El factor que libra a España de ser el país de Europa con más riesgo de muertes por calor
Las altas temperaturas no son el único factor que se debe usar para hablar de peligro. La humedad o las corrientes de aire son igual de importantes.
7 julio, 2023 02:50"Europa se ha calentado más rápido que cualquier otro continente en las últimas décadas, con un aumento de las temperaturas que duplica la media mundial". Así de contundente se expresa el Informe sobre el Estado del Clima en Europa 2022, un documento que alerta sobre el calor extremo que asola al territorio año tras año. Según los autores, el verano pasado no sólo fue el más caluroso registrado jamás, el anterior ya había sido el más cálido. Los estíos tórridos han dejado de ser algo puntual para dar cuenta del calentamiento que vive el globo, el cual se ceba especialmente con nuestro territorio.
Tal y como refleja el documento, elaborado por el Servicio de Cambio Climático de Copernicus, dependiente de la Comisión Europea, mientras que en el conjunto del planeta los niveles de calentamiento se colocan en 1,2 grados Celsius sobre los niveles preindustriales (cuando el ser humano comenzó a usar los combustibles fósiles responsables de los gases de efecto invernadero), en Europa ese dato llega a los 2,2, grados Celsius.
Algunos científicos han denominado a Europa "punto caliente de olas de calor", ya que el número de estos fenómenos ha aumentado en la zona más rápidamente que en otros lugares debido a los cambios de circulación atmosférica. Además, según el informe, el sur del continente ha sido el más golpeado por estos episodios, lo que deja a España en una situación complicada.
Sin embargo, nuestro país puede jugar con una baza especial respecto a los aledaños: una mayor protección contra el estrés térmico. Por ejemplo, durante las olas de calor que tuvieron lugar en Europa en junio y julio de 2019, los registros indican que el centro y el noroeste de España fueron los territorios con temperaturas más altas. Sin embargo, una investigación del pasado mes de abril publicada en npj Climate and Atmospheric Science (cabecera de Nature), revelaba que las áreas con condiciones climáticas más críticas se encontraban, en cambio, en Francia, Bélgica y Países Bajos, naciones que registraron un exceso de mortalidad de 2.500 fallecidos durante ese año.
"Las temperaturas máximas previstas pueden no reflejar el verdadero peligro de las olas de calor. Por ejemplo, una misma temperatura ambiente de 35 ºC puede ser incómoda con una humedad baja, pero peligrosa para la salud humana con una humedad alta, incluso durante un breve periodo de tiempo", explicaba en un comunicado Malcolm Mistry, investigador de la London School of Hygiene and Tropical Medicine y la Universidad Ca' Foscari de Venecia y coautor del estudio. Como se observa en el mapa del estudio, frente a las anteriores naciones, España presentaba un clima mucho menos húmedo y, por ende, menos peligroso.
Francia, el más afectado
Los datos de la investigación concuerdan con los que arrojaba una citada publicación de The Lancet de este año y que midió el exceso de mortalidad en 854 ciudades europeas desde el año 2000 hasta el 2019, tanto por olas de frío como de calor. En este último caso, la más afectada resultó ser París, seguida de Ámsterdam, Roma, Lisboa, Zagreb y Bucarest.
No es de extrañar que el nombre de Francia resuene en estos lares. En 2003, año en el que tuvo lugar una de las peores olas de calor que se recuerdan en Europa, fue el país que más número de muertes acumuló, llegando a sumar 15.000 fallecidos.
[El lunes fue el día más caluroso jamás registrado a nivel mundial: la Tierra alcanzó 17ºC de media]
Lo que demuestra la investigación, en la que también participaba un equipo científico del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), es que las zonas geográficas con temperaturas más altas no tienen por qué coincidir necesariamente con aquellas más afectadas por el estrés térmico, un término que hace referencia a cómo el cuerpo reacciona ante las condiciones climatológicas. Es, por lo tanto, un índice valioso para medir el peligro de mortalidad por calor.
"Lo que puede afectar a la respuesta de una persona al calor exterior es el conjunto más amplio de condiciones meteorológicas, empezando por la temperatura ambiente, así como la humedad del aire circundante, las condiciones de viento reinantes, la exposición al sol directo en lugar de estar a la sombra y, por último, la duración total de la exposición a tales condiciones", puntualizaba Mistry.
Nueva forma de medición
El caso Europeo no es el único que se menciona en el estudio. También hay otros ejemplos de estrés térmico en el mundo, como el que se produjo en zonas del oeste de Canadá y el noroeste de Estados Unidos en junio de 2021. Aunque las temperaturas máximas se registraron en los estados de Washington y Oregón, los índices de estrés térmico revelaron que provincias canadienses como Alberta, los Territorios del Noroeste y la Columbia Británica también experimentaron condiciones peligrosas, registrando esta última 600 muertes relacionadas con el calor.
Por eso, al hilo de lo que comenta el experto, la investigación propone una corrección para el término estrés térmico, empleado generalmente para denominar una reacción corporal a las altas temperaturas. Según han constatado con su investigación, el peligro mortal al calor debería también incluir factores como la humedad (Hu), la temperatura aparente (AT), la temperatura de bulbo húmedo (WBGT), el índice de calor (HI) y el índice universal de clima térmico (UTCI).
Si bien, como matiz, los autores mencionan las medidas de protección que lleve a cabo cada país para proteger a sus ciudadanos. Una cosa es el riesgo que tienen las condiciones meteorológicas del lugar y otra cómo se sortee. Francia aprendió la lección en 2003. En España, como apostillan, lamentablemente mueren todos los años personas trabajando en el exterior.