Trucos para cocinar una calbotada casera
Millones de castañas se reparten ya por la tierra de toda la provincia de Salamanca, desprendidas de sus árboles. Es otoño y llega el momento de aprovechar uno de los frutos secos preferidos por los charros. Cocidas o asadas, las castañas hacen las delicias de los estómagos cuando llega el frío, además de aportar fibra, vitamina B y minerales como calcio, magnesio y fósforo. Y, al contrario de lo que se cree, son bajas en grasa (apenas cuatro gramos en cada cien). En torno a ellas hay toda una tradición con las denominadas calbotadas. Y, como costumbre, tiene sus peculiares trucos.
Para pelar las castañas de forma sencilla se hace un pequeño corte en cada una, se ponen dentro de un recipiente con agua y se meten en el microondas durante unos diez minutos. Con el microondas a máxima temperatura, con unos segundos bastará. Después, con el cuchillo se va quitando la piel de las castañas, que gracias al calor saldrá con mucha más facilidad. Si se carece de microondas, se pueden escaldar con agua hirviendo durante un minuto.
Para cocer las castañas lo primero es hacerles un pequeño corte con un cuchillo. Después, se echan en un cazo con agua, se dejan cocer durante unos 25 minutos aproximadamente, después enfriar lo justo para y con el cuchillo se pelan, retirando bien la piel interior, ya que su sabor es amargo. Al agua para cocerlas se le puede añadir un poco de sal o un poco de azúcar, incluso unos granos de anís.
Las castañas se pueden asar al fuego, utilizando una sartén cuyo fondo tenga agujeros. Se ponen durante una media hora y es conveniente moverlas de vez en cuando. Si se asan al horno, se deben precalentar a unos 200º con calor arriba y abajo y cuando esté listo colocarse sobre la bandeja durante unos 30 minutos a unos 200º. Es recomendable dar la vuelta para que se hagan bien por todos los lados.