Con permiso del desayuno, la cena es el momento del día que más mitos nutricionales condensa. Habremos escuchado hasta la saciedad que hay que evitar las calorías antes de dormir porque nos harán engordar más. En realidad, lo que hay que repartir es el balance energético de las 2.000 kcal que necesita un adulto a lo largo del día en función de nuestras necesidades y nuestra actividad. Si engordamos de noche es porque comemos de más. Una cena 'contundente', por tanto, no tiene por qué afectar a nuestro peso -pero puede ser perjudicial de otros modos para la salud.
Así, las mujeres que ingieren la mayor parte de sus calorías diarias en la tarde-noche tienden a sufrir una peor salud cardiovascular que las que lo hacen más temprano, según una investigación preliminar presentada en las Sesiones Científicas anuales de la American Heart Association, que se celebra en Filadelfia, EEUU. La propia Asociación ha financiado el estudio, informan, dentro de la estrategia Go Red for Women enfocada a la investigación y el tratamiento de las enfermedades del corazón en las mujeres.
Para determinarlo, los investigadores determinaron la salud cardiovascular de 112 mujeres, cuya edad media era de 33 años y de las cuáles unas 50 eran de origen latino. Usaron el barómetro Life's Simple 7® registrado por la Asociación, que calcula los factores de riesgo que podrían reducirse mediante hábitos de vida más saludables para el corazón. Cada una recibió una puntuación en función de si fumaba, de si realizaba actividad física, si comía sano y si controlaba su peso. Además, se midieron sus niveles de colesterol, azúcar en sangre y tensión.
Las participantes fueron registrando sus hábitos alimenticios en una agenda electrónica que rellenaban desde un ordenador o con el móvil, y en la que recogían qué, cuánto y cuándo comían a lo largo de una semana. Realizaron este ejercicio en dos ocasiones, al comienzo del estudio y doce meses después. A partir de los datos de los diarios de cada una de las mujeres, se pudo establecer una relación entre la salud de su corazón y los horarios de sus comidas.
En ese sentido, la mayoría de las voluntarias sí comía algo a partir de las 18.00H: recordemos que tanto en EEUU como en otros países no es una hora insólita para cenar. Pero las que realizaban una mayor ingesta calórica en ese momento del día demostraron estar en peores condiciones cardiovasculares. De hecho, con cada incremento de un 1% en la porción de las calorías consumidas a partir de la tarde-noche, cuantificaron los investigadores, se producía un empeoramiento de la salud del corazón.
Concretamente, las mujeres que más calorías consumieron después de las seis de la tarde tenían tendencia a sufrir mayor tensión arterial, un índice de grasa corporal superior y un deficiente control del azúcar en sangre a largo plazo. La situación empeoraba todavía más con cada incremento en un 1% de kcal consumidas a partir de las 20.00H. Y los efectos fueron más pronunciados en las mujeres de origen latino, incluso cuando se ajustaron factores como la edad y el estátus socioeconómico.
"Hasta ahora, las recomendaciones para prevenir las enfermedades cardiovasculares a través de los hábitos de vida se han centrado en qué debemos comer, y en qué cantidades", explica Nour Makarem, líder del estudio e investigadora del Colegio Vagelos de Médicos y Cirujanos de Nueva York, un centro asociado a la Universidad de Columbia. "Estos resultados preliminares indican que tener en mente los horarios y las proporciones de calorías a la hora de preparar la cena pueden suponer una forma simple y cómoda de reducir el riesgo cardiovascular".
Los resultados tendrán que confirmarse ahora con una muestra mayor de participantes que represente además a más poblaciones. Sin embargo, ya ha recibido el visto bueno de la responsable del comité de asesoramiento médico de la iniciativa Go Red for Women, Kristin Newby, profesora de cardiología y medicina de la Duke University en Durham, Carolina del Norte. "Es un estudio más fundacional que definitivo en estos momentos, pero creo que revela aspectos sobre la nutrición y la salud cardiovascular sobre los que no habíamos pensado", valora.
"Nunca es demasiado pronto para empezar a pensar en la salud de tu corazón, ya tengas 20, 30, 40, o ya esté entrando en la década de los 60 y los 70", advierte Newby. "Puede que esté sana ahora o que ya sufras una dolencia cardiovascular, pero en cualquier caso siempre se puede mejorar. Y para eso, hay que saberse y dominar los trucos de la salud cardiovascular".
[Más información: No, la fruta no engorda, ni tomándola para cenar ni en ningún otro momento del día]