Ya sea porque quieren tener una silueta moldeada, por cuestiones de salud o, simple y llanamente, por sentirse bien consigo mismos, son muchos los que recurren a dietas para tratar de conseguir sus objetivos y mejorar su nutrición.
Y en lugar de seguir las recomendaciones de un Dietista-Nutricionista o un experto sanitario que nos guíe, optamos en muchas ocasiones por confiar en la información que hay en internet para elaborar nuestra propia dieta y determinar qué debemos comer y qué no, e ir variando en función de los resultados que nosotros mismos vemos.
De ahí que sean muchas las búsquedas que se realizan en Google en todo el mundo alrededor del término dieta. Hemos hecho un repaso y estas son las que más se han consultado en el buscador más popular de internet a lo largo de este año.
Dieta keto o cetogénica
Es una de las dietas más en boga de los últimos tiempos, gracias a la promoción que de ella han hecho celebrities como las hermanas Kardashian, Jennifer Aniston o Lebron James. Se trata de la dieta cetogénica o keto. La premisa es clara: alimentarse a base de grasas buenas y proteínas, al tiempo que se eliminan por completo los hidratos de carbono.
Eso tiene ciertos beneficios, como la oxidación de grasas que lleva a una pérdida de peso, además de que al aumentar los cuerpos cetónicos en nuestro organismo la sensación de hambre se reduce, algo que también se consigue con el consumo de lípidos y proteínas.
No obstante, también tiene sus contras, puesto que dejar de lado alimentos como las frutas, las verduras o los cereales reduce el aporte de vitaminas, minerales y fibra que necesita nuestro organismo.
A esto se suma que el aumento desmedido de cuerpos cetónicos en nuestro torrente sanguíneo puede acabar por provocar náuseas, dolores, deshidratación, vómitos… Al final, los expertos recomiendan no eliminar los hidratos de carbono de nuestra dieta, puesto que son la principal fuente de energía para nuestras células.
Dieta carnívora
En 2018 también se ha popularizado mucho esta tendencia, que muchos conocen como el "veganismo inverso", puesto que deja de lado todos los productos vegetales para basar la alimentación en la ingesta de carne. La dieta carnívora fue creada por el oficial retirado del ejército estadounidense y cirujano Shawn Baker, que reconocía que su única premisa era: "solo tengo que pensar cuánta hambre tengo y cuántos filetes necesito para saciarme".
Fácil y sencillo. Es importante saber que la carne es una fuente importante de ciertos nutrientes, además de ser rica en proteínas y contener pocos carbohidratos, por lo que puede ser buena para evitar el sobrepeso así como la aparición de diabetes o cáncer.
Y aunque tiene otros beneficios, como pueda ser el aumento de la líbido, lo cierto es que entraña ciertos riesgos. Eliminar el pescado o los vegetales de la dieta es apartar de nuestra nutrición multitud de elementos fundamentales.
Sin ir más lejos, la vitamina C, lo que puede originar problemas como hemorragias musculares, fiebre o el aumento de la bilirrubina en la sangre. También nos faltaría el aporte de fibra que nuestro organismo necesita, con lo importante que resulta para la salud de nuestro sistema digestivo.
Dieta de ayuno intermitente
Esta ha sido otra de las medidas para perder peso que más han destacado este año. Tanto es así que en Google las búsquedas de este término se han duplicado y han surgido multitud de aplicaciones para controlar cuándo puedes comer y cuándo debes ayunar.
Existen dos versiones de esta dieta: la 5:2, en la que se pueden comer todas las calorías que se quieran durante cinco días a la semana y luego dejar otros dos donde dejar de comer sólidos por completo o limitar las calorías al 25% de las habituales.
Por otro lado, la 16:8 consiste en hacer todas las comidas del día durante 8 horas y ayunar el resto. La primera entraña bastantes más riesgos que la segunda y es aconsejable realizarla con supervisión médica.
Pocos son los estudios que se han realizado al respecto, por lo que no se conocen realmente los mecanismos de esta dieta. Lo que sí es cierto es que si el propósito es bajar de peso, se puede lograr con este método.
Pero al mismo tiempo, como advierten los expertos, estos provoca una pérdida de la masa muscular, lo que implica un deterioro físico. No obstante, como decimos, queda mucho por avanzar en el estudio del ayuno intermitente, por lo que hay que tomar precauciones si nos decantamos por esta dieta.
Dieta mediterránea
Siempre tan popular y recurrente, más allá de los muchos beneficios que puede puede reportar la dieta mediterránea, es una marca que goza de una muy buena publicidad. Quizá sea esto lo que le ha llevado a ser una de las más buscadas en Google.
Si recurrimos al concepto más clásico tenemos que incluir la ingesta de muchos vegetales, legumbres, cereales y frutas; otros alimentos ricos en hidratos de carbono como el pan, la pasta y el arroz, y por supuesto cantidades más reducidas de carne blanca, productos lácteos y pescado. Y para cocinarlo todo no se debe escatimar en el uso de aceite de oliva.
Con el paso del tiempo y como han probado los estudios al respecto, esta dieta entraña numerosas ventajas para el organismo. Tanto es así que aumenta la esperanza de vida y reduce el riesgo de padecer sobrepeso, al tiempo que previene enfermedades como la diabetes y otras complicaciones, como el colesterol, que ponen el riesgo el correcto funcionamiento del corazón.
No obstante, no es oro todo lo que reluce. Porque no siempre disponemos del tiempo que requiere elaborar los platos que conforman esta dieta y acabamos por aceptar alimentos procesados como si fueran parte de la misma, con lo negativo que eso resulta para nuestra alimentación.
Dieta FODMAP
Es una de las dietas que más han llamado la atención en los últimos tiempos, sobre todo por sus enormes beneficios para quienes padecen el síndrome del intestino irritable. Aunque para muchos sea totalmente desconocido, lo cierto es que lo sufren entre un 5 y un 10% de la población española.
Para paliarlo, muchos han recurrido a este método diseñado por Peter Gibson y Susan Shepherd, que consiste en quitar de la alimentación todos los alimentos como trigo, el centeno, las cebollas, ciertas verduras como el brócoli, los espárragos o la coliflor, así como las legumbres, los lácteos y distintas frutas como las manzanas o las peras.
Al eliminar estos productos que contienen cierto tipo de fibra que genera más gases y molestias al entrar en contacto con las bacterias del colon, se eliminan muchos de los problemas que sufren los pacientes de este síndrome. De hecho, las investigaciones al respecto han avalado los buenos resultados de la dieta FODMAP.
Eso sí, los profesionales sanitarios recomiendan excluir estos alimentos de la dieta durante un periodo, para más tarde incorporarlos y comprobar la evolución tras su ingesta. Si no se hace así, el riesgo que existe es que los pacientes acaben por sufrir ciertas carencias nutricionales en lugar de una alimentación adecuada.
Dieta DASH
También enfocada a hacer frente a uno de los principales problemas de salud de nuestro tiempo, como es la presión arterial, la dieta DASH (que procede de las siglas en ingleś de Enfoques Dietéticos para Detener la Hipertensión) es una de las más buscadas en Google en 2018.
Se trata de una dieta tan variada como sencilla e incluso sabrosa, pues se fundamenta en la ingesta de cereales integrales, frutas, verduras, legumbres, productos lácteos desnatados, así como pescado y variadas carnes. Todo ello, y ahí reside una de sus claves, bajo en sal.
Al apostar por aquellos alimentos que contienen una cantidad reducida de sodio, se muestra sumamente eficaz, hasta el punto de que puede llegar a reducir entre 7 y 10 puntos la presión arterial. Además, reporta al organismo grandes cantidades de fibra y productos antioxidantes, y tampoco se echan en falta minerales como el calcio o el magnesio.
Eso sí, no es la dieta más aconsejable para aquellos que tienen como propósito perder peso. Es cierto que la báscula marcará algunos kilos menos, pero no es el objetivo de la dieta DASH.
Dieta Dukan
Creada por el nutricionista francés Pierre Dukan, se trata de una dieta basada en el consumo masivo de proteínas. Alcanzó su máxima popularidad algunos años atrás, cuando el libro que daba las pautas para ponerla en práctica se convirtió en uno de los más vendidos en Francia. Consta de cuatro fases, pero en ninguna existen restricciones en cuanto a la cantidad a ingerir.
Durante la primera fase solamente se ingieren proteínas durante cinco días. Alimentos como las aves de corral, los huevos, los productos lácteos desnatados y el pescado son los pilares de esta dieta en un primer momento. Más adelante se suman de forma progresiva las frutas, verduras y los hidratos de carbono, hasta que se permite comer de todo. Y en el último periodo, la clave es comer un día a la semana solamente productos ricos en proteínas.
Si bien es cierto que los resultados se dejan ver pronto, con un pérdida de peso inicial que resulta alentadora, la dieta Dukan ha generado mucha controversia. Es más, hay instituciones que incluso la han tachado de riesgo para la salud pública. Y razón no les falta pues es una dieta totalmente desequilibrada y que no resulta efectiva para controlar el sobrepeso en el largo plazo.
A esto se suma que pueden aparecer ciertos problemas como el estreñimiento, al restringir la ingesta de productos con fibra en las fases iniciales, y más adelante otras complicaciones como el cansancio, mareos o insomnio.
Dieta paleolítica
Por último, otra de las dietas que más se han popularizado en los últimos tiempos debido a la promoción que de ella han hecho personajes famosos como Beyoncé o Natalie Portman, es la dieta que sugiere comer como lo hacían nuestros antepasados del Paleolítico. En su versión original se trata de comer todos aquellos productos que pueden cazarse o que nos surta la naturaleza.
Una de las premisas es dar prioridad a los alimentos y las grasas naturales, dejando de lado los alimentos procesados. Desde todo tipo de carne de caza a huevos, pescado, vegetales sin almidón, así como nueces y semillas. Por el contrario hay que dejar fuera todo lo que no estaba en la época de las cavernas. Alimentos como la mantequilla, el azúcar, las legumbres y todos los productos lácteos quedan totalmente descartados.
El principal inconveniente que destacan los expertos es que se trata de una dieta que no está diseñada para el mundo actual. Mientras que en Paleolítico el día a día era más ajetreado, porque había que cazar aquello que se comía, en nuestro tiempo no es así y tenemos una vida mucho más sedentaria.
Es por ello que esta dieta puede provocar una gran carga renal, así como un déficit de calcio en nuestro organismo. Todo ello sin contar con que no siempre resulta efectiva para adelgazar.
[Más Información: Esta es la razón definitiva para no hacer nunca una 'dieta milagro']
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