Apenas dos días después de que el volcán de Cumbre Vieja, en la isla Canaria de La Palma, entrase en erupción, otro ha comenzado a emitir lava. El famoso Monte Etna, que se sitúa al este de la isla de Sicilia, ha comenzado su actividad volcánica en torno a las 6,15, hora local italiana. Tal y como ha explicado el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Italia (INGV), el cráter sureste se encuentra emitiendo cenizas y lava y, al mismo tiempo, ha aumentado la amplitud de los temblores.
Es posible que muchas personas se pregunten en este momento si ambos fenómenos se encuentran conectados o si, por el contrario, se trata de una coincidencia. EL ESPAÑOL ha contactado con Arnau Folch, vulcanólogo del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), quien se ha mostrado tajante en su respuesta: No, ambos fenómenos no tienen ninguna relación entre ellos.
De hecho, el volcán Etna ha entrado en erupción varias veces en el último año; este monte es considerado como el volcán activo más grande de Europa. La primera vez que entró en erupción este año fue el 16 de febrero y la última vez tuvo lugar hace apenas 20 días. Después de las erupciones sucedidas el pasado mes de agosto, el INGV ha manifestado que el volcán ha modificado su morfología.
Consecuencias diferentes
En concreto, este volcán ha aumentado su altura en 33 metros alcanzando los 3.357 metros sobre el nivel del mar debido a las capas de lava y el material piroclástico expulsados. Las consecuencias de esta erupción en la isla de Sicilia se prevén menos agresivas que las que está sufriendo La Palma. Según publica Il Corriere della Sera, no existe peligro para la vida de las personas, aunque sí puede haber problemas de tráfico, daños a la agricultura y acumulación de cenizas en las poblaciones.
Las coladas de lava expulsadas por el volcán canario continúan su avance hacia la costa a un ritmo más lento que el de este pasado lunes. En las próximas horas podría producirse este contacto entre el agua y la lava que tendría como resultado una serie de reacciones químicas que formarán ácidos. Aunque no representan un problema para la salud de las personas, este fenómeno puede desembocar en una lluvia ácida.