Los palmeros miran con angustia el recorrido lento y constante de las coladas de lava por la zona sur de la isla de La Palma. No solo engullen viviendas, tendidos eléctricos y todo tipo de construcciones y elementos que encuentran a su paso. Varias hectáreas de cultivos quedan sepultados, y los expertos alertan: el suelo tardará décadas en volver a ser fértil.
La tragedia humana que viven miles de palmeros se une a la preocupación de los agricultores que ven cómo su sustento económico ya no solo se ve destruido, sino que puede llegar a ser irrecuperable hasta dentro de varios años. La isla de La Palma dispone de la segunda mayor superficie de cultivos del archipiélago canario, sólo detrás de Tenerife. Los últimos datos de 2018 situaban a la isla bonita -como se la conoce en la jerga popular- en un 16,2% del total, y sobre todo se cultiva el plátano canario. Por el momento se desconoce la cifra exacta de hectáreas afectadas, pero el cultivo de este fruto cuenta en total con más 2.900 ha.
Las coladas de lava han afectado varias hectáreas de cultivo en un terreno que tardará muchos años en recuperarse. Rosa Montero, geóloga e investigadora del Instituto Geológico y Minero de España, explica que la isla de La Palma que vemos hoy en día, la más joven en términos geológicos, es el resultado de los conos de erupciones volcánicas históricas. Tras la erupción en el suroeste de la isla, "lo que vamos a ver son conos o aperturas por donde se expulsó la lava", además de coladas que petrificarán y formarán el malpaís. La lava dejará "un terreno intransitable", porque dibujará "un relieve muy puntiagudo por el que no se puede siquiera caminar".
Para la experta, tendrá que pasar mucho tiempo para que se forme un suelo y sea fértil. En este sentido, el investigador José Luis Barrera, del Ilustre Colegio Oficial de Geólogos (ICOG), cuenta que "esta lava se queda en el campo y no la va a retirar nadie". Como explica el experto, lo que ocurrirá es que, poco a poco, con el paso de los años, se irá erosionando y se convertirá en arena, "que es muy fértil para la agricultura e ideal para cultivar". En este sentido, en lo que tiene que ver con una erosión más o menos rápida, Barrera asegura que cuanto más húmedo sea el clima, la erosión será más veloz. No obstante, "en Canarias, al ser un clima tropical, tardará más en fertilizar".
Los expertos no son capaces de establecer una media de años aproximados sobre cuánto tiempo tardará en recuperarse la superficie afectada por la erupción. En lo que todos coinciden es en que será en el largo plazo.
Sergio Pérez Ortega, investigador del Real Jardín Botánico, en declaraciones a Efe, aseguraba que la recuperación para la agricultura del suelo volcánico que dejará la erupción del volcán de la isla de La Palma será "un proceso bastante lento" que podría prolongarse más de dos décadas. Los líquenes, pequeños organismos que ayudan a que la vida resurja en las zonas más áridas, "serán los primeros organismos vivos que se instalarán en los suelos volcánicos" que dejará la erupción del volcán Cumbre Vieja. Ahora bien, puntualiza que "la sucesión de especies" en esos suelos "va a ser relativamente lenta".
"Hay muchas lenguas de lava, pero luego crecen líquenes. Eso quiere decir que La Palma va a tener una tierra fértil y pueden ser 20 años o 100 años", asegura Luis Jorda, investigador del Departamento de Ingeniería y Morfología del Terreno. El experto añade, sin embargo, que a corto y medio plazo, "ese terreno va a quedar totalmente estéril a nivel de agricultura".
Las perspectivas en los próximos años en lo que respecta al sector de la agricultura en la zona afectada por la erupción no son nada halagüeñas. Por este motivo, Luis Planas, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, aseguró el martes que el Gobierno de España hará "lo que sea necesario" para ayudar a los agricultores afectados. Califica la erupción de La Palma como una "catástrofe" cuyas consecuencias "hay que reparar". En su intervención, ha confirmado que puede haber algunas superficies de plátano y de viñedos afectadas aunque, con el avance de la lengua de lava, aún no se aventuran a hacer valoraciones.
Si la erupción tiene una cara amable es precisamente la ceniza que expulsa el volcán. Al contrario de lo que se pueda creer, la ceniza volcánica fertiliza. Como cuenta Montero, los piroclastos, o la parte sólida que emite el volcán junto a los gases, se dividen en cenizas, lapilli y bombas volcánicas. Pues bien, la ceniza es muy fértil y muy buena para los cultivos: "Es una regeneración, porque aporta un montón de minerales al suelo". No obstante, Barrera puntualiza que "si caen en terrenos yermos, lo enriquecen, pero si hay vegetaciones y cultivos, los destruyen".
Otras dimensiones de la erupción
Las coladas, por el momento, avanzan hacia el mar. Por este motivo, investigadores del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC) y del nstituto Geológico y Minero de España (IGME) ya han zarpado en un buque hacia la isla para realizar un estudio oceanográfico para analizar los cambios morfológicos en el fondo marino o los posibles efectos de las coladas en el ecosistema marino.
En este sentido, los científicos estudiarán la llegada al mar de la colada volcánica y tomarán muestras del fondo marino, de agua y de organismos. El objetivo es poder tener una imagen completa del funcionamiento del sistema volcánico de La Palma y evaluar los efectos de la llegada de la lava en el ecosistema marino.
Barrera explica a EL ESPAÑOL que lo más probable es que el fondo marino no se vea gravemente afectado. "Esta colada está muy fragmentada, y a la velocidad a la que va y teniendo en cuenta la magnitud de la erupción, no creo que se genere mucha lava que llegue al mar", y asegura que "no va a crear erosión en el fondo marino". No obstante, será el estudio que emprenderán los institutos especializados adscritos al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) los que establecerán si hay una afectación real de la erupción en el medio marino.
Además, del terreno y del mar, estos días ha preocupado otro aspecto: el estado de las aguas subterráneas en la zona de la erupción. Como apunta Jorda, esto "es muy pronto para saberlo", pero "será un tema que se estudiará más adelante". El investigador asegura que habrá que conocer aspectos como el estado del nivel freático, por ejemplo, que es el nivel superior de los acuíferos. Sobre todo, explica, por el paso de la lava y por los gases que emite el volcán. En este sentido, Barrera comenta, sin embargo, que "los fertilizantes que se utilizan en la agricultura contaminan mucho más que la erupción".
Para la mayoría de expertos, esta erupción no supone nada excepcional. Se trata de un episodio que se enmarca en el funcionamiento normal de la isla, una zona que se ha formado por la sucesión de erupciones volcánicas. Aunque el panorama que dibuje el volcán Cumbre Vieja resulte desolador, dentro de muchos años, existe la posibilidad de que el área afectada de La Palma vuelva a convertirse en un vergel o, al menos, recuperar parte de su riqueza.