mortero tradicional de cal en aquellas zonas con función estructural y donde resulte necesario reforzar las piedras por riesgo de movimiento o posible desprendimiento.
Se reubicarán las losas desmontadas atendiendo a su emplazamiento original. La fijación será semejante a la que presentaban en origen: mortero de asiento sobre los pilares y en aquellos espacios irregulares entre losas.
Se adecuará asimismo el espacio exterior de las estructuras y se llevará a cabo un levantamiento fotogramétrico del proceso de restauración.
Por último, se revisará el estado de conservación de los fragmentos de mosaicos extraídos para la realización de la cimentación de la cubierta de la villa y se realizará una propuesta valorada para su reintegración.