El tiempo de respuesta de los servicios de emergencias se dispara por encima de 25 minutos, el peor dato desde hace nueve años
Los servicios de emergencias en Castilla y León tardaron algo más de 25 minutos en atender a la población a lo largo del primer trimestre de este 2021 y también en el año de la pandemia de COVID. La cifra supera con creces los datos de los últimos nueve años, muy por encima de los 20 minutos con que se cerró 2017, ejercicio que rompió el techo de los 16 minutos de demora de las últimas series. Hay que retrotraerse a 2012 para encontrar un dato tan elevado. Entonces fueron 23,8 minutos, hoy son 25.
Así lo recoge el Observatorio del Sistema de Salud de Castilla y León y las memorias de la Gerencia de Emergencias Sanitaria consultada por Ical, que concretan que 2020 se cerró con un tiempo medio de respuesta de 25,07 minutos, muy similar a los 25,45 minutos del primer trimestre del actual ejercicio.
Si se desglosan los datos por equipos a cierre de 2020, se observa las unidades medicalizadas (UMES) tardaron en llegar al lugar requerido 13,44 minutos, cuando hace cinco años, en 2016, eran 11.51 minutos. Son casi dos minutos más, que en el caso de las unidades de soporte vital básico aumentaron en casi tres, al pasar de 13,08 a 16,03. Los únicos que lograron ganar tiempos fueron los helicópteros sanitarios, con 24.20 minutos, por debajo de los 25,45 de hace cinco años. En el balance del primer trimestre, los tiempos son similares, con 13,47 minutos en el caso de las UMES, 16,22 en el de los soportes vitales básicos, y 25.24 minutos, en el de los helicópteros.
En el caso concreto de las UMES, en 2020 el 67,31 por ciento respondió en menos de 15 minutos, y el 25,72 por ciento tardó entre 15 y 30. Sólo el 6,97 excedió estos tiempos el año pasado. A lo largo del primer trimestre, el 68,72 por ciento también llegó en menos de 15 minutos; y el 22,28 por ciento utilizó entre 15 y 30 minutos.
El COVID dispara las llamadas
El año 2020 fue el que mayor número de llamadas de demanda de atención sanitaria recibieron los servicios de Emergencias, en gran medida por el COVID-19. De hecho, si 2019 sumó 268.900 llamadas, el año pasado la cifra se elevó a 352.758, un 30 por ciento más, con una media diaria por cada 100.000 habitantes de 38,87, frente a las 27,96 de un ejercicio normal como 2019. De hecho, de enero a marzo de este año la presión continuó, con 34,48 llamadas al día por 100.000 habitantes, y un total de 76.096.
Sólo la línea 900 COVID-19 recibió 134.433 llamadas en 2020, un 55 por ciento de carácter informativo, y el resto precisaron intervención. El mes de febrero fue el de mayor presión, con 36.012 llamadas, muy por debajo de las 5.404 de diciembre. Los meses de septiembre y octubre fueron también de alta actividad, con 15.711 y 19.476, en cada caso.
Accidentes de tráfico
En el año 2020, los servicios de emergencias atendieron 3.821 accidentes de tráfico, con un impacto del 1,44 por ciento en el total de intervenciones. La cifra es muy baja respecto a otros ejercicios, debido a las restricciones de movilidad. Por ejemplo, en 2019 sumaron 7.200, y en el primer trimestre de este 2021 el dato también es bajo, con 876.
La gran mayoría de los accidentes de tráfico en 2020 requirió el envío de una ambulancia de soporte vital básico, 86,68 por ciento; el 23,84 precisó una ambulancia medicalizada, y el resto, 3,61 por ciento, la presencia de un helicóptero.