La espinaca está de temporada entre los meses de otoño y primavera. Su valor nutritivo radica en el alto contenido en vitaminas y minerales. En concreto, una gran cantidad de folatos, vitamina C y vitamina A. También, aunque en menor cantidad, vitamina E, B6 y riboflavina.
Además, aportan una cantidad considerable de fibra (unos 6,3 gramos por cada 100 de alimento), lo que favorece el tránsito intestinal, previene el cáncer de colon y la enfermedad cardiovascular.
En cuanto a los minerales, cabe destacar la elevada proporción de magnesio y de hierro, hierro no hemo, que se absorbe con mayor dificultad que la forma hemo, la que aporta la carne y sus derivados. También, aunque en menores proporciones, las espinacas aportan potasio, fósforo y calcio.