La pandemia ya decrece a un ritmo del 11% semanal en Castilla y León tras 15 días de restricciones y el adelanto del toque de queda
El vicepresidente, portavoz y consejero de Transparencia, Ordenación del Territorio y Acción Exterior, Francisco Igea, achacó hoy el decrecimiento semanal del 11 por ciento en los contagios por COVID-19 en la Comunidad a las restricciones aprobadas hace dos semanas, el 14 de enero, que recogían el cierre del interior d ella hostelería, los centros deportivos y grandes superficies comerciales, además de la polémica medida de adelantar el toque de queda a las 20 horas, sobre la que el Tribunal Supremo aún debe decir, pero que “ha limitado el contacto social”.
En este sentido, tras el Consejo de Gobierno Extraordinario de este sábado, defendió que estas medidas han provocado la disminución del número de contagios y que es una “herramienta tomada en toda Europa”. “Ni es un castigo especial ni una originalidad, quizá lo es el conjunto de la nación, y no la Comunidad, que ha decidido seguir medidas que funcionan en el resto de mundo”, explicó.
Así, prosiguió que “el esfuerzo de todos ha surtido efecto” en los últimos 14 días, con una estrategia que ha permitido, por un lado “cortar las cadenas de transmisión” gracias a los cribados masivos en aquellos lugares con alta incidencia, y por otro, inmunizar a la mayor cantidad de población” con las vacunas. Al respecto, señaló que ya se han administrado 123.000 de las 132.000 dosis recibidas en internos y trabajadores de residencias y entre el personal sanitario de primera línea. También recordó que alrededor de 25.000 personas cuentan ya con pauta completa de vacunacion.
Igea recordó que el 23 diciembre la Junta incrementó las medidas restrictivas previstas para Navidad, porque el Consejo Interterritorial “había previsto una relajación”. Cuando se dieron esos pasos, la Comunidad tenía un decrecimiento intersemanal del 24 por ciento, con una incidencia acumulada a 14 días de 69 casos por cada 100.000 habitantes, “una de las menores de España”. Pero el 6 de enero la tendencia ya había cambiado y se convirtió en crecimiento, que era del 130 por ciento intersemanal, con 159 por cada 100.000 personas. “Al día siguiente se tomaron medidas”, expuso el vicepresidente, quien caminó hasta el 14 de enero, cuando se dio luz verde al adelanto del toque de queda, momento en que el crecimiento entre semanas era de 147 por ciento, con 409 por cada 100.000, siete veces más que el 23 de diciembre. “Las medidas tardan en surtir efecto 14 días. Hoy el decrecimiento semanal es del 11 por ciento, y todas las provincias, salvo una o dos, están cayendo de forma sostenida”, sostuvo Igea.
También explicó que el 22 de diciembre la Comunidad hacía 1.300 test por cada 100.000 habitantes y este viernes, 29 de enero, se alcanzaron los 7.189. “Hemos multiplicado por cinco la cifra con el mismo personal”, reiteró, para señalar que Castilla y León lidera la actividad de test diagnósticos, “duplicando a la siguiente comunidad y a la media nacional, que está en 3.600”. “Nos acercamos más a la realidad que cualquier otra y nos permite aislar a los contactos rápidamente”, defendió.
También subrayó en la caída de la incidencia a otro “pilar”, como es limitación perimetral provincial y las restricciones a la actividad, “basadas en actividades científicas”, en la hostelería, comercio y gimnasios. Igualmente, dijo, con el fomento del teletrabajo en la Administración, algo que ha permitido, por ejemplo, la celebración del Consejo de Gobierno de hoy, que “no se encuentra completamente confinado gracias a eso”, después del positivo por COVID del consejero de Agricultura, Jesús Julio Carnero. “Por lo tanto son medidas eficaces”, destacó.
Para contextualizar los datos, recordó que a día de hoy hay 2.000 personas ingresadas por COVID en la Comunidad, cuatro veces más que el 22 diciembre, mientras que en las UCI se suma medio millar, cuando entonces eran 148. Esto supone, resumió, que el sistema hospitalario está por encima del 80 y 95 por ciento en UCIS. “Hemos llenado el vaso hasta el límite y está a apunto de rebosar. Debemos mantener el descenso de forma paciente porque no podemos arriesgar a abrir el grifo. No cabe nada más”, advirtió Igea, quien señaló que existe un riesgo “adicional”, la cepa británica. “Si en la desescalada cometemos un error no tendríamos capacidad para asistir a la población. No hay número estadístico suficiente de muestras hechas para dar datos fiables. Pero sabemos que está presente”, indicó.
Darias, “igual” que Illa
También aprovechó para arremeter contra la nueva ministra de Sanidad, Carolina Darias, y el “decepcionante” Consejo Interterritorial del jueves, en el que no se atendió al “compromiso adquirido” por su antecesor, Salvador Illa, “sobre estudiar el adelanto del toque de queda”. “Desgraciadamente, Darias es igual a este respecto. El Gobierno sigue sin querer tomar el timón, eludiendo responsabilidades y sin dotar de herramientas necesarias a las autonomías. El jueves esperábamos que alguna vez la gente cumpliera con su compromiso y palabra. Esto es como entienden algunos las cogobernanza. Pero con estos mimbres hay que hacer este cesto y con ello tenemos que lidiar, con las herramientas que nos den”, se despachó. Por ello, incidió en que “hay dos tipos de políticos, los dispuestos a tomar decisiones y poner la bandera de las vacunas cuando las cosas van bien, o la de la UE cuando las cosas van mal”.
Al respecto, aseguró no entender que el Gobierno “niegue una herramienta que tiene el resto de gobiernos europeos”, porque “no puede tratarse de una colisión de derechos, porque se está produciendo en el resto de Europa”. “Me resulta difícil este acto porque no quiero transmitir la sensación de que tenemos un Gobierno que antepone otros intereses a los de salud”, criticó Igea.
Como ejemplo, recordó la estrategia de vacunación, sobre la que que Castilla y León planteó inicialmente reservar dosis para la segunda aplicación. El ministro aseguró que “esto no era necesario y que éstas llegarían”, algo que Igea justificó en que “solo dos opciones, o que conocía el contrato o cometía una irresponsabilidad”.
Y en esa línea, el vicepresidente también reprochó la actitud de la Unión Europea y de los laboratorios farmacéuticos. De hecho, anunció que la próxima semana él mismo intervendrá en el Comité de las Regiones ante representantes de la OMS, donde trasladará que es “absolutamente inaceptable subastar los chalecos salvavidas en mitad de un hundimiento, en un cuarto oscuro al mejor postor”. “No se puede permitir esto en mitad de la mayor crisis de la Humanidad. No se corresponde con la mínima decencia de gobiernos e industrias”, criticó Igea, quien aprovechó para lanzar un mensaje de agradecimiento a los más de dos millones de personas que “no se han quitado la mascarilla y han renunciado a ver a amigos o disfrutar del ocio, y especialmente a los mayores, a quienes esta crisis les está hurtando los últimos meses de su vida”.
También agradeció el trabajo de los alcaldes de los municipios de la Comunidad, especialmente al de Salamanca, Carlos García Carbayo, ingreso por COVID-19 y al que deseó una pronta recuperación. “A todos los alcaldes que han colocado el interés y salud de los ciudadanos por encima de cualquier otra consideración y del interés personal, incluso de su propia imagen”, deslizó Igea, que enumeró algunos de estos nombres. Igualmente se acordó de los agentes de las diferentes policías, que “recuerdan la importancia de cumplir las normas a quienes se las saltan fruto del egoísmo”, y que han contribuido a la apertura de más de 26.000 expedientes sancionadores.