Llevas toda la vida tirando las hojas de la zanahoria y en realidad se comen: así las cocina un nutricionista
Aunque no es la parte más interesante de esta hortaliza, se puede sacar provecho de estas hojas para algunas recetas saludables.
18 febrero, 2021 01:33Noticias relacionadas
Una de las secciones más importantes del supermercado para llenar nuestra cesta de la compra es el pasillo de las hortalizas. Aunque cada uno tiene sus propios gustos, la mayoría de las personas salen de él con cebollas, una lechuga y, también, con zanahorias. Este último alimento es un viejo conocido en la alimentación de España: nos lo encontramos en un guiso de lentejas, pero también como guarnición de una carne asada.
Son, efectivamente, un ingrediente muy útil tanto para dar color a una menestra de verduras como para hacer purés o cremas en las que es la protagonista absoluta. Al ser un producto que nos ha acompañado durante muchos años, se han contado muchas cosas sobre las zanahorias. La más escuchada es, probablemente, que contribuyen a que tengamos una buenísima visión y la otra es que ayudan a broncear nuestra piel en verano.
Ambas propiedades se relacionan con su alto contenido en betacarotenos, que son los responsables del característico color naranja de esta hortaliza. A pesar de que se trata de una sustancia realmente importante para nuestra salud, ya que tiene poder antioxidante, estos beneficios han sido exagerados. Si bien es cierto que la zanahoria puede prevenir la degeneración macular, en el caso del bronceado, las zanahorias sólo pueden aportar un ligerísimo tono naranja si comemos más de la cuenta.
Aquí no se tira nada
De todas formas, aunque creemos conocer a esta hortaliza que volvía loco a Bugs Bunny, todavía se guarda unos cuantos misterios. Esta misma semana, el dietista-nutricionista Aitor Sánchez tiraba de la manta en su cuenta de Twitter para revelar que las hojas de este alimento también pueden comerse. Sí, esa misma parte que tiras a la basura nada más llegar a casa.
A decir verdad, muchas veces los supermercados ofrecen esta raíz con las hojas ya cortadas y no tenemos la oportunidad de consumirlas. Es una pena, pero tampoco una desgracia: lo realmente interesante, desde el punto de vista nutricional, se encuentra en la zanahoria que llevamos consumiendo durante años. Estas hojas, sin embargo, tienen más usos en la cocina que como ingrediente para hacer caldo de verduras.
Una receta más actual que puede hacerse con un manojo de estas hojas verdes es una salsa pesto alternativa. La receta original tiene como ingrediente fundamental la albahaca y a ella se añaden ingredientes como los piñones y el queso parmesano, que son alimentos relativamente caros, además de ajo, aceite de oliva y sal. La receta que propone Sánchez es mucho más barata y menos calórica: hojas de zanahoria, anacardos y a triturar.
¿A qué edad supiste que las hojas de la zanahoria son comestibles?
— Aitor Sánchez García (@Midietacojea) February 14, 2021
Ya no solo eso, te puedes clavar un pedazo de pesto como este 👇😋 pic.twitter.com/kpJMxhQ79R
Zanahorias saludables
Aunque pueda parecernos extraño cocinar con este ingrediente, en la antigüedad la zanahoria se cultivaba por sus hojas. En este artículo de EL ESPAÑOL, se cuenta que estas están emparentadas con el perejil y el hinojo, dos hojas más populares. De todas formas, tal y como se contaba más arriba, lo realmente interesante de este producto se encuentra en su raíz de color naranja intenso.
"Es la hortaliza con más betacaroteno o provitamina A, pero también de vitamina C, E, B9 o ácido fólico. Una ración de zanahoria cubre el 110% de la vitamina A necesaria, el 13% de la C y el 10% de ácido fólico. Con poco contenido en proteínas y grasas, sí es rica en fibra, minerales y oligoelementos y, además, se trata de un alimento con propiedades alcalinizantes que favorece el equilibrio del organismo", dice el mismo artículo.
Como la mayoría de frutas y verduras, las zanahorias son hipocalóricas, 100 gramos de ellas sólo aportan unas 40 kilocalorías. La mayor parte de ellas provienen de los hidratos de carbono que suponen poco más de un 7,3% de su composición y casi un 3% está formado por fibra. Entre sus minerales destaca la presencia del calcio que el cuerpo absorbe con facilidad.