Greta Thunberg, la activista climática sueca que se ha convertido en icono de la protesta juvenil contra el cambio climático, ha sido reconocida como 'persona del año' por la revista Time. Comparte así esta importante distinción con presidentes de los EEUU como Barack Obama o Donald Trump, pero también como movimientos como el #MeToo y la denuncia del acoso sexual sistémico que fue portada el año pasado.
"Thunberg lanzó un movimiento global saltándose la escuela: comenzó en agosto de 2018, cuando pasó varios días acampada frente al Parlamento sueco con un cartel pintado con letras negras sobre fondo blanco: Skolstrejk för klimatet, 'huelga escolar por el clima'", destaca la publicación.
"En los 16 meses que han seguido, ha hablando frente a los líderes del mundo en Naciones Unidas, se ha reunido con el Papa, se ha enfrentado al presidente de los Estados Unidos y ha inspirado a cuatro millones de personas para unirse a una huelga general del clima el pasado 20 de septiembre, en lo que ha supuesto la mayor manifestación por el clima de la historia".
Thunberg se ha enterado del reconocimiento en Madrid, donde había participado en la Cumbre del Clima (COP25) como parte del Plenario sobre Emergencia Climática. Precisamente ahí ha recordado los orígenes de su movimiento, muy ligados a su historia personal. "Hace un año y medio, yo no hablaba con nadie a menos que no tuviera más remedio. Luego encontré algo que decir. Y aprendí que, para llamar la atención, a menudo hay que decir algo personal, como: "¡Cómo os atrevéis!".
"Pero desde entonces me he dado cuenta de que la gente se quedaba con esas palabras y no con el problema climático detrás. No recuerdan por qué lo dije", continuaba. El mensaje que ha remachado es que la COP25 de Madrid debería encontrar soluciones "holísticas" a la crisis climática en lugar de convertirse en "una oportunidad para que los países negocien con triquiñuelas", en referencia al mercado de emisiones de CO2.
"He tenido la fortuna de viajar por todo el mundo. Y he visto que nuestros líderes no se comportan como si hubiera una emergencia, porque entonces cambiarían su comportamiento. No sienten la presión, y se salen con la suya al no hacer nada", ha insistido. "Solo con un aumento del 1ºC, la gente ya está muriendo. Cada fracción de grado cuenta".
Aunque se ha preguntado cómo es posible no sentir "ira" y "pánico" al tratar la crisis climática, Thunberg ha concluido con un mensaje optimista: "El mundo libre se rige por la opinión pública. No tenemos por qué esperar, podemos empezar con el cambio ahora".