Una ecuación para dibujar rayas a todos los animales
Alan Turing fue el primero en preguntarse de dónde sacó la cebra sus rayas. Ahora, un nuevo estudio trata de encontrar una fórmula matemática común para todas las especies.
25 diciembre, 2015 01:28Noticias relacionadas
Además de fastidiar a la maquinaria de inteligencia nazi desentrañando el código Enigma desde su cuartel en Bletchley Park, el matemático Alan Turing también tenía otras aficiones. Entre ellas, comprender de dónde sacaron las cebras sus características rayas.
En realidad, muchos otros científicos trataron de hacer lo mismo. Ahora, un estudio publicado en Cell Systems y liderado por Tom Hiscock, de la Facultad de Medicina de Harvard, trata de agrupar todas estas teorías en una sola ecuación que identifique qué variables hacen, por ejemplo, que las rayas del tigre sean verticales y las del pez cebra sean horizontales.
Hiscock buscaba obtener un modelo simple sobre el cual pudieran construirse las diferentes especificidades, y según comenta a EL ESPAÑOL, cree que lo han conseguido. "Tenemos una idea bastante buena de los temas principales, aunque el meollo del asunto y los detalles del mecanismo aún nos quedan bastante lejos".
Volviendo al Manchester de los años 50, una vez ganada la guerra y disipado el éxito, Turing se centró en comprender los morfógenos, las moléculas que controlaban el crecimiento y forma de los tejidos. Escribió sus resultados en un artículo de 1952 titulado 'Las bases químicas de la morfogénesis' y publicado en Philosophical Transactions B, la revista de la Royal Society. Gracias a este trabajo, que el genio británico publicó dos años antes de quitarse la vida, se descubrió que modelar las rayas de los animales no era una tarea tan compleja como parecía.
A partir de aquí, los investigadores de Harvard se centraron en la orientación, y descubrieron que sólo era necesario un pequeño cambio la ecuación para descubrir si las rayas serían verticales u horizontales. Ahora, el siguiente paso es descubrir cuáles de esos parametros son capaces de influir en la formación de patrones, es decir, por qué algunos peces-cebra sufren una mutación genética que les hace tener puntos en vez de rayas.
"Queremos aplicar algunos de nuestros resultados matemáticos a ejemplos biológicos reales", dice Hiscock, "y las rayas de un pez pequeño como el cebra, llamado así precisamente por sus patrones de pigmentación, parece un ejemplo particularmente manejable".
Más allá de la fascinación de descubrir cómo la naturaleza forma estos patrones en función de condiciones ambientales, por ejemplo, para camuflarse o evitar a un enemigo, estos estudios podrían tener otras aplicaciones, aunque los científicos de Harvard no se atreven a aventurar si el diseño industrial podría acabar empleando ecuaciones similares: "¡No soy experto en esa materia!", advierte prudentemente Hiscock.