Cada vez encontramos menos diferencias entre una selva y un instituto de secundaria. Si acaso, la principal seguirá siendo que los niveles de violencia son mayores en el instituto, dado que un nuevo estudio ha hallado que, entre los chimpancés, la popularidad es un factor social tan importante como entre los humanos.
Este trabajo, realizado por primatólogos de la Universidad Estatal de Arizona (ASU) y publicado en Proceedings of the Royal Society revela que los chimpancés masculinos que trabaron amistad con el macho alfa tuvieron más éxito en el apareamiento con sus hembras preferidas cuando estaban en presencia del citado individuo.
Al parecer, para estos chimpancés, un beneficio de estar en la parte alta de la pirámide jerárquica es tener prioridad para escoger a las compañeras preferidas, lo que se traduce en un mayor número de descendientes, y por tanto, en un incremento de la posibilidad de transmitir sus genes.
Aunque, como dicen los autores, los machos alfa casi siempre se aparean más de lo que les correspondería, no tienen todo el control sobre con quién lo hacen. Esto se debe a la feroz competencia de machos buscando hembras sexualmente receptivas.
El estudio apoya este hallazgo, pero también ha encontrado otra explicación a por qué los machos alfa no monopolizan del todo los apareamientos. "Los machos alfa pueden conceder apareamientos a sus subordinados a cambio de favores sociales como el apoyo en las peleas contra otros varones", explica Joel Bray, doctorando en la Escuela de Evolución Humana y Cambio Social de la ASU y autor principal del estudio.
Los amigos del macho alfa se benefician del acuerdo a corto plazo, al tener la oportunidad de criar a sus hijos, mientras que los machos alfa obtienen beneficios a largo plazo porque se mantienen en la cima de la jerarquía con ayuda de sus subordinados. "Los intercambios sociales son, por lo tanto, un win-win", dice Bray.
Empleando la Gombe Chimpanzee Database, un repositorio de datos demográficos y de comportamiento sobre chimpancés en el Parque Nacional Gombe en Tanzania, los autores analizaron varios miles de apareamientos a lo largo de 36 años. En este tiempo hubo ocho machos alfa, cuyo mandato puede durar hasta nueve años.
Estos científicos descubrieron también que los apareamientos en presencia del macho alfa eran más exitosos que cuando no estaba, lo que sugiere que este ejemplar toleraba los intentos de apareamiento de sus subordinados.
"Estos resultados son muy emocionantes porque demuestran una potencial función de los lazos sociales", dice Bray. "Especialmente para los varones subordinados, ya que les da la oportunidad de aparearse con éxito incluso si no son chimpancés de rango superior".
El próximo paso será investigar estas relaciones con mayor detalle, para comprobar si los machos alfa suelen ser más tolerantes con sus subordinados si han recibido ayuda o atención reciente por parte del otro macho.
En última instancia, el estudio demuestra que, entre los grupos de chimpancés, no sólo los más musculosos tienen éxito y que la amistad siempre vale la pena.