Las autoridades sanitarias llevan dos meses repitiendo hasta la saciedad la importancia de seguir unas medidas de higiene rutinarias para evitar la expansión de los contagios de coronavirus: lavarse las manos frecuentemente y no llevarse las manos a la cara si no han sido desinfectadas. Para explicar la importancia de estas recomendaciones, la cadena de radiodifusión pública de Japón, NHK, en colaboración con expertos, ha realizado un experimento bastante ilustrativo. El resultado demuestra lo rápido que puede extenderse el virus en un lugar donde muchas personas entran en contacto con diferentes superficies.
En este caso, se estudió la velocidad con la que se puede propagar el virus en el buffet de un crucero. Para ello, se juntó a 10 personas en un comedor y una de ellas fue elegida como persona infectada. Antes de que empezaran a deambular por la sala para escoger la comida, al supuesto comensal afectado por el COVID-19 se le aplicó una pintura transparente en las manos, simulando que el virus fuera a parar a sus palmas cuando tosiera. Después los comensales disfrutaron durante 30 minutos del buffet libre. Transcurrido el tiempo, los investigadores usaron una luz especial para ver hasta dónde había llegado la pintura para sorpresa de todos los presentes.
Según muestra el vídeo compartido por el canal de noticias, que se volvió viral, en solo media hora la pintura fluorescente había llegado a las manos de todos los comensales, así como de la vajilla, por lo que en este corto periodo de tiempo todos tuvieron contacto con el virus. También llegó a la cara de tres de los participantes en el experimento. El supuesto patógeno también se localizó en la tapa del recipiente que contenía comida, en las pinzas para coger los alimentos del buffet y el asa de una jarra.
Uno de los objetivos de este experimento es explicar cómo se produjeron los contagios por coronavirus en el crucero Diamond Princess, que fue puesto en cuarentena el pasado febrero durante dos semanas en la costa de Japón. De entre los más de 3.000 pasajeros y miembros de la tripulación a bordo, unos 700 se contagiaron. Según informó la NHK parece que la expansión de los contagios pudo darse en lugares donde se juntan muchas personas como en el salón del buffet.
Este experimento también sirve para demostrar lo que podría suceder si los restaurantes volvieran a abrir sin medidas de prevención en medio de la pandemia.
En España, en la fase 2 de la desescalada del confinamiento, los restaurantes podrán volver a recibir a los clientes en su interior bajo una serie de precauciones: limitación del aforo a un tercio de su capacidad, servicio de mesas, no de barra, y medidas que garanticen la separación de los clientes.
Una realidad que para los territorios que entraron este lunes 11 de mayo en la fase 1 (de mínimo 2 semanas), como Galicia, Asturias , País Vasco o Extremadura, puede ser viable a finales de mayo. En cambio en otros como la Comunidad de Madrid o gran parte de Cataluña, que esta semana aún permanecen en la fase 0, tendrán que esperar un poco más.
Por ahora, los bares de las localidades que están en fase 1 pueden volver a recibir a los clientes en la terraza, con una reducción del aforo del 50 %. En las zonas en fase 0 el servicio de los restaurantes se reduce a pedidos de entrega a domicilio o recogida en el local siempre que se eviten las aglomeraciones.