¿Y si la idea que tienen todos los habitantes del planeta sobre la distribución de los países es falsa? ¿Es posible que hayamos vivido engañados y en realidad el tamaño de los continentes no es el que creemos?
Esto es lo que defienden los partidarios del mapa de Peters, que lo ven más realista que la proyección de Mercator, el modelo al que estamos acostumbrados a ver cuando presenciamos un mapa mundi mudo.
El mapa terrestre de Gerardus Mercator (1512-1594) fue creado con dos objetivos por este geógrafo, matemático y cartógrafo de origen flamenco: hacer una representación lo más realista posible del planeta y facilitar a los marineros la navegación.
Para llevar a cabo su empresa, hizo una proyección cilíndrica -como si el mapa terrestre fuera un pergamino que se pudiese estirar- de una superficie, la terrestre, que ni siquiera es una esfera perfecta, con las dificultades que esto entraña.
Para que su mapa de la Tierra pudiese servir de orientación en el mar, Mercator varió las dimensiones del planeta para que encajara en cuadrículas de 15º por 15º. Al adaptar la superficie de la Tierra a un dibujo plano, las dimensiones quedan alargadas horizontalmente; por lo que para igualar este efecto, en su representación también estira el mapa en sentido vertical.
Estas distorsiones crean desajustes en la representación de las dimensiones reales del planeta. Por ejemplo, Groenlandia y África tienen dimensiones similares en los mapas, mientras que el segundo tiene una superficie casi 15 veces superior que el primero (2,1 millones de kilómetros cuadrados por 30,3 millones de kilómetros cuadrados).
Estas inexactitudes también se aprecian con Sudamérica y Europa: la superficie del viejo continente tiene la mitad de extensión en el mapa que la mitad inferior de América, mientras que en realidad Sudamérica tiene siete millones de kilómetros cuadrados de superficie más que Europa. Además, el Ecuador no aparece en el centro del mapa como debería y dos tercios se dedican a la representación del hemisferio norte mientras que solamente uno se destina al hemisferio sur.
Visión de Arno Peters
"Son los países del Tercer Mundo, los estados excoloniales, las naciones de los pueblos de color los que resultan perjudicados por el mapa Mercator. Este mapa es una expresión de la época de europeización del mundo", afirmó el historiador alemán Arno Peters en relación a la creación de Mercator.
Con la premisa de cambiar la visión del mundo sobre estas naciones a las que se refiere, Peters publicó su nuevo modelo de mapa en 1974, aunque posteriormente se le cambió el nombre a proyección de Gall-Peters, para reconocer la contribución muy anterior del geógrafo James Gall.. Este aumenta la escala vertical de las regiones cercanas al ecuador para compensar de esta forma estiramiento en horizontal de las regiones templadas.
De esta forma, crea deformaciones en África y Sudamérica, aunque respetando las proporciones, y el mapa no sirve para navegar. Este mapa fue aceptado por la Organización de las Naciones Unidas y por numerosas ONGs, más por el discurso que le acompaña que por su utilidad.
Variaciones entre ambos mapas terrestres
Las principales diferencias es el empequeñecimiento de los países del hemisferio norte y el crecimiento de los del hemisferio sur. En el mapa de Mercator, Sudamérica, Oceanía, África y las islas asiáticas aparecen más pequeñas que en el de Peters.
A su vez, Peters representa el norte de Europa, Alaska y Rusia en un tamaño mucho más reducido que Gerardus Mercator.
Sin embargo, este mapa mundi tampoco se considera el definitivo y existen críticas sobre las tesis de Peters, como se explica en este post del blog divulgativo Naukas. Representar el mundo con lápiz y papel no debe de ser un tarea fácil.