La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en el Colegio Daoiz y Velarde de Alcobendas.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en el Colegio Daoiz y Velarde de Alcobendas. Sergio Pérez EFE

Ciencia

Jornada escolar continua o partida: qué dice la ciencia sobre el debate que ha abierto Ayuso en Madrid

La Comunidad de Madrid ha anunciado que los nuevos colegios públicos que se construyan en la región tendrán jornada partida de forma obligatoria.

14 septiembre, 2024 02:35

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, anunció durante el debate del estado de la región que los nuevos colegios públicos que se construyan tendrán jornada partida de forma obligatoria. Desde el Ejecutivo defienden que esta medida tiene entre sus objetivos "mejorar el rendimiento de los alumnos, su descanso o sus hábitos de alimentación".

Este tipo de jornada comenzó a desaparecer en España a partir de los años 80, cuando se sustituyó por la continua. Esta se ha ido extendiendo de tal forma que se estima, pues no existen datos oficiales, que se ha convertido en la opción mayoritaria en los centros públicos de Infantil y Primaria.

Esta expansión se aceleró repentinamente a consecuencia de la Covid-19, tal y como señala un estudio de EsadeEcPol. En esta investigación, publicada en el año 2022, se constata que no hay una "evidencia rigurosa" acerca del efecto de la modalidad de la jornada sobre el rendimiento académico.

No obstante, los autores consideran que "se ha instalado en el seno del profesorado una narrativa en favor de la jornada matinal y sus beneficios sobre el alumnado que no está sustentada por los datos". Por ello piden ser "prudentes", puesto que no hay un gran número de estudios a nivel nacional ni internacional. Y los que existen al respecto son de tipo correlacional, y no causal.

Más deberes, peor descanso

"No hay mucha evidencia porque no hay interés ni por parte del profesorado ni de la administración", señala a EL ESPAÑOL Daniel Gabaldón. Este sociólogo educativo y profesor de Sociología de la Educación en la Universidad de Valencia (UV), lleva desde hace ocho años elaborando, junto con su grupo de investigación, sus propios estudios "con los pocos datos que hay". De ellos ha extraído una clara conclusión: se han hallado más beneficios en la jornada partida que en la continua.

En su último proyecto llevaron a cabo un análisis de la encuesta de usos de tiempo del Instituto Nacional de Estadística (INE), con los datos de niñas y niños de entre 10 y 18 años. Los resultados demostraron que en el caso de la continua el descanso era peor: de media, el alumnado dormía unos 42 minutos menos cada día, en comparación con el que asistía a centros con jornada partida.

Otros trabajos publicados en España también apuntan hacia la misma dirección: con la jornada continua, los niños no sólo no se acuestan antes, sino que están más cansados y tienen incluso más sueño. Para los expertos, uno de los posibles motivos es porque provoca un desfase y un retraso en los ritmos circadianos.

Las diferencias entre ambos modelos también se encuentra en el horario de la comida. Así, mientras en la jornada continua comen entre las 14.00 y las 16.00 horas, en el de la partida se adelantaba una hora más, por lo que el alumnado no comía "tan tarde" y tenía una mejor alimentación. En este sentido, algunos estudios ya han demostrado que comer tarde afecta significativamente al gasto de energía, al apetito y a las vías moleculares en el tejido adiposo.

Gabaldón explica que también observaron que en las regiones en las que más se había extendido la jornada continua coincidían con las regiones en las que había más sobrepeso: "No podemos demostrar causalidad, pero sí que podemos afirmar que existe una relación que debería estudiarse".

Imagen de archivo de varios alumnos dando clase en un colegio de España.

Imagen de archivo de varios alumnos dando clase en un colegio de España.

Según el estudio de los investigadores de la UV, en la jornada continua los alumnos deben realizar un mayor número de deberes; en concreto, le dedican de media unos 29 minutos más al día. Para Gabaldón, que tengan que hacer más deberes se debe a que tienen que compensar, por un lado, que están más cansados cuando van a clase y, por otro, las horas en las que estas se imparten.

"El horario de la partida se adecúa mejor a las horas en las que la atención no es tan alta", indica Gabaldón, quien también advierte que en ambas modalidades se comete un error con la hora de inicio, pues se trata de una de las más tempranas de Europa tanto en Secundaria (donde nuestro país se encuentra a la cabeza) como en Primaria.

Mejor rendimiento, más ejercicio

El hecho de que en la continua le dediquen más tiempo a los deberes no se traduce en un mejor rendimiento. De hecho, los estudios que se han realizado hasta la fecha apuntan que es con la jornada partida cuando se presentan mejores resultados académicos.

Uno de los últimos estudios que se realizó al respecto fue precisamente en la Comunidad de Madrid, en el año 2014 con alumnos de 6º de Primaria. Los resultados demostraron que los alumnos con horario partido tenían unos resultados mejores. Ya en 2002 también se observó —en este caso, en Andalucía— un mayor rendimiento del alumnado que seguía un horario de jornada partida, con un resultado un 8% mayor que el que acudía a centros con jornada continua.

En 1993, un estudio elaborado por José Antonio Caride, uno de los que más ha estudiado las diferencias entre las dos jornadas en nuestro país, comprobó que el fracaso escolar era entre un 10% y un 20% más alto en los centros con jornada continua. El citado trabajo también detectó que el pico de cansancio, que se daba entre las 13.00 y las 14.00 horas, afectaba al 47% del alumnado, mientras que en la jornada partida el porcentaje se reducía al 27%.

De de los pocos beneficios que se han encontrado dentro de la jornada partida es que se hace más deporte reglado, con una media de 16 minutos más al día que el alumnado que asiste a centros con jornada partida. Es cierto que, en este aspecto, no se tiene en cuenta el tiempo de actividad física que hayan podido realizar fuera del horario (como, por ejemplo, durante los descansos del comedor).

"Tomar decisiones más racionales"

Tal y como apuntaban los autores del estudio de EsadeEcPol, Gabaldón también piensa que la narrativa de que la jornada continua es mejor ha calado entre las familias, pues confían en que las decisiones del profesorado (en buena parte, a favor de este sistema) vayan a favor del alumando. También se ha interiorizado entre los futuros docentes.

El profesor de la UV reconoce que sus alumnos ya están "convencidos" de que la jornada continua es la mejor opción. Para él, el profesorado no debería participar en estos debates, "al ser juez y parte". Cree que es "complicado" que la mayoría de centros abandonen la jornada continua por el momento. Lo único que espera es que "con ayuda de las investigaciones científicas seamos capaces de tomar decisiones más racionales".