Desde pájaros hasta peces y todo tipo de reptiles, son muchos los animales que a lo largo de la historia se han ido domesticando con el fin de servir como mascotas a las personas, pero si hay un amigo fiel del hombre, capaz de acompañar y proteger a sus compañeros humanos sin esperar absolutamente nada a cambio, ese es el perro.
Por eso, después de tantos años de relación con ellos, no es de extrañar que canes y humanos hayan aprendido a entenderse mutuamente, como dos amigos que se terminan las frases.
Existen varios estudios en torno a la capacidad de los perros para comprender las emociones de sus "dueños", pero la relación contraria era desconocida por la ciencia hasta este ahora, ya que un estudio recientemente publicado en Royal Society Open Science acaba de arrojar curiosas respuestas al respecto.
Las mujeres los entienden mejor
Para llevar a cabo el estudio, un equipo de investigadores de la Universidad de Hungría reclutó a un total de cuarenta hombres y mujeres que tuvieron que escuchar una serie de grabaciones de gruñidos de perro asociados a tres situaciones diferentes: proteger su comida de otros perros, reaccionar a la amenaza de un extraño o jugar con sus dueños.
Una vez escuchados los audios, los voluntarios tenían que identificar la emoción de los canes, eligiendo entre miedo, agresividad, desesperación, felicidad o jugueteo. Y fue precisamente esta última la mejor identificada, ya que la grabación de juego se reconoció con un 81% de acierto, frente a un 60% de acierto en la de la protección de la comida y sólo un 50% en el caso de la amenaza de extraños.
Los resultados son bastante lógicos si tenemos en cuenta que la situación de juego es la más familiar para los humanos, que no suelen estar presente cuando los perros se enfrentan a otros animales o, si lo están, no lo hacen de un modo tan frecuente.
Pero no todos los participantes en el estudio acertaron por igual, ya que la proporción de aciertos fue mucho mayor en las mujeres que en los hombres.
Esto tampoco es algo inesperado; ya que, desde que nuestros ancestros femeninos aprendieron a identificar los motivos del llanto de sus bebés mientras que los hombres salían en busca de alimento, las mujeres han desarrollado una mayor capacidad para identificar emociones ajenas que no sólo responde al comportamiento de otros seres humanos; sino que, según parece, también afecta a su relación con los perros.
El tamaño muestral del estudio es muy pequeño, con sólo 40 participantes, por lo que no se pueden sacar conclusiones definitivas, pero de momento parece ser que hay motivos suficientes para afirmar que al mejor amigo del hombre lo entiende mucho mejor la mujer. ¡Qué paradoja!