Un número cada vez más grande de personas ha dejado de usar jabón en la ducha y asegura que no huele mal. Uno de ellos es David Whitlock, que lleva 15 años sin usar gel ni champú y, sin embargo, no tiene mal olor corporal. "Al principio fue un poco extraño pero después dejé de echarlo de menos", asegura. Pero, ¿a qué se debe todo este movimiento contra la pastilla de jabón?
Uno de los motivos es que el gel, además de eliminar gérmenes, también acaba con los aceites protectores de la piel y altera el nivel de pH. Para Whitlock, su principal motivación es alentar a los microbios a vivir en armonía en su cuerpo. Las bacterias se dan un festín con el amoníaco de su sudor y él obtiene una piel equilibrada y de bajo mantenimiento, explica al diario The Guardian.
Todo esto tiene su explicación. Ahora, que hay más conciencia sobre la importancia de la microbiota intestinal, ha aumentado la demanda de alimentos y suplementos probióticos y fermentados. Algo similar es lo que ha pasado con la microbiota de la piel: los billones de microbios que nos protegen de los patógenos y nos mantienen saludables al producir vitaminas y otros productos químicos útiles.
En esta era sin precedentes del cuidado del cuerpo, en la que abundan el eccema, el acné y los problemas asociados con la piel seca, los consumidores tienen hambre de soluciones. De hecho, hasta la marca Dove afirma vagamente que sus productos son "suaves para la microbiota". Así, se ha ido levantando una industria con productos responsables con los microbios de la piel.
Otra de las que ha dejado el jabón es Sarah Ballantyne, una biofísica médica que se convirtió en autora y gurú del estilo de vida Paleo Mom. Esta aboga por vivir como "en la edad de piedra" y adoptó la dieta paleolítica, que se basa en la alimentación que llevaron los humanos antes de dejar de ser cazadores-recolectores para convertirse en agricultores.
Microbiota sana
Ballantyne también usa solo agua para lavarse, a pesar de que se pasa "sudando en el gimnasio seis horas a la semana". "Utilizo aceite de coco y eso es todo", cuenta. "Con el tiempo, mi piel se ha ido adaptando. No huelo", añade. Está trabajando en un libro sobre el microbioma humano y está convencida de que sus axilas inodoras son una señal de que la microbiota de su piel está sana.
Jackie Hong, periodista en Yukon, en el noroeste de Canadá, ha evitado ducharse con jabón durante nueve años. "Uso mis manos para frotarme y quitarme la suciedad, pero me paso el día sentado en la corte o en mi escritorio, así que no es como para estar muy sucia", cuenta. Tenía curiosidad por dejar el jabón después de que un artista le contara que no se había enjabonado en 20 años. Ella dice que ahorra tiempo y dinero y necesita "mucho menos crema".
"No hay nada de malo en solo enjuagarse", dice Sandy Skotnicki, dermatóloga residente en Toronto y autora del libro Beyond Soap de 2018. "He hablado con personas que no han usado ningún tipo de gel en años y están perfectamente bien". Ella dice que, desde 1950, hemos pasado de bañarnos una vez por semana a hacerlo todos los días.
"¿Ha cambiado eso nuestro microbioma cutáneo? Creo que la respuesta es sí. ¿Y eso ha causado un aumento en las enfermedades inflamatorias de la piel? Creo que la respuesta es sí, pero no lo sabemos ",añade.
Un industria naciente
Pero aunque como cuentan las personas que han dejado el jabón, la piel acaba por acostumbrase, se está levantando toda una industria microbiota-friendly.
Uno de ellos es Whitlock, un ex ingeniero químico asentado en Cambridge, Massachusetts, que dejó de lavarse como experimento. Su éxito le ha llevado a sacar una línea de productos para el cuidado de la piel sin jabón, amigables con los microbiomas y probióticos. Su inspiración vino de investigar por qué los caballos se revuelcan en la tierra. ¿Su conclusión? Para recargar las bacterias metabolizadoras de amoníaco, que hacen que la piel sea menos susceptible a infecciones.
Whitlock esperaba adquirir de forma natural este tipo de bacterias al dejar de lavarse. No lo hizo, y se puso bastante nervioso. Entonces, cosechó bacterias del suelo en una granja local y las alimentó con amoníaco y minerales. Cuando convirtieron el amoníaco en nitrato, supo que tenía lo que quería y comenzó a reducirlas a una sola cepa que parecía más amigable con la piel humana. Después de aplicar las bacterias que había cultivado, las cosas que aparentemente buscaban los caballos, dejó de oler.
Después de cofundar la compañía AOBiome en 2013, Whitlock lanzó su producto: Mother Dirt AO + Mist, que dice que contiene "bacterias oxidantes de amoníaco (AOB), un pacificador que una vez existió en nuestra piel, pero que fue barrido con la higiene y el estilo de vida moderno". Como la mayoría de la gente todavía quiere darse una ducha y comprar productos agradables para su piel, la gama Mother Dirt ahora incluye jabones para el cabello, la cara y el cuerpo sin conservantes ni detergentes fuertes.
Falta evidencia científica
Michelle Strutton, analista de belleza global de la firma de investigación Mintel, dice que si bien el cuidado de la piel con probióticos todavía tiene una baja participación de mercado, ha aumentado más del 300% de 2015 a 2019, "por lo que definitivamente es un área que vale la pena investigar".
Faltan pruebas contundentes en este campo. No hay estudios que demuestren los efectos negativos del jabón o el exceso de lavado. "Suena como algo que la gente simplemente dice y repite: 'Bueno, eso tiene sentido para mí' ", dice Julie Segre, investigadora principal en genética microbiana del Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos.
Según esta experta, hay evidencia médica limitada que pruebe la eficacia del cuidado de la piel dirigida al microbioma. "Mi posición es que hay muchas promesas en este campo, pero necesitamos mucha más ciencia básica".
Incluso en su propio trabajo clínico con eccema infantil, dice, hay un largo camino por recorrer antes de que los microbios puedan formar parte de la intervención médica, aunque eso no quiere decir que no haya potencial. Segre destaca las posibilidades de los ingredientes prebióticos "donde se ponen cremas en la piel que pueden ayudar a los microbios beneficiosos a crecer".