La fuga de cerebros lastra el prestigio del CNIO: los artículos liderados por sus investigadores caen a la mitad en 15 años
- En 2015, los artículos científicos en que su primer o último autor era del CNIO eran 121. En 2023 solo fueron 66.
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La caída del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) en los rankings internacionales de instituciones investigadores ha ido paralela a la marcha de primeros espadas en los últimos años, lo que ha puesto en entredicho el prestigio del que fue buque insignia de la investigación biomédica española.
Ese impacto se ve también en el número de artículos publicados en revistas científicas que han sido liderados por investigadores del centro, que ha caído a la mitad en los últimos 15 años.
En las publicaciones académicas, el orden de los autores no está puesto al azar. Normalmente, el que figura en primer lugar es el impulsor de la investigación, y en último está el líder del grupo investigador. Las aportaciones de los que aparecen entre medias pueden ser variopintas.
En 2015, los investigadores del CNIO firmaron 121 artículos como primer o último autor, mientras que en otros 133 aparecían como colaboradores. En 2023, la cifra de colaboraciones se mantuvo más o menos en el mismo rango (135), pero la de primeros o últimos autores fue de 66, un poco más de la mitad.
Durante este tiempo un puñado de 'primeros espadas' han abandonado el centro, lastrando el prestigio de la institución, que pasó de estar entre los primeros 15 de Europa Occidental en investigación en salud a caer hasta el 27 el año pasado.
El primero de ellos fue quizá el más polémico. Manuel Hidalgo era director del programa de investigación clínica del centro. Sus trabajos han sido citados más de 65.000 veces y tiene un índice h de 108.
Expliquemos: la cita es el indicador básico de calidad en la ciencia, los artículos más citados se consideran más importantes porque han despertado más interés entre los compañeros. El índice h se refiere al número de artículos de un investigador que ha sido ese mismo número de veces. Es decir, que Hidalgo ha publicado 108 artículos que han sido citados un mínimo de 108 veces. Por tanto, un índice h alto indicaría un prestigio alto.
Hidalgo fue nombrado en 2015 catedrático en Harvard y director del Centro Beth-Israel Deaconess de Boston, asociado a la mítica universidad. En 2016 fue despedido del CNIO por "incompatibilidad total" de los cargos. Él y su equipo de 15 personas se fueron a la calle y, con ellos, el proyecto ERC-AVATAR financiado por la Unión Europea con 2,5 millones de euros, que recaló en el Hospital de Fuenlabrada.
Hidalgo demandó al CNIO y a su directora, María Blasco, a la que acusaba de haberle "bloqueado a todos los niveles", aunque las acciones judiciales no prosperaron. En la actualidad, trabaja como jefe de la división de Hematología y Oncología Médica del Weill Cornell de Nueva York.
En 2017 el centro sufrió dos marchas que dejaron una profunda huella. La primera, la de Manuel Serrano, que creció de la mano de Margarita Salas en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa y brilló en el laboratorio Cold Spring Harbor de Nueva York, donde identificó el gen p16, clave en la senescencia celular y la protección contra el cáncer.
En 1997 regresó a España para liderar un grupo de investigación en el Centro Nacional de Biología para recalar en el CNIO en 2003, donde fue director del Departamento de Oncología Molecular y jefe del grupo de supresión tumoral.
Serrano —más de 88.000 citas y un índice h de 106— marchó en 2017 al IRB, el Instituto de Investigación en Biomedicina de Barcelona. En 2021 dio el salto a Altos Labs, una empresa de investigación anti-envejecimiento participada por millonarios como Jeff Bezos, fundador de Amazon.
El mismo año de la marcha de Serrano dijo adiós el bioinformático Alfonso Valencia, especializado en la gestión de cantidades inimaginables de datos genómicos para obtener mapas que expliquen el cáncer y generen nuevas dianas para combatirlo.
Valencia (citado más de 95.000 veces y con un índice h de 131) lideraba el grupo de Biología Estructural y Computacional en el CNIO desde 2006. Al igual que Serrano, su salida fue hacia Barcelona: fue nombrado profesor ICREA y recaló en el Barcelona Supercomputing Center.
Problemas para captar talento
El penúltimo golpe para el centro llegó un año antes de la pandemia. El que era su subdirector, el austriaco Erwin Wagner (88.000 citas, índice h de 142), ponía punto y final a su aventura española, que había comenzado en 2008 como jefe del grupo de Biología Celular.
Wagner, que ha recibido prestigiosos premios como el Max Planck Research Prize o el Premio Wittgenstein que otorga el gobierno austríaco, regresó a Viena para encargarse de un grupo de investigación en el Departamento de Dermatología de la Universidad de Viena.
La última estocada ha llegado recientemente. Marcos Malumbres (37.000 citas, índice h de 79), jefe del grupo de División Celular y Cáncer, acaba de incorporarse al Instituto de Oncología del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona.
A finales de la primera década del siglo XXI, el centro superaba ampliamente el centenar de publicaciones donde alguno de sus investigadores figuraba en primer o último lugar. En 2007 fueron 134 los artículos publicados liderados por alguien del CNIO. Desde entonces y con vaivenes, la tendencia ha sido decreciente.
María José Muriel, abogada y extensión sindical de CCOO en el CNIO, da cuenta del problema del centro para captar talento. "El clima laboral o la cultura de la empresa es un poco asfixiante y mucha gente se va en cuanto ve una oportunidad. En esas condiciones, ni retienen ni captan talento".
Ese talento es esencial no solo para brillar a nivel científico, sino para la propia supervivencia financiera del centro, que acumula un déficit de más de cuatro millones de euros. "Estos investigadores son los que logran los grandes proyectos europeos y la financiación asociada. Si [el CNIO] no los consigue, es como la pescadilla que se muerde la cola: no puede optar a mejor financiación y, por tanto, captar más talento".
En una carta enviada esta misma semana al Gobierno, un grupo de científicos del centro ha pedido el relevo de María Blasco en la dirección del CNIO. La responsabilizan de la caída del prestigio internacional de la institución y de su mala gestión. Blasco ha puesto su cargo a disposición del patronato, que pidió informes económicos y de la situación antes de emitirla.