La controvertida compañía de SeaWorld Parks & Entertainment, tristemente famosa tras el documental Blackfish (2013) que retrataba las crueles condiciones de la captura de orcas utilizadas para sus espectáculos y los trastornos que sufrían en cautividad, ha anunciado que deja de criar en sus parques estos magníficos mamíferos marinos.
La actual será, por tanto, la última generación de orcas en SeaWorld, dado que el grupo renunció a cazar estos animales hace años y ya no habrá nacimientos de estos animales en ninguna de sus instalaciones. Este anuncio lo ha realizado junto a la ONG The Human Society (HSUS), que durante décadas criticó el uso de estas ballenas para entrenarlas en diferentes habilidades y usarlas como reclamo en sus espectáculos.
Las orcas que aún quedan en los tres parques con los que cuenta SeaWorld permanecerán en ellos hasta su muerte, bajo atentos ciudados. "Estas majestuosas orcas no serán liberadas en el océano, ni confinados en jaulas marinas", expone la empresa en una nota. "No podrían sobrevivir en los océanos ni competir por la comida, estarían expuestas a enfermedades desconocidas y tendrían que hacer frente a problemas ambientales, incluyendo la contaminación y otras amenazas generadas por el hombre", añade, lo que recuerda el caso de Keiko, la orca que protagonizó Liberad a Willy (1993), que en 2002 fue puesta en libertad pero murió al año, incapaz de integrarse en la naturaleza salvaje.
"En cambio, vivirán una vida larga y saludable bajo el cuidado y el amor de nuestros veterinarios y otros especialistas", señala la empresa, y anuncia "presentaciones naturales y divertidas para educar a los visitantes acerca de la difícil situación de las orcas en su hábitat natural".
Es decir, lo que la compañía da a entender es que los espectáculos acrobáticos con orcas irán terminándose progresivamente y serán sustituidas por otras nuevas -aún sin concretar- con las orcas que aún viven en sus parques. Estos cambios comenzarán en 2017 en SeaWorld San Diego y en 2018 en SeaWorld San Antonio y SeaWorld Orlando.
Aún así, recuerdan algunos medios en EEUU, es una noticia agridulce: hasta 23 orcas aún viven en esos tres parques. Es importante tener en cuenta que el ejemplar más joven de estas ballenas nació a finales de 2014 y hay una hembra actualmente embarazada. Dado que las orcas pueden vivir hasta 80 años, apunta Motherboard, es probable que pasen décadas antes antes de que SeaWorld se quede sin orcas.
Un paso
HSUS, que ha firmado un acuerdo de colaboración con SeaWorld (PDF) en estas nuevas políticas, ha alabado este cambio de enfoque como un importante paso adelante hacia una economía humana en la que las empresas responden y se adaptan a la preocupación pública por el bienestar animal.
"Nuestras organizaciones han sido enemigas desde hace mucho tiempo, pero ahora estamos contentos al ver que SeaWorld se transforma para garantizar el bienestar animal", comenta Wayne Pacelle, presidente de HSUS. "Celebramos el anuncio del fin de la era de la exhibición de orcas en cautiverio y el hecho de que SeaWorld redoblará sus esfuerzos en el rescate y rehabilitación de mamíferos marinos".
SeaWorld estuvo en el centro de una polémica mundial a raíz del eco que tuvo el documental Blackfish, centrado en la historia de una orca capturada con dos años de edad en Islandia en 1983 y plantea cómo, a consecuencia de su vida en cautiverio en el parque, termina teniendo comportamientos violentos.
De hecho, el filme también puso en el foco de la polémica al parque tinerfeño LoroParque, donde también se realizar espectáculos con orcas, y en donde uno de estos animales -cedido por SeaWorld- mató en 2009 al cuidador español Alexis Martínez, de 29 años.
EL ESPAÑOL se puso inmediatamente en contacto con el parque, que no quiso valorar la decisión de SeaWorld a la espera de estudiar el anuncio de la compañía estadounidense. Horas más tarde, emitió un comunicado en el que anunció que había solicitado una reunión con los responsables de SeaWorld para esclarecer cómo su decisión afectará al futuro de las seis orcas que viven en el centro tinerfeño tras un acuerdo con la empresa estadounidense.