El vino es la bebida alcohólica que goza de más fama por sus supuestas propiedades saludables, desmentidas una y otra vez por la ciencia, que ha dejado claro que los efectos perjudiciales para la salud de esta bebida superan con muchos sus publicitados beneficios cardiovasculares de la misma, incluso en dosis moderadas.
Pero, más allá de aumentar el riesgo de distintos tipos de cáncer, el consumo de alcohol en grandes cantidades -incluido el vino- aumenta el riesgo de derrames cerebrales y de hipertensión, como lo ha vuelto a demostrar un gran estudio publicado en The Lancet este mismo mes.
Pero sucede a menudo que leer los riesgos para la salud a largo plazo de un producto ni asusta ni preocupa. Total, se puede pensar, tengo años para compensar los daños que haya hecho a mi cuerpo esta borrachera. Lo que sí parece preocupar a mucha gente, y más de cara al verano, es lo que engordan las cosas. Y en esto tampoco hay duda: el alcohol engorda y el vino no es ninguna excepción.
Eso sí, la realidad es que esta bebida -en sus distintas variables- no es de las que más calorías tiene, sino de las que menos. Aunque más calórica que la cerveza -que tiene unas 43 calorías por cada 100 mililitros- y también que la sidra -49 calorías por la misma cantidad-, las calorías de una copa de vino por esa cifra oscilan entre 75 y 130 dependiendo del tipo.
Distintos tipos de vino
El vino que menos engorda es también el más caro en términos generales, ya que se trata del cava de tipo brut, con 75 calorías por 100 mililitros. Una copita de cava, en la que cabrían aproximadamente 150 mililitros, supondría embucharse unas 112 calorías.
Por el contrario, el vino que más calorías tiene es una bebida que muchos no considerarían vino, pero que lo es: el vermú, un vino macerado que aporta unas 130 calorías por cada 100 mililitros. Si tenemos en cuenta que el vaso típico tiene una capacidad de 220 militros, serían casi 300 las calorías que supondría optar por esta bebida, y eso siempre que tomemos sólo uno.
Pero, ¿de qué depende el contenido calórico de un vino? La respuesta es muy simple, la clave está en la gradación de la bebida o, en otras palabras, en el simple contenido de alcohol. Y al igual que no todas las bebidas alcohólicas tienen los mismos grados, tampoco los tienen los distintos tipos de vino. Eso sí, el contenido de alcohol del vino raramente supera los 15 grados.
Si tenemos en cuenta que la cantidad de calorías que aporta un gramo de alcohol es de 7, más que las proteínas o los hidratos de carbono y muy poco menos que las grasas, nos encontramos que, como bebida alcohólica, el vino es una bebida altamente calórica.
En esta calculadora del Fondo Mundial para la Investigación en Cáncer se puede ver con exactitud cuántas calorías tienen las distintas bebidas alcohólicas según el tipo y la cantidad consumida.
Hay además que subrayar que las calorías del alcohol no son como las del resto de alimentos. Normalmente, las calorías proceden de nutrientes que cumplen funciones importantes en nuestro cuerpo. Las proteínas, los hidratos de carbono o las grasas, son los principales macronutrientes. En el caso del alcohol, esta energía no procede de ningún nutriente en particular. Por esta razón, siempre se ha dicho que las calorías del alcohol son "vacías".
Así que, si no le bastan las recomendaciones de las autoridades sanitarias para no beber vino, piense solamente en su báscula: evitarlo le ayudará a que la flecha se pare en un número menor.