Para un científico, trabajar en la Universidad de Harvard es algo así como tocar el cielo con la punta de los dedos. Miguel Hernán (Madrid, 1970) lo hace desde hace años. Es uno de los pocos españoles que lo ha conseguido y uno de nuestros investigadores más reconocidos a nivel internacional. Estos días, el catedrático de Epidemiología de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de la prestigiosa universidad se encuentra junto a su equipo evaluando la eficacia de la vacuna del coronavirus fuera de los ensayos clínicos. "Esta semana está siendo especialmente atareada", se disculpa desde el otro lado de la pantalla.
Hernán es un hombre con mucho trabajo. Formó parte -junto con otros cinco investigadores de prestigio- del comité científico técnico que el Gobierno creó allá por el mes de marzo para asesorarle en la toma de decisiones sobre la pandemia. Hasta que dejaron de llamarlo con la frecuencia acordada. Y lo cierto es que este profesor de Epidemiología y Bioestadística no se ha mordido la lengua. Ha criticado abiertamente la gestión que se ha realizado en España, llegando a hablar directamente de "descoordinación" e "incompetencia". Ahora, cuando Europa trata de sortear el envite de la tercera ola y la tasa de vacunación aumenta paulatinamente, Hernán se muestra moderadamente optimista. "Si no se es optimista ahora, ¿cuándo?".
Tras conseguir bajar el nivel de la incidencia del virus a principios de diciembre, el Gobierno permitió los desplazamientos durante la Navidad y las reuniones. ¿Fue un error?
El error fue pensar que se había conseguido bajar la incidencia a niveles seguros. España fue una anomalía entre los grandes países occidentales (con la excepción de Estados Unidos) porque su segunda ola empezó en verano, fue muy intensa y dio paso a la tercera ola cuando la incidencia era aún alta y las UCIs no habían tenido tiempo de retornar a ocupaciones normales. Principios de diciembre era un momento para la cautela.
¿La tercera ola del coronavirus en España era evitable en las dimensiones en las que se está dando? España tiene hoy más de 27.739 pacientes Covid ingresados en los hospitales y 4.732 en las UCI.
Una subida de incidencia en diciembre era probablemente inevitable. Prácticamente todos los países la han sufrido. Sin embargo, otros países partían de niveles bastante más bajos que España. Por ejemplo, desde el verano, el porcentaje de camas de UCI ocupadas por pacientes con Covid-19 en los hospitales públicos de Madrid no baja del 50% de las camas prepandémicas. Cualquier número por encima del 40% pone presión sobre el sistema. En la segunda ola se estuvo dos meses por encima del 100% con un pico cercano al 130%. Ahora la ocupación es cercana al 160%.
¿Es de los que opinan que un confinamiento habría evitado llegar a estas cifras?
La palabra confinamiento puede querer decir muchas cosas. Existe consenso en que un confinamiento estricto como el de la primavera de 2020 no es necesario con uso generalizado de mascarillas y mayor distanciamiento social. Sin embargo, desde el verano, habría sido recomendable considerar un confinamiento light con teletrabajo obligatorio para los puestos en los que es posible, cierre de universidades y otras medidas para reducir el número medio de contactos de cada persona.
¿Por qué cree que los políticos siguen pidiendo responsabilidad a los ciudadanos después de tanto tiempo y con las actuales cifras de contagios? ¿Es una forma de eludir responsabilidades?
Minimizar los daños de una pandemia requiere colaboración ciudadana, pero también acciones efectivas y coordinadas entre las administraciones. Lo extraño no es que los gobiernos pidan responsabilidad ciudadana sino que muchos ciudadanos estén completamente satisfechos con la actuación de los gobernantes de sus países.
¿Existe la dicotomía "salvar la salud" vs "salvar la economía"?
Plantear la respuesta pandémica como una pugna entre salud pública y economía ha sido contraproducente. Mire, yo no soy un experto en economía y no puedo ni imaginar lo difícil que debe de ser tomar decisiones durante una pandemia cuando están en juego millones de puestos de trabajo, estabilidad financiera y endeudamiento nacional. Sin embargo, para mantener una actividad económica sostenible, con el meno número de sobresaltos posibles, se necesita que expertos en economía y en salud pública se sienten en torno a la misma mesa. A lo mejor al final concluyen que hay que mantener los restaurantes abiertos para salvar la economía, pero solo si los locales actualizan sus sistemas de ventilación y el gobierno regional crea una capacidad adecuada de rastreo de contactos. Lo que no puede ser es que se hayan tomado decisiones para salvar la economía sin un debate transparente sobre su impacto sobre la salud pública. ¿Cómo miramos hoy a la cara a nuestros trabajadores sanitarios cuando, en periodos de incidencia aun manejable, dejamos los bares abiertos sin tomarnos en serio el rastreo de contactos?
¿Por qué España ha controlado mucho peor la tercera ola que países como Alemania? Usted fue muy crítico en septiembre en una tribuna publicada en 'El País' en la que hablaba directamente de "incompetencia".
En esa tribuna hablábamos de incompetencia y de descoordinación. Después de un intento semifallido de desescalada armonizada en mayo, cada comunidad autónoma tomó su propias medidas sin hacer públicos los informes en los que se basaban. Por ejemplo, ¿por qué se reducía el aforo de la hostelería al 50% y no al 20% o al 80%? ¿en qué evidencia se basaba cada gobierno autonómico para tomar sus decisiones? ¿Y por qué el ministerio y las consejerías de sanidad plantean el establecimiento de umbrales cuantitativos solo cuando la segunda ola está muy avanzada? En España se ha echado en falta una Agencia de Salud Pública que proporcione liderazgo científico, articule funciones ahora dispersas por la Administración, coordine las actuaciones y supervise la recogida de datos de las comunidades autónomas y se comunique con la ciudadanía, siempre guiada por criterios estrictamente técnicos. No será por falta de excelentes profesionales de salud pública en España.
En Wuhan han vuelto a celebrarse conciertos. Parece que algunos países de Asia han sabido controlar mejor el coronavirus que nosotros. ¿Qué cosas han hecho mejor que nosotros?
Tomarse en serio la pandemia desde el principio. Además, muchos de esos países tenían agencias nacionales que llevaban años preparándose para la siguiente pandemia.
Siempre se habla de lo mal que lo hace una administración en una situación tan complicada como ésta, ¿pero ha hecho algo bien España en todo este tiempo? ¿Hemos sido ejemplo de algo?
Le doy dos ejemplos en que España ha sido un ejemplo: el estudio de seroprevalencia y la app RadarCOVID. Ambos son excelentes desde el punto de vista técnico como se ha reconocido en revistas científicas internacionales. Además, el estudio de seroprevalencia es un modelo a seguir para otras iniciativas. Su éxito es el resultado del trabajo conjunto de las consejerías de salud de las 17 comunidades autónomas, el Ministerio de Sanidad y el Instituto de Salud Carlos III. Ninguna de esas instituciones hubiera podido hacerlo por su cuenta pero juntas produjeron un estudio de seroprevalencia de referencia mundial.
Usted formó parte del comité científico que asesoró el Gobierno durante la primera ola. Después se publicó que dejaron de llamarlo. ¿Le dieron alguna explicación?
Sin comentarios. Estoy sujeto a un acuerdo de confidencialidad.
Una veintena de científicos españoles publicó una carta el pasado mes de agosto en 'The Lancet' en la que reclamaban un examen independiente sobre los fallos de España en la pandemia. Usted no estaba entre los firmantes, pero, ¿cree que debería realizarse?
Sí, por supuesto. Pero no apoyo que se pida de esa forma. Imagínese que un grupo de científicos estadounidenses reclamara un examen independiente sobre los fallos de Estados Unidos en una revista científica alemana y en alemán. La población estadounidense no lo entendería.
Las cifras de muertes siguen siendo trágicas tras casi un año de pandemia en España. ¿Nos hemos inmunizado después de leer tantos titulares dramáticos?
Quizás los que hemos tenido la suerte de no ver morir a un ser querido, pero pregúnteselo a los familiares de miles de fallecidos que podrían haber llegado a vacunarse si se hubiera contenido la epidemia mejor.
Se está hablando mucho de la cepa británica en las últimas semanas. ¿Qué papel pueden jugar las mutaciones del virus en los próximos meses?
Los virus mutan y, cuanta mayor sea la transmisión entre la población, más alta la probabilidad de que aparezcan nuevas mutaciones. Por ahora la mayor parte de las vacunas han probado su eficacia para la mayor parte de las variantes que han aparecido. En cualquier caso, en meses o semanas se pueden desarrollar vacunas para futuras variantes.
El plan de vacunación ha comenzado a ejecutarse a distintas velocidades en las comunidades españolas. ¿Volvemos a ir demasiado lentos? El Gobierno dice que en verano el 70% de la población habrá sido vacunada.
No parece una locura. Si llegan suficientes dosis, las comunidades autónomas deberían tener vacunado al 70% de la población adulta, o al menos el 70% de los mayores de 40 años.
¿Ve el final de la pandemia cerca gracias a la vacuna?
La vacuna lo cambia todo. Yo no imaginaba en febrero de 2020 que exactamente un año después tendríamos al menos 5 vacunas efectivas. La velocidad de desarrollo de vacunas ha sido espectacular.
¿Le produce sonrojo ver en las noticias cómo hay decenas de políticos y altos cargos que se han saltado los protocolos de vacunación del Gobierno?
¿A quién no? Por otra parte, España debería plantearse modificar sus protocolos para que los más altos cargos civiles y militares, de los que depende la seguridad nacional, tuvieran prioridad para vacunarse. Así lo hacen muchos otros países.
¿La vida volverá a ser normal en algún momento o tendremos que acostumbrarnos a vivir con el coronavirus? ¿Cuál es el escenario más optimista y el más pesimista?
El escenario más optimista es un futuro en que las infecciones con este coronavirus no causan enfermedad grave porque todo el mundo se ha vacunado o infectado de pequeño. En ese escenario, el Sars-CoV-2 se convierte un virus endémico, como los otros cuatro coronavirus que causan resfriados comunes. Un escenario más pesimista es que aparezcan frecuentemente variantes que requieran vacunación anual como hacemos con la gripe.
¿Es posible prevenir una pandemia como la que estamos sufriendo? ¿Es posible saber cuándo será la próxima pandemia?
Aun no entendemos exactamente como empezó esta pandemia. Un equipo de la OMS está en China para investigar sobre el terreno. Esperemos que sus hallazgos arrojen luz sobre cómo se podría haber prevenido esta pandemia. Es imposible saber cuándo será la próxima pandemia, pero es posible es prepararse mejor para cuando ocurra.