El papel de la mejora genética animal en la sociedad pasa desapercibido. En el saber popular es más nombrada por bulos y mitos que por su contribución al bienestar de la sociedad. ¿Sabía que más de un 40 % del aumento del rendimiento de la ganadería es debido a la mejora genética?
Este artículo explicará qué es la mejora genética animal, cómo se aplican las técnicas genómicas y su papel en la disponibilidad de alimento.
La mejora genética animal es el proceso de selección para elegir los animales que dejarán un mayor número de descendientes en las siguientes generaciones según un objetivo de selección que se quiere mejorar. Este objetivo de selección suele incluir una mayor producción, de mejor calidad, mayor bienestar de los animales para que no sufran enfermedades y, en los últimos años, aumentar la sostenibilidad y el respeto por el medioambiente.
La mejora genética trata de identificar los individuos que portan las mejores combinaciones de genes para cumplir ese objetivo. Estos genes se transmitirán en las sucesivas generaciones.
La mejora genética es tan antigua como la ganadería. Hace unos 10.000 años los seres humanos del Neolítico capturaban animales y los domesticaban para reducir la incertidumbre de los periodos de escasez de alimentos. A su vez, se quedaban con aquellos animales que eran más dóciles, productivos o tenían alguna característica de interés.
En la actualidad, la selección genética utiliza todo el conocimiento científico y técnico disponible. Empezando por una recogida masiva de datos. Cientos de terabytes de información se generan todos los meses en granjas y centros agropecuarios.
Esta información puede incluir:
-El pedigrí de cada animal (identificación del padre y madre).
-Datos sobre la producción. Por ejemplo: litros de leche, número o peso de los huevos, pesos de animales adultos, etc.
-Fechas de nacimiento.
-Tratamientos veterinarios.
-Parámetros morfológicos.
-Información adicional, como las emisiones de metano.
La mejora genética es uno de los campos donde se utiliza el big data desde antes de que le pusiéramos nombre.
Selección genómica
En la última década, las técnicas de secuenciación del genoma y de genotipado han contribuido a conocer las variantes genéticas que porta cada animal. Así podemos detectar de forma más precisa los animales con las mejores combinaciones de genes. Esta tecnología se ha denominado selección genómica y requiere de herramientas estadísticas, matemáticas y computacionales cada vez más potentes.
La mejora genética es una combinación de ciencias biológicas, matemáticas y computacionales. Los expertos en este campo deben dominar todas estas ciencias. En realidad, la demanda laboral de personas que dominen los tres campos es creciente.
Para conocer el mérito genético de los animales es necesario conocer su rendimiento productivo. Pero no es suficiente. Hasta el 2010, se necesitaba la información de sus parientes para tener cálculos fiables, principalmente de su descendencia. Debíamos esperar a que los hijos de estos animales entrasen en producción y poder calcular así una predicción fiable de su mérito genético. En algunas especies, como el vacuno, esto podía suponer hasta 5 años de espera.
Con las herramientas de secuenciación, podemos conocer cómo son las variantes del genoma de los individuos al nacer simplemente con una muestra de sangre o pelo. La selección genómica permite calcular el mérito genético de los individuos de forma mucho más precisa y a edades más tempranas usando información de su ADN.
Mejora genética y disponibilidad de alimento
Incluso durante la pandemia provocada por la COVID-19, la ganadería ha jugado un papel fundamental para abastecer de alimento a la población. Durante este tiempo, hemos sentido la necesidad de acumular comida para el confinamiento, casi como hacían nuestros antepasados ante la incertidumbre o miedo a la falta de alimento.
La ganadería suministra carne, leche y huevos con un rendimiento cada vez más alto gracias en buena parte a esta selección genética acumulada a lo largo de las últimas décadas. Por ejemplo, la eficiencia en pollos broiler se ha incrementado alrededor de un 77 % en 60 años y la producción lechera ha duplicado su eficiencia debido en gran parte a la selección genética. Una mayor eficiencia implica también mayor sostenibilidad, ya que reduce el uso de recursos naturales para producir la misma cantidad de alimento.
Un ejemplo claro es el ganado vacuno de leche. A principios de los años 80, el rendimiento por vaca era de unos 3.400 litros. Y en España había casi 2 millones de vacas lecheras. En la actualidad, una vaca seleccionada produce más de 10.000 litros de leche por lactación. El censo de vacas lecheras ha caído hasta casi el 40 %. Necesitamos menos vacas y se produce mucha mayor cantidad de leche.
El siguiente infograma compara la reducción en el numero de individuos y el incremento en producción en 30 años:
Los genes que guarda su nevera
A menudo, el mero hecho de oír hablar de genes, genética o selección en aspectos relacionados con los alimentos crea desconfianza acerca de su calidad o seguridad. Pero los seres humanos hemos comido genes desde mucho antes de existir la ciencia como tal.
Es importante divulgar un mensaje de transparencia sobre cómo es el proceso de la mejora genética para mejorar la confianza del consumidor en la seguridad alimentaria.
Nuestras neveras están llenas de genes, vegetales o animales. Las plantas y los animales siempre han tenido genes. La mejora genética simplemente selecciona aquellas variantes que son favorables al ser humano, y que han permitido a los animales que nos proporcionan alimento estar mejor adaptados y ser más resilientes con el medio. Sin olvidar que los niveles de seguridad alimentaria en la Unión Europea son ahora más altos que nunca.
Tampoco olvidemos que somos humanos porque hemos llegado hasta aquí comiendo carne, leche, huevos y pescado entre otras cosas. El trabajo de la mejora genética durante las últimas décadas ha contribuido a que la población pueda abastecerse de alimento con proteína de alta calidad, incluso en estos difíciles momentos que estamos viviendo.
Óscar González-Recio, Investigador especializado en mejora genética animal, Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA)
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation.