Una versión tan popular como falsa cuenta que Cristóbal Colón engendró el propósito de navegar hacia el oeste para demostrar que la Tierra era esférica, en contra del pensamiento de su época. Incluso a veces se dice que el navegante empleó un huevo para ilustrar la redondez del planeta. En realidad, poner el huevo de pie fue sólo un desafío sin ninguna connotación geográfica; pero poco importa, dado que la anécdota es probablemente falsa.
Hace medio milenio, toda persona con una mínima educación ya sabía que la Tierra era redonda. La idea se remonta al menos hasta Aristóteles, que combinó observaciones celestes con la constatación de que el horizonte se tragaba los barcos de abajo arriba. Cuando un siglo después Eratóstenes midió la diferencia entre las sombras en Alejandría y Asuán en el solsticio de verano, no trataba de demostrar que la Tierra era redonda, algo que ya se daba por hecho, sino calcular su circunferencia. Y lo logró con bastante precisión.
Sin embargo, sí es cierto que la estimación de Eratóstenes no triunfó de inmediato: Ptolomeo manejaba un valor inferior en una tercera parte, y éste fue el que hizo creer a Colón que podía alcanzar las Indias fácilmente por el oeste; por suerte, existía América. Pero ni los viajes de los navegantes ni las numerosas observaciones científicas han servido para convencer a todos. En la Inglaterra del siglo XVIII la idea de la Tierra plana comenzó a resurgir con fuerza, ligada a ciertos fundamentalismos cristianos en las llamadas sociedades zetéticas.
En el siglo XIX, los defensores de la Tierra plana eran muy beligerantes. Baste como ejemplo la carta que uno de ellos, John Hampden, envió a la esposa del naturalista Alfred Russell Wallace a propósito de una disputa entre ambos hombres sobre la forma de la Tierra. Hampden advertía a la señora Wallace de que cualquier día el "ladrón infernal de su marido" regresaría a casa "con cada hueso de su cabeza convertido en pulpa", que no moriría en la cama y que ella debía de ser "una miserable desgraciada para estar obligada a vivir con un criminal convicto". Y todo esto, un siglo y medio antes de la invención de Twitter.
"Contrario al sentido común"
Y así, hasta hoy. En 1956, la Sociedad Zetética Universal se transformó en la Sociedad Internacional de la Tierra Plana, destinada a "probar, con razonamiento sólido y pruebas fácticas, que la teoría aceptada hoy de que la Tierra es un globo en rotación [...] es contraria a toda la experiencia y al sentido común". El comienzo de la era espacial supuso un nuevo reto para los flat earthers, pero respondieron ágilmente con el argumento de que existe una gran conspiración encabezada por la NASA para ocultar el terrible error cometido al afirmar que la Tierra es redonda. Y por supuesto, el ser humano nunca alunizó: todo fue un montaje escrito por el autor de ciencia ficción Arthur C. Clarke y rodado en el desierto de Mojave.
Los flat earthers manejan toda una serie de argumentos seudocientíficos con los que pretenden justificar su tesis. Por ejemplo, las órbitas de los satélites y la circunnavegación de la Tierra son en realidad trayectorias circulares sobre un disco. La diferencia en las sombras observada por Eratóstenes y, en general, los distintos ángulos de la luz solar según la latitud no se deben a la curvatura terrestre, sino a que el Sol está mucho más cerca de lo que creemos y sus rayos inciden con inclinaciones particulares en cada lugar. La refracción de la luz explica que la vela del barco desaparezca en el horizonte después que el casco; es una ilusión óptica.
Uno de los antiguos presidentes de la Flat Earth Society, el californiano Charles Johnson, presumía de que la bandera de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) había adoptado su mapa: un disco plano con el polo Norte en su centro y la región antártica en el perímetro. Los defensores de la Tierra plana alegan que el disco está limitado por una muralla de hielo, sin que sepamos muy bien qué hay al otro lado.
Según Daniel Shenton, actual portavoz de la Flat Earth Society, la experiencia diaria dicta que la Tierra es plana, por lo que debe corresponder a quienes lo niegan demostrar que no es así. Y para él, "aún no se ha conseguido una carga suficiente de pruebas". Shenton aduce que las pruebas fotográficas no son fiables, dado que "se pueden alterar y manipular fácilmente". La alternancia día/noche y las estaciones se explican por el movimiento del disco del Sol, que describe círculos más o menos amplios alrededor del Polo Norte. Cuando el foco del disco no cae sobre nosotros, es de noche; cuando el círculo que describe está más próximo al perímetro antártico, es invierno en el "hemiplano" norte.
Curiosamente, la corriente liderada por Shenton carece de vinculaciones religiosas. Su vicepresidente, Michael Wilmore, se define como ateo. Los líderes de la Flat Earth Society insisten en que su enfoque no es religioso, sino que se basan en el llamado método zetético, que se guía por la experiencia sensorial. Por lo demás, no presentan objeciones a otros consensos científicos como la evolución biológica o el cambio climático.
Un disco para el planeta-disco
Las ideas defendidas por la Flat Earth Society cuentan también con sus abogados en la cultura popular. El pasado enero el rapero Bobby Ray Simmons Jr., más conocido como BoB, anunciaba su convencimiento de que la Tierra es plana. "Las ciudades del fondo están separadas por 16 millas... ¿dónde está la curva? Por favor expliquen", decía en su cuenta de Twitter bajo una foto suya en cuyo horizonte se aprecian dos skylines.
El astrofísico y divulgador Neil deGrasse Tyson le respondió explicándole los argumentos científicos y por qué no podía ver la curva de la Tierra. "Aunque estés atrasado cinco siglos en tus razonamientos, eso no impide que podamos disfrutar de tu música", concluía Tyson. Pero lejos de entrar en razón, BoB reaccionó componiendo un tema titulado Flatline en el que se reafirma en su creencia y en otras teorías conspiranoicas de las que también es seguidor.
Podríamos pensar que los experimentos específicos con globos a gran altura que pretende realizar el estadounidense Darrell Foss, y para los que solicita donaciones, deberían convencer de una vez por todas a quienes aún creen en la idea prearistotélica de la Tierra plana. Pero es improbable, dado que Foss precisamente se autodefine como "investigador de la Tierra plana". "Quiero demostrar a todo el mundo que la Tierra es plana", dice en la página de su proyecto. Ya ha conseguido 1.820 dólares de un total de 2.000 que necesita para tratar de demostrarse a sí mismo lo que de todos modos continuará pensando.