El fatal sino de Xanda, hijo de Cecil el león: muere abatido por un cazador
Se cumplen precisamente dos años desde que la muerte de Cecil en el parque nacional Hwange, Zimbabue, indignase al mundo.
21 julio, 2017 11:12Noticias relacionadas
Xanda, un orgulloso macho de seis años cuya melena negra recordaba a su padre Cecil, ha muerto abatido por los disparos de un cazador. Para protegerle del triste destino que sufrió su progenitor, el león había sido equipado con un collar rastreador. Ha sido este dispositivo el que ha permitido a los conservacionistas confirmar su fallecimiento y que, para su frustración, se ha tratado de una caza 'legal', ya que el gran felino había salido de los límites del parque nacional de Hwange.
"Con profunda cólera y tristeza confirmamos que Xanda, de seis años de edad y el mayor de la camada de Cecil, ha sido asesinado por un cazador profesional" - comunicaba la ONG 'Cecil the Lion'. "Xanda era un león hermoso y grande con su propia manada que estaba siendo monitorizado y observado cuando lo mataron".
"Aunque su caza ha sido tachada de 'legal', un león macho adulto y sano con su propia manada podría haber engendrado muchos más cachorros y proporcionado oportunidades fotográficas para miles de turistas" - lamenta la organización que promueve la explotación sostenible de Hwange. "Ahora, sin embargo, acabará como trofeo inútil en casa de algún descerebrado".
El príncipe heredero
Cecil, el primero entre los leones de Hwange, conquistó su derecho a engendrar prole al desafiar junto a su hermano a un macho de mayor edad que lideraba una manada. Su hermano murió durante el desafió, pero el macho rival quedó herido de gravedad y los guardas forestales se vieron obligados a eutanizarlo. Cecil, cubierto de cicatrices, quedó en pie para liderar. Durante cuatro años reinó sobre un grupo de 22 ejemplares y engendró su linaje. Su primer nacido fue Xanda.
La vida de un rey león es plácida hasta que llega el desafío. En 2013, otro macho más joven se impuso a Cecil y lo puso en fuga. Cuando un macho toma el control de las hembras de otros, mata a los cachorros para obligarlas a ovular de nuevo y preñarlas. Xanda, como joven león capaz de valerse por sí mismo, salvó la vida. Y la resiliencia le venía de raza. Cecil regresó aliado con otro macho, Jericho, y retomó el control de la manada.
Ambos leones reinaron con concordia, procreando hasta 22 hermanitos y "sobrinitos" de Xanda. En julio de 2015, un dentista de EEUU, Walter Palmer, pagó 65.000 dólares al guía profesional Theo Bronkhorst para cazar un león con arco y flecha. Cecil fue atraído con cebo hasta el exterior del parque, aunque la investigación posterior determinó que hacía habitualmente esa ruta. La primera flecha no le mató; los cazadores lo persiguieron durante 11 horas hasta rematarlo.
La noticia provocó un movimiento mundial de repulsa y varias investigaciones judiciales que se saldaron con escasos resultados, al igual que las peticiones de cambio en la legislación. Palmer, que declaró que "si hubiera sabido que león era quien era, no lo hubiera hecho", recibió amenazas de muerte durante meses. En estos dos siguientes años se ha hablado de un "efecto Cecil": un discreto repunte en la población de leones por el repudio que provoca cazarlos.
El "tío" Jericho, fiel hasta el final
La identidad del cazador de Xanda no ha sido divulgada. La de su guía, sí: Richard Cook, dueño de una empresa de safaris y considerado un "cazador ético" por los zoólogos". El león, explica Andrew Loveridge de la universidad de Oxford a The Telegraph, ya había cumplido seis años y su muerte ocurrió en las circunstancias "estipuladas" por la legislación. Además, Cook fue a buscar a los científicos para entregarles el collar de monitorización que llevaba el león.
Los conservacionistas se revuelven contra esta consideración de "cazador ético" y recuerdan que Cooke mató personalmente a otro vástago de Cecil. "Es la misma historia trágica y sin sentido, mientras sigue la misma defensa sin sustancia de la caza de trofeos...". Y temen que los cachorros de Xanda mueran entre las fauces del macho que se haga con el control de su manada. Sus hermanos, los hijos pequeños de Cecil, fueron avistados sanos y salvos junto a sus madres este mismo mes. Salvaron la vida gracias a Jericho, compañero fiel hasta el final, que los ha protegido como a los suyos propios.
"Ahora, más que nunca, necesitamos establecer la protección a los leones como Patrimonio Mundial" - claman, lanzando una recogida de firmas. "Se lo debemos a Cecil y Xanda".