En los últimos años se han multiplicado las quejas de los pasajeros de avión en cuanto a la pérdida de calidad de la comida a bordo. Es un hecho: se ha extendido la idea de que en los aviones no se come bien -lo cierto es que el propio ambiente presurizado de la cabina influye en nuestro gusto, pero nadie ha reparado en otro aspecto crucial: el agua que podemos beber durante los vuelos.
Si observamos a los asistentes de vuelo, les veremos que realizan complejos procedimientos antes, durante y después de que el aparato despegue. Y habrá un detalle que nos llamará la atención: nunca beben agua de los grifos del propio avión. Y haríamos bien en imitarles.
El Centro de Políticas Alimentarias Hunter College de Nueva York ha realizado recientemente un estudio sobre la calidad del agua ofrecida a los pasajeros durante los vuelos. El estudio se ha realizado en 11 aerolíneas internacionales y 12 regionales (que solo operan en EEUU). Los resultados no son nada esperanzadores.
El agua potable que han brindado las compañías, tanto a pasajeros como a la tripulación de vuelo, no es saludable, concluyen. El estudio se basa en las Reglas de Agua Potable para Aeronaves (ADWR) legisladas por el Gobierno de EEUU en el año 2012.
Esto se debe a que los aviones almacenan el agua en grandes tanques, pero antes pasa por muchos lugares antes de ser introducida en la aeronave, lo que multiplica las posibilidades de que algo vaya mal. Primero, desde la red de abastecimiento de agua potable hasta el del aeropuerto, desde ahí hasta una cisterna de transporte y desde el vehículo hasta el tanque del avión.
Además, se debe tener en cuenta que un avión vuela a distintos destinos y puede bombear agua potable desde varias ubicaciones, tanto nacionales como internacionales, por lo que la calidad del agua dependerá tanto del lugar como de la seguridad del equipo utilizado para transferir el agua como camiones, carros y mangueras.
Durante el estudio se tomaron muestras de agua de los tanques que tenían los aviones dando como resultado la presencia de bacterias coliformes y la dañina E. Coli. Estos microorganismos pueden provocar síntomas como náuseas, vómitos, diarrea y calambres estomacales, dolores de cabeza, fiebres.
¿Qué medidas tomar?
Dentro del estudio el Centro de Políticas Alimentarias nos da tres sencillos consejos de lo que no debemos hacer dentro de un avión.
-Nunca bebas agua, salvo que se trate de una botella sellada.
-No tomar cafe o té a bordo porque suelen realizarse con agua del grifo.
-Cuando vayas al baño no te laves las manos en el lavabo, lleva tu propio desinfectante en seco o toallitas desechables (que en ningún caso deberás tirar por el retrete).
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