Esta viernes, la alcaldesa de Madrid anunció junto a los regidores de París, Ciudad de México y Atenas el compromiso de sacar de la capital todos los coches diésel para el año 2025. La noticia llegaba en el primer día 'sin coches' en el centro por la campaña de Navidad pero la Corporación municipal ha negado más tarde que la regidora de Ahora Madrid se plantee esta medida porque la consideran inaplicable.
La confusión parece tener su origen en un comunicado de la Cumbre de Alcaldes C40, aunque desde el Ayuntamiento explican que ignoran si el enviado de Madrid ha firmado algún compromiso pero dejan claro que Manuela Carmena no lo ha hecho.
En la llamada Declaración de Calidad del Aire, los alcaldes se han comprometido a incentivar el uso de vehículos alternativos y promover los desplazamientos a pie, así como las infraestructuras para bicicletas.
La medida está justificada en la necesidad de reducir los altos niveles de material particulado y óxidos de nitrógeno, capaces de elevar en un 50% la posibilidad de que un urbanita que nunca ha fumado un cigarro sufra un cáncer de pulmón. En un estudio publicado este año en Annals of Oncology, dos investigadores holandeses valoraban las alternativas al diésel, desde la gasolina a los coches eléctricos, y concluían que "es la hora de abandonar el uso del diésel y la producción de coches y motores diésel". Cualquier otra alternativa, incluso la gasolina, mejoraba las previsiones de mortalidad por cáncer de pulmón o enfermedad cardiovascular.
Un poco mezclando conceptos, Manuela Carmena ha destacado que reducir las emisiones de efecto invernadero en las urbes permitirá a los ciudadanos respirar un aire "más limpio" y, por tanto, "más sano".
El problema es cómo atajar en menos de nueve años un parque automovilístico de más de tres millones de coches de los que alrededor del 60% son diésel.
Los principales escollos que encontrará son los siguientes:
Implicar a toda el área metropolitana
Como se puede apreciar en el siguiente gráfico, elaborado con datos de la DGT, el parque automovilístico de Madrid capital se ha reducido levemente en los últimos 20 años, pero si miramos al área metropolitana ocurre exactamente lo contrario.
Es decir, el esfuerzo de eliminar los coches diésel de las calles de la capital en 2025 requerirá además retirarlos de las ciudades que rodean a Madrid. EL ESPAÑOL ha contactado con el ayuntamiento para conocer más detalles del plan anunciado por Carmena, como los plazos, si se realizará de forma más o menos paulatina y si se complementará con incentivos a la compra de vehículos eléctricos o uso de transporte público. Esta información no estaba disponible a la hora de la publicación de este artículo.
Revertir la dieselización
La dieselización de España, que llegó a alimentar con este carburante el 70% de su parque automovilístico, estuvo alentada desde Bruselas, que puso diversos estímulos a disposición de los estados miembros. Ahora, la marea va en sentido opuesto, pero sigue encontrando obstáculos.
"Cuando nos referimos a una estrategia post-2020 para coches, la Comisión subraya que las emisiones de motores de combustión convencionales tendrán que reducirse aún más después de 2020", explica a EL ESPAÑOL una fuente de la Comisaría Europea de Energía y Acción Climática. Además, "los vehículos de cero emisiones tendrán que ganar una cuota de mercado significativa para 2030".
Es decir, cinco años más tarde de que Madrid limpie sus calles de motores diésel. Actualmente, es un hueco demasiado grande, pero hay formas de hacer que el próximo coche de los madrileños no sea diésel o gasolina, sino híbrido o eléctrico.
"Los incentivos fiscales son muy efectivos para incentivar el comportamiento del consumidor", dice esta misma fuente, que se lamenta porque "los estados miembros aún aplican una serie de incentivos contradictorios que desalientan la movilidad con bajas emisiones".
España, por ejemplo, ha estado financiando hasta finales de julio la compra de vehículos mediante el plan PIVE. De los más de 1.100.000 coches matriculados en nuestro país este año, un 60% han sido diésel. Dentro de 9 años, esos más de 600.000 coches seguirán rodando y emitiendo por las carreteras españolas.
Ojo a los camiones
Desde la Comisión Europea, otra fuente explica a EL ESPAÑOL que, aunque la prohibición de vehículos diésel en zonas de alta contaminación está amparada por la Directiva de Calidad del Aire, "para que una medida así pueda estar encima de la mesa cuando se discute la calidad del aire, hay que asegurar que no entra en conflicto con otros derechos, como el libre movimiento de mercancías".
Esta fuente recuerda que Atenas, que ahora se suma a la Declaración de Calidad del Aire, y Tesalónica, las dos principales ciudades griegas, prohibieron en 1990 la circulación de vehículos diésel. Resistieron durante muchos años pero, finalmente, cancelaron la medida en 2011. ¿Por qué? De acuerdo con el Ministro de Medio Ambiente Giorgos Papakonstantinou, del PASOK, tomaron la decisión basándose en una extensa documentación y en favor del interés público y la protección del medio ambiente.
Además de Madrid, Atenas y París, la ciudad de Oslo manifestó hace unos meses su intención de prohibir la entrada de coches diésel a carreteras municipales, pero sólo en días o episodios de alta contaminación.