Mapa de peligrosidad sísmica en España
Terremotos en Castilla y León: Podemos dormir tranquilos
Los expertos consideran que la Comunidad está a salvo de grandes seísmos, con Zamora como la provincia que más se mueve y sin riesgo volcánico
25 septiembre, 2021 08:00Noticias relacionadas
La pesadilla en La Palma comenzó el domingo por la tarde con una erupción volcánica que prácticamente ha arrasado la isla. No fue algo que pilló por sorpresa, ya que el Instituto Geográfico Nacional y el Instituto Volcanológico de Canarias venían registrando desde el 11 de septiembre una importante acumulación de miles de pequeños terremotos en el entorno de la Cumbre Vieja. Los pequeños seísmos anunciaron la tragedia.
El archipiélago canario es una de las zonas sísmicas más activas de toda España, y aunque en la Península también hay otras zonas que viven con un riesgo de sufrir estas sacudidas, en Castilla y León “podemos estar tranquilos”, tal y como comenta el delegado del Colegio de Geólogos de Castilla y León, Juan Piñeiro.
"Afortunadamente, Castilla y León se localiza en el área más estable desde el punto de vista sísmico de la Península Ibérica, hasta tal punto que en la mayor parte de su territorio no es obligatorio construir cumpliendo con la Norma Sismorresistente, como sí sucede por ejemplo en el sureste peninsular. Esto es debido a que geológicamente se asienta sobre una gran cuenca rellena de sedimentos (Cuenca del Duero), rodeada de un cinturón montañoso y bastante alejada de fallas activas conocidas", detalla el salmantino.
Mapa sísmico en España
Ante esta situación los castellanos y leoneses podemos dormir tranquilos. Desde que existen datos sobre terremotos en la zona, la región nunca ha sufrido un terremoto devastador, de esos que provocan la muerte de cientos de personas y el derribo de numerosos edificios. "La evidencia de que está a salvo de grandes terremotos es que desde que existen datos de sismicidad, ya se mencionan movimientos en la época de ocupación romana) nunca se ha tenido constancia de un terremoto devastador", afirma Piñeiro. Sin embargo, esto no quiere decir que no se hayan sentido temblores originados por terremotos con epicentros situados a muchos kilómetros de los límites de la región, casi todos de escasa magnitud, sobresaliendo el terremoto de Lisboa de 1755, cuyos efectos aún son hoy visibles en elementos del patrimonio cultural de la ciudad de Salamanca.
Zamora, la que más se mueve
La provincia de Salamanca y fundamentalmente el noroeste de la provincia de Zamora son las provincias que tienen un mayor riesgo sísmico en comparación con el resto de la Comunidad, como consecuencia de su proximidad a fallas activas como son la Falla de Plasencia en Extremadura, que es el accidente tectónico de mayor longitud en la Península Ibérica con más de 500 km, y la Falla de Manteigas-Vilariça-Bragança en el vecino Portugal que es capaz de producir magnitudes del orden de 7,2 con una frecuencia de 6.000 años como media. "Si bien el último gran terremoto que produjo esta falla fue hace unos 8.000-5.000 años, con lo que en el momento actual se estaría en el límite de su periodo medio de recurrencia", apunta Piñeiro.
El delegado del Colegio de Geólogos de Castilla y León, Juan Piñeiro
De esta manera, Zamora es la provincia que más se ha visto mover en Castilla y León. Sin ir más lejos, el término municipal de Villamor de los Escuderos, al sureste de la provincia de Zamora, registró el pasado un terremoto de magnitud 2,3 en la escala Richter, y lo curioso es que el segundo que se localiza en la zona en dos semanas tras otro seísmo que tuvo lugar la madrugada del 6 al 7 de septiembre. Eso sí, todavía muy lejos del que fue el registrado en 1961 y alcanzó un nivel de 5,2, según las estadísticas del Instituto Geográfico Nacional.
El más histórico: San Esteban de Gormaz, intensidad 6
Para encontrar los más importantes hay que irse a siglos pasados, como el de San Esteban de Gormaz (Soria) en 1904, que alcanzó una intensidad de 6, mientras que de 5,5 hubo uno en el año 1853 en Zamora y un 4,5 en León en el año 1605. Soria tuvo su mayor terremoto en 1998, con epicentro en Santiago Manrique y una intensidad de tres grados. En Burgos, lo más llamativo fue uno en 2013 de 3,1 grados en la escala Ritcher que sacudió a la zona norte, ya casi en el límite con Cantabria. Mientras que las más tranquilas en este sentido son las de Valladolid y Ávila donde hace años que la tierra no se mueve, por suerte. Segovia y Salamanca ha sufrido un seísmo y Palencia con dos.
